2.- Palabras

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La noticia de que Tatsuhisa Suzuki ahora era un padre soltero no tardo en divulgarse por todos los territorios del país del sol naciente, y después dio la luz al mundo.

Desde ese momento los días del pelinegro se habían vuelto a cobrar alegría, aunque claro, con momentos algo cansados; cuando la pequeña era recién nacida había noches en las cuales su padre no dormía absolutamente nada, y eso hasta cierto punto afectaba su trabajo, sin embargo, sus compañeros siempre lo apoyaron; cuidaban a la pequeña mientras él tomaba una siesta en sus momentos libres.

Con el paso del tiempo, Sunlight fue adquiriendo un poco de carácter, la pequeña sabía comportarse en los momentos indicados, creció y las noches en las que Tatsuhisa no dormía poco a poco quedaban en solo recuerdos.

Mientras Sunlight llegaba a la edad de ingresar a la escuela, pasaba sus días en el estudio de grabación conviviendo con su padre y sus compañeros de trabajo, todos ellos fueron testigos de las primeras experiencias de la niña; sus primeros pasos, su primera palabra, y otros momentos más llenaban de alegría el corazón del pelinegro, y por supuesto, ninguno de los chicos que veía crecer a la pequeña dudo en plasmar esos momentos mediante fotografías y videos.

Todos en el estudio se habían encariñado con la bebé, pero ella sólo podía ver a una persona, su padre; si ella jugaba y de pronto escuchaba a su padre trabajar, dejaba a un lado todo lo que hacía y miraba al pelinegro con ojos brillantes; cuando lo veía leer se acercaba y poco a poco aprendía algunos kanji y pronunciaciones.

- Mañana llegare un poco tarde. – Dijo Tatsuhisa mientras tomaba su maleta.

- ¿Y eso? – Preguntó Maeno.

- Bueno, mañana Sun – chan tiene su primer día de preescolar, y tengo que llevarla, además que debo recogerla. – Respondió el pelinegro observando como su hija dormía profundamente sobre su hombro derecho mientras él la cargaba y arropaba con una pequeña manta.

- Entiendo, avisaré al director entonces.

- Gracias.

- Espero no llores mañana. – Dijo Maeno con un tono de burla mientras veía partir a su compañero.

- Cállate.

El ansiado y temido día llego, el pelinegro alistó a Sunlight con un uniforme que consistía en una camisa blanca con una falda roja estampada con líneas azul marino formando cuadrados, y un pequeño moño, además de un suéter negro.

- ¿Lista? – Preguntó mientras giraba una vez más el coletero negro que ataba el cabello de su hija en una linda coleta alta.

- ¡Shi! – Respondió la pequeña emocionada dando la vuelta al sentir que su peinado estaba terminado para rodear el cuello de su padre con sus pequeños brazos en un cálido abrazo.

Tatsuhisa cargó a su pequeña y tomo la mochila que llevaría al trabajo junto con la que llevaría su hija, salió de casa y tomo un taxi para llegar a la escuela. Al llegar a la institución, la mirada del pelinegro se tornó un poco triste, su campo de visión sólo abarcaba aquellas parejas que llevaban juntos a sus hijos a la escuela, los tres, tomados de las manos, riendo, algunas llorando al mirar como su hijo o hija cruzaba aquella puerta. Inmerso en sus pensamientos, se detuvo en medio del camino y recordó lo que había compartido con su difunta esposa, recordó todas las veces que habían hablado sobre lo que pasaría en este momento, recordó cuando ella le prometió estar con él hasta el final de sus días...

- Papá.

- ¿Eh? – Respondió al sentir como Sunlight tiraba suavemente de su camiseta.

Sad Day In The Sunlight - Tatsuhisa SuzukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora