Una sonrisa para mí

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Sonó el despertador. 9:00am.
Lina había quedado con Bea para ir a la piscina. Se peinó, se puso el bikini, desayunó y preparó la bolsa con la toalla y demás.

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10:00am. Dejaron las cosas en el césped, y entraron al agua.

Justo cuando Lina sacó la cabeza, vio de lejos a 4 de los chicos de la tarde anterior, y entre ellos, Mario, que no se había dado ni cuenta de que ella estaba allí.

Sin saberlo, dejaron las cosas al lado de las de Bea y Lina, y haciendo una carrera, se tiraron a la piscina. Lina salió porque se sentía incómoda con ellos cerca, o quizás era para que él se diese cuenta de que ella estaba ahí y la pudiera ver de pleno...
Y efectivamente, cuando Lina salía por la escalera, Mario la vio.

—Espléndido culo...— pensaba él.

Después de unos 10 minutos, Mario y Sergio fueron a secarse, y vieron a Lina y a Bea acostadas bajo el sol.

—Oye Mario, ¿qué miras tanto ehhh? Ya te mola la rubia, seguro—dijo Sergio, burlándose.

—Hombre pues tiene lo suyo...

—Va pues dile algo— dijo mientras le daba un empujoncito a Mario.

Pero él no se atrevía.

Justo en ese momento, Lina se levantó, y les miró. De nuevo, fijó sus ojos en los de Mario, perdiéndose en ellos, mientras sentía un hormigueo pasar por todo su cuerpo, hasta que se le escapó una sonrisa. Él, al verla, sintió como un bum en el pecho, nunca había visto una sonrisa como la suya. Entonces ella, avisó a Bea y las dos empezaron a conversar con ellos.

Lina esperaba que Mario le dijese algo, pero hablaba muy poco y solo para hablar entre ellos, nada concreto solo para ella. De vez en cuando cruzaban miradas, pero no pasaba de ahí.

Eran las 12 del mediodía, y ellas se fueron.

Mario analizaba todo su cuerpo y sus movimientos cuando ella se vestía, cuando se soltó el pelo, y cuando recogía sus cosas. No dejó de mirarla hasta que ella no desapareció completamente por la puerta de salida.

Se quedó pensando en sus ojos, en su sonrisa, en su voz, en todos y cada uno de los segundos que habían tenido cualquier contacto, visual o como fuera.

La vida, cómo cambiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora