Cap *9

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Y así pasaron mis días en completo aburrimiento, sin compañía más allá de lo usual; despues del incidente ya no tenía el permiso para ir al bosque por mi propia cuenta, a menos que mi padre estuviera ahí conmigo, ni siquiera con mi hermana podía darme el lujo, si es que se podía llamar así, de ir al borde de los árboles. Detestable.


Era tarde, el viento golpeaba la ventana con euforia mientras que el frío congelaba mi piel, bueno, como no si me encontraba en ropa interior tendido sobre la cama, con un brazo fuera de ella casi rozando el suelo. No tenía ganas de nada éste último tiempo y es qué todas las ganas de hacer algo se habían esfumado con el extraño ser que invadió mi mente y cuerpo.
¿Cómo es que se llamaba? emm... Levi...eh.... 


*

*
*
  — Feliz cumpleaños, Everetth, felices veintiún años.—

Mi madre me abrazó tan alegremente que ella derramaba incluso más lágrimas que yo, estábamos en su casa, la casa en la que crecí. Todo estaba exactamente igual, Emily estaba tan grande y hermosa y Aleska con su esposo e hijo, eran la familia que siempre soñaron. Y así es como el señor tiempo decidió avanzar, sin detenerse en ningún momento, sin dejarnos tiempo de decidir nuestro futuro. 


Mis labios fueron atrapados por la dulce chica que tenía de novia, mi amada señorita.
La sostuve por la cintura, mientras mis dedos se deslizaban hasta su cadera tiernamente, la amaba tanto.

— Feliz cumpleaños, mi amor.—  

Decidió susurrarme cerca de la oreja cuando ya por fin nos separamos, solo sonreí con alegría mientras la veía alejarse a por algunos aperitivos, y es qué esa chica había sido capáz de quitarme las lágrimas de los ojos cuando yo había estado mal por un tipejo que ya dudo si esa historia que tanto me esmeraba en repetir y recordar era real.
Nunca vieron nada extraño, nunca encontraron nada extraño, lo extraño que les resultaba a ellos eran mis palabras vagabundas en busca de alguna explicación mientras relataba la historia una y otra vez sin conseguir respuestas. 

Y es que la había conocido fuera de la ciudad, cuando decidí qué sería mejor ir a trabajar lejos de aquí, un futuro mejor, o eso decidí. 

La tarde pasó tranquila, el pastel de fresas fue único y olvidé mencionar, mi novia era pastelera y hacía los mejores pasteles de la ciudad, soy afortunado, lo sé.


  — Cariño, ven a la cama conmigo..—

Dio pequeñas palmadas a la cama, ella se encontraba acostada, esperándome.

Usando su pequeña pijama de seda color durazno que le venía como anillo al dedo. 

Me encontraba leyendo el periódico aún a las dos de la mañana y es qué algunas cosas no me cuadraban.
avistamientos de seres extraños en el interior del bosque, animales muertos por desangramiento, desaparición de personas..¿Qué estaba pasando? 

  — En un momento, espera solo un poco.—

— Eso me dijiste hace más de una hora, mejor me dormiré.—
Y así lo hizo, sin detenerse a escuchar mi respuesta sus ojos se cerraron a descansar, quedándose dormida, lo supe en el momento en que su respiración se profundizó y se removió como solía hacerlo cada que ya estaba en el quinto sueño, solo me quedó sonreír por la chica que yacía en mi antigua cama.

Una página dada vuelta, una silueta, cabello largo y negro, ese abrigo, esas manos, esa piel.

Leviathan..
En cuestión de segundos mi mente había recuperado todas esas memorias que pensé qué las había perdido.

Sentí ese cosquilleo en mi abdomen, similar a las veces en que se disponía a saborear de mi sangre. 
Acaricié mi cuello en acto reflejo, cerrando los ojos, simulando como si las caricias fueran de él, ¿Qué me pasaba, por qué ahora? No lo sabía, pero esos recuerdos despertaron aquello que había estado durmiendo todos estos años en mi interior,eviathan... susurraba su nombre a las paredes que estaban frente a mi, siendo testigo de mis palabras, de mis acciones.


Corría en el interior del bosque, temeroso, me arrepentía, quería volver a casa, estar con mi novia y ser abrazado por el calor de su cuerpo junto al mio, pero mis piernas no correspondían a mis ordenes y seguían corriendo en busca de aquella persona que desató a la bestia en mi interior, necesitaba de él, de sus besos, sus caricias, su voz. Lo necesitaba en todo lo que era, pero no estaba y yo no cesaba de correr, quería estar con él en este momento. 

El sudor de mi frente no desaparecía, el frío de la noche solo empeoraba las cosas y mi rendimiento. 

¿Por qué ahora, por qué tuvo que volver a mi mente ahora? 

Ya lo había olvidado, superado, rayos..¿Por qué estaba llorando?

Caí en cuenta de aquello cuando posé mi espalda en el áspero tronco de un árbol, hiriendo solo un poco la piel de mi espalda. 

No podía creer que yo realmente era patético, no importaba cuantas secara las saladas gotas de mis ojos, ellas volvían y en mayor intensidad. 
No importó cuantas veces repitiera su nombre, él ya no iba a aparecer, se aburrió de mi, como supuse qué lo haría. Después de todo soy un tipo aburrido. 

Quise ponerme de pie, pero estos nuevamente ya no me respondían y es que me encontraba cansado y no podía hacer otra cosa que descansar mi cabeza en el tronco, y esperar a que mis piernas despertaran.

El frío no me dejaba ni si quiera descansar unos segundos en tranquilidad, pero hubieron unos segundos en los que si me dormí, si no hubiese sido por ese dolor punzante en mi cuello.

Espera ¿Qué? ¿Dolía? No es cierto... 

  — Ah...espera...duele.—

Lo alejé sosteniéndolo de los hombros, pudiendo observar esa sangre roja que caía por su labio, esos ojos oscuros, Leviathan...

  — Leviathan...—
Y mis lágrimas cayeron nuevamente, sin contenerse, me ahogué en ellas.

Sin pensármelo dos veces me lancé a abrazar su cuerpo, recibiendo un abrazo por parte de él, aunque él no e hablara yo sabía que estuvo buscándome todo este tiempo, su cuerpo delgado y más frío de lo usual, no podía detener mis lágrimas. 

Pero entonces él me alejó de manera brusca ¿Por qué?

Él supo de mi incógnita por el rostro que le dedicaba, esos ojos melancólicos que me dedicaba no decían nada de lo qué quería saber. Me desconcertaba.

  — Yo..lo siento.—

Y se marchó, dejándome escuchar esa ronca voz qué tanto me agradaba.

Mis latidos seguían siendo de él.  

  


  

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⏰ Última actualización: Aug 19, 2016 ⏰

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