"¿Por qué?"
Se preguntaba una y otra vez el pelinegro.
"¿Por qué ahora?"
Pensaba mientras miraba como lentamente, aquel féretro era cubierto por pequeñas cantidades de tierra.
"¿Por qué me dejaste?"
Él podía escuchar el llanto de las personas a su alrededor.
"Habías dicho que estarías conmigo."
De alguna u otra forma, él era el único que no lloraba.
"Incluso, lo prometiste dos veces."
Pero era el único que estaba totalmente destrozado por dentro.
"¿Él tiene una hija verdad?" "¿Es recién nacida?" "¿Qué hará de ahora en adelante?" "¿Crees que la deje?" "Es imposible que alguien como él se haga cargo de la bebe" "Es una lástima que haya perdido a su esposa después del parto"
- ¿Y qué si es verdad? – Murmuraba para sí mismo desde que había llegado al cementerio. – Este es mi problema. –
- Tatsuhisa... - Escuchó su nombre detrás de él. – Tu celular. –
- Ah... Gracias. – Respondió mientras tomaba su móvil y respondía la llamada.
Con el paso del tiempo el cementerio iba poco a poco vaciándose, y al cabo de unas horas, Tatsuhisa Suzuki era el único de pie, frente a la lápida de la que por un corto tiempo fue su esposa.
Nunca dijo ni una sola palabra, desde que la chica había fallecido dos días después del parto de su primera y única hija, los labios del pelinegro fueron sellados, y sólo se movían para comer y por asuntos del trabajo.
Pequeñas gotas de agua comenzaban a caer del cielo, a pesar de que el sol estaba presente, acompañando la profunda soledad que el chico resguardaba en su corazón.
"¿Por qué estamos aquí hoy?"
Sin darse cuenta, una lágrima recorría suavemente su mejilla, seguida de otra, y otra, y otra. El cementerio estaba totalmente vacío, escuchando los gritos llenos de dolor que lanzaba le pelinegro mientras se arrodillaba en el césped recargando su frente contra de este.
¿En qué momento las cosas terminaron de esta manera?, ¿En qué momento la vida decidió arrancarle toda su felicidad en un abrir y cerrar de ojos?
La lluvia seguía cayendo sobre su espalda, al mismo tiempo que él, intentaba aferrarse al césped, como si este fuera aquello que tanto perdió, aquello que tanto anhelaba en esos momentos, aquello que lo mantenía con vida, aquello que deseaba con toda su alma, con toda su fuerza.
¿Qué clase de pecado estaba pagando en esos momentos? Debió ser algo realmente fuerte, o simplemente, la vida quería otorgarle aquella fuerza que muy pocos son capaces de soportar.
Después de un par de horas, Tatsuhisa decidió partir de aquel lugar, y lentamente, cubierto por el frio manto de la lluvia, acompañado por la luz del sol, se dirigió al hospital, donde recibiría lo último que le ataba a este mundo, la única esperanza de felicidad que existía para él, lo que debía proteger, su nuevo camino, la razón de su existencia.
- Buenas tardes, ¿En qué puedo ayudarlo? – Preguntó amablemente la recepcionista del hospital después de mirar la mirada perdida del chico.
- Me gustaría ir a la sala de infantes. – Respondió Tatsuhisa sin despegar su mirada de aquellos dulces sabor sandía que estaban sobre el escritorio a un lado del monitor.
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Sad Day In The Sunlight - Tatsuhisa Suzuki
Fanfiction¿Quén dijo que ser hijo es una tarea fácil? Tal vez nadie, pero realmente no lo es, y mucho menos cuanto tu padre es nada más y nada menos que el mismo Suzuki Tatsuhisa. Por azares del destino, este chico a sus 22 años, debe hacerse cargo de una p...