CAPITULO 3

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Llevo unas dos horas intentando tranquilizar a mi madre, me empezó a hacer preguntas de todo tipo, y yo solo hacía que llorar y llorar, he estado ocultando la muerte de mi hermano 3 años, si no lo hacía mi padre dijo que me mataría, y me entró tanto miedo que no pude hacer nada, tuvimos que contarle a mi madre y a la policía que mi hermano murió a causa de una sobredosis de su medicamento cuando la verdad era que mi padre lo ahogó por cogerle prestado un libro que él tenía en su estantería cuando Asher tenía 8 años , pero era más fácil decir que fue por las pastillas que se tenía que tomar cada día, ya que era hiperactivo y las pastillas le ayudaban bastante a controlarse, y fue cuando mi madre cayó en depresión, y me arrastró con ella, no solo tenía que escuchar como lloraba día y noche, tenía que hacerlo todo yo, me obligaron a crecer de golpe, con 12 años tenía que hacer yo lo que tendrían que hacer mis padres, todo fue así durante 8 meses, yo hacían y ellos callaban, hasta que un día mi padre se volvió agresivo, empezó a insultarme y a hacerme daño psicológicamente, luego por las noches empecé a escuchar a mi madre gritar, la primera vez me asusté tanto que fui corriendo a ver qué pasaba, pero no me podía creer lo que estaba viendo, mi madre tirada en el suelo y mi padre pegándole patadas en el abdomen y alguna que otra en la cabeza, no sabía que hacer y sabía que si lo intentaba parar me pegaría a mí también, así que fui sigilosamente hacia la puerta con intención de ir a pedirle ayuda a alguien, pero me vio, vino corriendo hacia mí, me tiro de la camiseta tirándome al suelo, y al caer me di contra un armario que tenemos en el recibidor para guardar las llaves y los abrigos, lo cual causó que me faltara el aire por un momento por el fuerte golpe que me di contra él; mi madre se levantó para venir hacia mí, cuando llegó a mi lado me dijo que todo saldría bien y que no me preocupara, pero no le creí, sabía que sería justo lo contrario.
Le he dicho a mi madre que llame a mi padre para decirle que no venga, pero se resiste, dice que quiere que le cuente la verdad, y sé que como mi madre se lo diga me pegará hasta que ya no pueda respirar, y quien sabe lo que hará con mi madre, es lo que más me preocupa, ella ya está estable, otra vez con ganas de vivir, y como le vuelva a poner la mano encima caerá otra vez, en cambio yo no, yo sigo en el infierno en el que él me metió.
-Solo quedan 20 minutos para que llegue tu padre, pon la mesa mientras que yo acabo de preparar la cena.
Empiezo a poner la mesa, los platos, los tenedores... y dudo de si ponerle cuchillo, me da miedo que tenga una cosa afilada a centímetros de él, así que se lo daré cuando vayamos a cenar con la excusa de que me lo he olvidado. No sé si ha cambiado como mi madre me ha dicho esta mañana, solo estaba pensando en cómo hacer que no viniera a comer, pensaba que lo había conseguido, pero solo pude atrasarlo unas horas, hasta la cena, ya que después de saber toda la verdad quería verlo sí o sí, la diferencia es que esta mañana mi madre estaba muy segura de si misma, muy tranquila y ahora mismo está dando vueltas por la cocina y mordiéndose la uñas, yo estoy pensando, ya no sé quién es, es como un desconocido para mí, no sé cómo es ni físicamente ya que la última vez que lo vi fue cuando tenía 12 años y ya han pasado tres años ¿ tendrá canas? ¿Ahora será más fuerte? ¿Estará más gordo? ¿O todo lo contrario? Pero mis preguntas de desvanecen cuando alguien toca a la puerta, mi corazón se para en seco y creo que el de mi madre también ya que ni pestañea, entonces es cuando le llamo la atención y me dice:
-No estoy segura de esto –me dice con miedo en la mirada
-Mamá te lo he advertido esta mañana, ahora ya no hay nada que hacer, ya está aquí –le contesto.

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