6.- Hablemos.

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A la mañana siguiente, la cabeza de Sunlight parecía gritar "Hey he estado llorando hasta quedarme dormida."

Se levantó de la cama y se acerco al espejo que había dentro de su recamara. Tomó el maquillaje, que según su padre, ella usaba. Lo miró por un rato. Hace exactamente 382 días que se lo había regalado y añadió otro más en que no lo usaría.

Miro su reflejo. Pudo ver sus ojos hinchados y rojos de tanto llorar, lo había hecho al grado en el que ni siquiera recordaba el momento en el cual las lágrimas cesaron para dar lugar al sueño.

Y ahí frente a ella, estaban las consecuencias de todo lo ocurrido; se veía tan mal, tan triste, tan vacía.

Pensó por un momento en usar aquel maquillaje para ocultar el desastre de sus ojos en la escuela, si tan sólo tuviera la mínima idea de como carajos se aplican esas cosas.

¿Qué pensaba Tatsuhisa al regalarle ese estuche de maquillaje cuando el mismo necesitaba de su estilista para los eventos? El lo admitía, era un asco maquillándose, y sólo debía colocar polvo en su rostro, realmente no era gran ciencia.

Así que Sunlight analizó las posibilidades.

1.- Hacer cosplay de un payaso.

2.- Pedirle ayuda a Haruna (Ja, como si eso fuese a pasar, desde anoche, Sunlight le había declarado la guerra.)

3.- Hacer el ridículo en la escuela, con el 100% de posibilidades de tener a Ami preguntándole que sucede para después escucharla hablar de lo increíblemente apuesto que lucía su padre anoche.

4.- Tener una gran llamada de atención por parte del personal escolar.

Optó por la última, ¿Quién necesita la escuela cuando tu padre prácticamente suda dinero?

Sunlight volvió a acostarse, miró la hora, 6:56 am, las clases comenzaban a las 8, tenía el tiempo suficiente para arreglarse, y a pesar de todo decidió dormir un poco más, el maldito dolor de cabeza estaba matándola.

Pasaron una, dos, tres horas para que Sunlight decidiera abrir los ojos, las tres peores horas de toda su vida.

La imagen de su padre teniendo una cita con Haruna la hacían querer vomitar, esa simple ilusión hacia que su corazón se inundara de un deseo de plantar tres bofetadas en el rostro de su padre.

Ella sentía que Tatsuhisa no quería estar al lado de esa mujer.

Tal vez miró por la felicidad de su padre.

Tal vez ella es lo suficientemente egoísta para no querer que el mire a otra mujer que no fuese ella.

Tal vez.

Los pensamientos de la chica fueron interrumpidos por aquel ruido proveniente de su estómago, que indicaba sólo una necesidad que satisfacer. Salió a la cocina y no encontró nada, era obvio, Tatsuhisa nunca compraba comida, salvo para la cena, Sunlight era alimentada por las mañanas en la escuela, y comía lo que ella quisiera más tarde, pagando con la tarjeta que le había dejado.

Esas ganas de comer, mezcladas con esas malditas ganas de hablar con alguien.

Se sentía tan devastada que por primera vez quería hablar acerca de lo que estaba pasando.

Estaba cediendo a lo que tanto añoraba.

Quería que alguien la escuchara.

Quería que alguien estuviese ahí para ella.

Quería que alguien abrazara todo su dolor.

Quería que alguien le diera ese soporte que nunca encontró en Tatsuhisa Suzuki.

Sad Day In The Sunlight - Tatsuhisa SuzukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora