4.- Lo correcto.

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- Sun – Chan. – Eran las 4 de la mañana.

- Sun – Chan. Seguía susurrando el pelinegro mientras movía ligeramente el cuerpo de la pequeña.

- Sun... - Volvió a susurrar, con aquella voz llena de ternura que solía usar cuando su hija era diez años menor que ahora.

- No me hables así. – Respondió tomando la manta que arropaba su cuerpo mientras daba media vuelta haciendo que el campo de visión de su padre sólo acaparara su espalda. – Ya no tengo 4 años.

Tatsuhisa rió. – Debo ir al trabajo.

"No me sorprende."

Pensó Sunlight al escuchar las duras, pero suaves palabras de su padre.

- Cuídate. – Dijo antes de depositar un beso sobre la frente de su hija y salir de la habitación.

Al escuchar el sonido de la puerta principal cerrarse, Sunlight giró mirando directamente al techo de su cuarto. Tomó su celular y se dedicó a observar fijamente su protector de pantalla, con la intención de saber la hora. Sólo frunció el ceño.

- No te necesito. – Susurró para después volver a bloquear el dispositivo, colocándolo a un lado de su cama, regresando a sus sueños.

Una linda foto de Tatsuhisa Suzuki, abrazando a su sonriente hija en su cumpleaños de hace tres años, adornaba la pantalla secundaria del móvil que poseía la única descendencia del apellido Suzuki.

Sunlight disfrutaba matar sus tiempos libres entre clases en la biblioteca de la escuela; ella era considerada por los chicos del instituto un 'Lindo ratón de biblioteca' de la cual difícilmente obtendrían su nombre, o peor aún, un simple acercamiento; mientras que las chicas la miraban como una gran lectora que todos los días se sentaba en la mesa del fondo con un libro diferente todos los días, acompañada de un par de auriculares y un celular negro (Que, para envidia de la mayoría de aquellas estudiantes 'a la moda' lucía y era realmente costoso).

Ella no se consideraba una 'chica lectora', porque en realidad no lo era, simplemente disfrutaba el estar sola con cualquier libro abierto frente a su rostro, sin importarle el tema, titulo o autor; sólo buscaba alejarse un momento del mundo que le rodeaba y dedicarse a escuchar esa variada galería de música que, no por nada, pagaba una suscripción mensual para desconectarse un momento de todo lo que su mente mantenía durante el día.

Un hábito estúpido a su conciencia que sólo Dios sabría en que momento de su vida comenzó.

Y sin embargo, a pesar de negarlo tantas y tantas veces, en aquella suscripción mensual dedicada a complacer a su hija que, mes con mes estaba incluida en la cuenta bancaria de Tatsuhisa Suzuki, estaba OLDCODEX.

Algo irónico pagar para escuchar a tu padre; pero como la suscripción era para ambos, resulta más irónico pagar para escucharte a ti mismo.

"Sun, olvidaste que teníamos platica en la sala de proyecciones y estas muy retrasada, ¡Sal de la biblioteca ya!"

"Sabes que ni siquiera me importa las pláticas sobre sexualidad, ni siquiera me gusta alguien"

Terminó de escribir la chica, levantándose de su asiento y tomando sus cosas mientras enviaba el mensaje a su amiga.

- Gracias. – Le dijo al chico que atendía la biblioteca y salió de esta totalmente relajada; no le importaba llegar a tiempo, es más, ni siquiera le importaba llegar al lugar.

Sad Day In The Sunlight - Tatsuhisa SuzukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora