Capítulo I

1.9K 75 20
                                    

¡Once y media Bianca! Se oyó desde el otro lado de la puerta de mi habitación. Mis ojos aún no podían despegarse y las sábanas parecían estar más cómodas que nunca. No puedo creerlo, ojalá algún día mi madre entienda el significado de vacaciones. Como pude me senté en la cama, clavando mi vista fija en el pequeño espacio que dejaban las cortinas de la ventana y observando que el sol brillaba como nunca en el día de hoy.

El segundo llamado de mamá me sacó de mi momento hipnotizante, haciéndome saber que sólo me restaba media hora para que me cambie y esté impecable para la hora del almuerzo. Lamentablemente mi familia siempre fue así, estábamos bien económicamente, demasiado diría yo, y no es que me moleste serlo pero el hecho de ser catalogada como "la rica caprichosa" o implemente las reglas impuestas por mis padres lo hacían verdaderamente insoportable.

Me lavanté de la cama con pereza y me dirigí al baño con lentitud mientras trataba de desenredar mi cabello para ahorrar algo de tiempo. -Si mamá supiera que te acostaste a las seis de la mañana quedarías desheredada- me dije a mí misma en frente del espejo, con una sonrisa triunfante por la hazaña de anoche. Traté de cubrir mis ojeras con un poco de maquillaje y peiné mi cabello con máximo cuidado para no dañar la trenza que me había hecho antes de salir y que aún seguía intacta.

Antes de salir de mi cuarto hice una mirada detallista de mi atuendo, llevaba mis zapatillas de siempre, esos short que odiaba papá y la musculosa de básquet estadounidense que me había regalado Paio, que por cierto fue el único regalo que recibí de él en dieciocho años, de seguro mamá tuvo que insistirle todos los días para que me traiga un presente, aunque no creo que se haya referido a ese tipo de regalos, sino algo mas "formal" como decía ella. Si hay algo que puedo asegurar con firmeza es que, una vez más, me llevaría la mirada desagradable de mis padres por vestirme así.

Caminé por el pasillo con rapidez, pues sólo faltaban unos tres minutos para que el almuerzo esté servido. En el camino me encontré con Paio, quien tenía la misma cara de dormido que yo (fue un verdadero milagro que anoche no me descubriera entrando a casa a esas horas, porque sólo llegó quince minutos después de mí). Como siempre me miró de refilón, sin decir una sola palabra. Convivir con mi hermano era una tortura, a pesar de que Pablo tuviera veintidós seguía siendo el típico niño mimado, había empezado a estudiar derecho por influencias de mi padre pero dejó porque desaprobó casi todas las materias. Su vida era el básquet, y no había espacio para algo más, sólo lo ayudaba a papá con las finanzas y debo admitir que era bastante bueno en eso. Aún no entiendo como es que mis padres permitieron que no esté estudiando una carrera exitosa, me da impotencia el solo pensar que me asesinarían si yo estaría haciendo lo mismo que él.

-Es sábado Bianca. Murmuró papá desde la mesa apenas bajé las escaleras, asomándose detrás del periódico y admirando con repugnancia mi atuendo.

Sabía que si le contestaba los cruces seguirían en todo el día, por lo que decidí callarme como pocas veces lo hacía. Siempre me caractericé por ser la niña que todo padre de alto nivel tiene miedo de tener... la que lo avergüenza.

-Pablo, recuerda que tienes que preparar la habitación de huéspedes. Afirmó mamá con una sonrisa cariñosa hacia su bebé preferido. Diariamente teníamos invitados, casi todos eran compañeros de trabajo de papá que se quedaban por reuniones en casa o proyectos de la empresa. Nada más insoportable que eso, odiaba no tener privacidad en mi propia casa y más cuando la habitación de invitados estaba pegada a la mía.

-¿Cuál de todos vendrá hoy? Pregunté alzando la vista hacia mi padre, quien seguía concentrado en las noticias del día.

-Viene Gonzalo. Respondió secamente mi hermano, sacándome esa idea errónea de empresarios madrugadores de la cabeza.

Inmediatamente me volteé hacia Paio e hice una mueca de fastidio, al mismo tiempo que masticaba un trozo de carne con fuerza para controlar mis nervios y no comenzar a protestar en la mesa. No puede ser, no puede estar pasándome esto, definitivamente mis vacaciones se estaban convirtiendo en una pesadilla.

Gonzalo era amigo de Pablo desde que eran niños, en esa época era prácticamente un hermano más. La diferencia era que lo odiaba con todo mi ser. Aún recuerdo que con Paio me molestaban todas las tardes, no había día en el que el maldito no rompiera alguna de mis cosas o me hiciera llorar. Quisiera encontrarle el sentido de molestar a una niña de cuatro años menor, y también la razón en que podía entrar tanta vandalidad en un metro y veinte centímetros. Creí que cuando se mudó todo iba a ser paz y tranquilidad, pero no, una vez más me equivoqué; Gonzalo seguía viniendo en las vacaciones y se quedaba aproximadamente un mes y ese, definitivamente, era el peor del año.

-Espero que haya madurado. Murmuré mientras pensaba en la remota posibilidad de que hacía seis años que no venía a casa y que podía haber calmado su rol del mismísimo diablo con el tiempo.

-Bianca! No seas descortés! Siempre ha sido parte de la familia. Exclamó mamá con autoridad, haciendo que mis nervios se despertaran otra vez debido a la forma en que me hablaba.

                                                                                ***

Eran las tres de la tarde y yo me encontraba en la cocina buscando algo para comer, de vez en cuando me agarran esos ataques femeninos de querer devorar cualquier cosa que sea dulce. Tomé del refrigerador un pequeño frasco de mantequilla de maní y lo coloqué en la mesada para complementarlo con algunas galletitas de chocolate, mientras que miraba en mi teléfono celular las fotografías de la salida clandestina de anoche.

-No me saludarás hermanita? Interrumpió una voz masculina que evidentemente no era la de Paio, ésta era un poco grave pero a la vez delataba algo de dulzura.

------------------------------------------------------------------------------

Hola mis amores, las/os extrañé muchísimo. Espero que se enganchen con la nueva novela :3 

El primer capítulo va dedicado a  @gastonl11 mi fan varón number one

Love Me || BianzaloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora