Dos semanas más tarde...
—Nena, tengo que decirte algo...— le dijo Mario a Lina, agarrando su mano, y luego dándole un beso.
—Dime amor.
Delante de toda la plaza, aparecieron los amigos de Mario, con una pancarta blanca, gigante, que decía:
¿QUIERES SER MI NOVIA?❤
Ella, asombrada, miró a Mario, que junto con sus amigos, mandaba silencio a toda la plaza, cuyas miradas estaban todas pendientes de la pedida oficial como novios de aquel par.
Él se subió a un banco, y ayudó a Lina a subirse también, para que todos pudiesen verles. Ella, roja como un tomate, con los ojos llorosos de la emoción, quiso besar a Mario, que la apartó suavemente, para gritar:
—Amo a esta chica, desde el primer momento que la vi. ¿Queréis que acepte?
Al unísono, toda la gente gritó un "Sí" bien alto. Él, que vio a Lina temblando, la rodeó por la cintura, presionó su cuerpo contra el suyo, y con una sonrisa, le dijo:
—¿Qué me dices?
No sabía responder. Sólo asintió con la cabeza, mientras soltaba esa carcajada nerviosa suya, y Mario, sin pensárselo, la besó, cosa que hizo que la gente empezara a aplaudir. Oficialmente eran pareja, prácticamente a final de verano.
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Eran las 9:00pm, Lina estaba en su casa, ya con el pijama puesto, acostada en la cama, cuando escuchó el timbre. Bajó, y al abrir la puerta, encontró un ramo gigante de rosas, de color rosa, su color favorito, y una caja simple de color marrón.
Entró al salón, abrió la caja, y había en ella una nota que decía:
Buenas noches princesita, espero que te haya gustado lo de hoy, pero eso no ha sido todo. Paso a las 10:00pm a recogerte, ni un minuto más ni uno menos, que nos conocemos. Así que ponte bien guapa con esto que te he comprado. Espero que te guste.
Te amo mi niña.Con una sonrisa en la cara, Lina sacó de la caja ese vestido negro y rosa palo de encaje. Debajo de él, unos tacones negros. También había una cajita, con unos pendientes de oro y brillantitos muy monos.
Corriendo, se metió en la ducha, luego se vistió, se planchó un poco el pelo y se maquilló.
Entonces escuchó a Mario con el coche. Empezó a prepararse el bolso corriendo, mientras escuchaba como él la llamaba por teléfono y la estresaba más.Cuando fue a salir por la puerta, se acordó de la colonia. Era de coco, y a Mario le encantaba.
Ya puesta, salió hacia el coche.—Hola amor—dijo casi sin aliento
—Hola nena, mira que sabía que ibas a tardar.Se dieron un beso, que él interrumpió:
—Toma anda, esto es para ti—dijo Mario, cogiendo una bolsa del asiento trasero.
Dentro de la bolsa había una caja, que ella sacó impaciente, y se encontró con un bolso precioso, negro, con detalles en dorado.
—Ayyy qué bonito, ¡me encanta amor!—y le dio un beso a Mario
—Sabía que necesitabas un bolso más grande para todos tus trastos, y que le pegase a toda la ropa que te pusieses, así que, pasa las cosas de un bolso a otro anda, que hoy estás de estreno.— dijo Mario sonriendo de ver a su novia tan feliz.
Ella se puso a besarle sin parar, no sabía como agradecérselo.
El chico puso el coche en marcha, pero Lina no iba a saber a dónde la llevaba. Durante el camino, él se dedicó a escucharla a ella, contándole sus cosas, como por ejemplo, todo el estrés que había pasado para prepararse, su reacción al ver los regalos en la puerta...
Después de 10 minutos, aparcaron. Era de noche, esa calle estaba muy iluminada, y era muy bonita.
Mario bajó, abrió la puerta para que Lina bajase, la tomó de la mano y le dio un beso.
—Nena, ¿tienes frío?
—Sí, un poco...—dijo Lina, casi tiritando.
—¿No te has traído nada de abrigo?
—No, no sabía a dónde íbamos...
—Bueno, no te preocupes, pero a partir de ahora ya deberías ponerte más abrigada cuando empieza a anochecer, que se acerca el otoño y hace fresco. Culpa mía, que no había pensado en eso, te hubiese comprado una chaquetita...— dijo Mario lamentándose, mientras se acercaba a abrazarla.
A unos pasos del coche, había un local acristalado muy bonito al que entraron. Era grande y muy iluminado, y al fondo, había una gran variedad de helados. Era la heladería más bonita que había visto.
—No sé si he acertado, ya que tienes frío, pero como te gusta tanto el helado...
Ella, con mucha ilusión, besó a Mario, dándole las gracias. A pesar del frío, le gustaba tanto el helado que lo comería en pleno invierno, así que, la cita fue acertadísima.
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La vida, cómo cambia
RomanceMario y Lina, de 23 años, tienen muchos sueños por cumplir. Después de 3 años de relación, un trágico accidente cambiará sus vidas por completo. Esos sueños juntos ya no podrán cumplirse nunca, y Lina tendrá que tomar una muy difícil decisión.