Capítulo 16

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-¿Prepararte?- Rualy me ve dudosa

-Sí- digo alejando la mano de Kyle para que pueda hablar mejor

-Renata, creo que debes descansar, tu nariz todavía sangra

-¡No!, quiero darle a ese maldito asqueroso su merecido, le haré lo mismo a él, le arrancaré el corazón, pero primero matare a su hijo enfrente de él, para que sufra aún más.- las lagrimas inundan mis ojos, lagrimas de tristeza e ira.

-Y la tendrás, pero ahora tienes que descansar, ha sido suficiente charla por hoy- suspira.- Kyle, llévala a su cuarto.- se retira.


Kyle trata de ayudarme a levantarme del sofá, pero no lo dejo, me paro en un inútil y sutil acto pero fracaso al instante mis; piernas están débiles ya que aterrizo de nuevo en el sofá. Kyle hace una mueca, sin embargo no dice nada y me extiende la mano de nuevo, mi orgullo desciende y le tomo la mano.


Caminamos en silencio por el pasillo, la mano de Kyle está en la parte baja de mi espalda aferrándose a la tela de mi sudadera para que no caiga de nuevo.


En ocasiones Kyle voltea a verme para asegurarse de que he parado de llorar o para ver que expresión tengo; pero del cansancio, de la pesadez de mi cuerpo y el dolor en mi corazón no puedo emanar ninguna expresión, mi cuerpo solo camina porque mi subconsciente dice que lo haga.


Alzo la vista y observo la puerta de madera barnizada, doy un gran suspiro soltando todo el aire guardado anteriormente, alzo las manos para taparme la cara, pequeñas lagrimas descienden por mi mejilla, siento un pequeño apretón departe de la mano de Kyle que me sostiene.


-Oye...- aparta las manos de mi cara, sin embargo no puedo mirarlo, posa sus manos en mis hombros- Ya no llores nena.- dice tranquilamente.

Alzo la vista con ojos llorosos y tengo ganas de decirle que me deje en paz, que como no voy a llorar después de todo lo que ha pasado, sin embargo no lo hago, por ahora ya no tengo fuerza y voz, después de lo valiente que me sentía, la opresión en mi pecho fue mucho más fuerte, trato de respirar lo más tranquilo que puedo; con las yemas de sus dedos Kyle me seca las lágrimas que escurren por mis mejillas, su contacto es cálido y tierno que cierro los ojos disfrutando de ese pequeño gesto.

-Sé que todo lo que dijo mi hermana y todo lo que has pasado hasta ahora es muy difícil de procesar, pero Renata eres una mujer muy fuerte, tenaz y terca muy terca.- suspira y sonríe.

Sonrió.

-¿Terca?, vaya, gracias. Si que tienes el don de alagar a una chica.- alzo una ceja- No tienes que consolarme Kyle, no tengo ánimos para procesar lo que dices y si dices eso para que me sienta bien, no está funcionando.

Sonríe.

-No estaba alagándote nena, aunque no lo creas sé cómo tratar a una chica- dice con aires de grandeza, siento una punzada de vergüenza, mis mejillas empiezan a calentarse.- y no era para que te sintieras bien Renata, solo digo que a partir de ahora debes de ser fuerte, porque pasaran cosas muy feas y no puedes ser débil y más si quieres darle su merecido a Dante; aparte de terca eres muy capaz de hacer lo que te propones.

-Ya, ya, no tienes que alardear tanto, si quieres darme consolación desapareciendo de mi vista me haría más feliz ahora- me giro para poder entrar al cuarto.- ah por cierto- me detengo antes de abrir.- Gracias por acompañarme, descansa Kyle- giro el picaporte.

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