CAPITULO 5

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-Como te van los estudios Eleonor? –Me pregunta mi padre
No me esperaba para nada esa pregunta, ¿desde cuándo le ha preocupado mi educación? nunca me ha ayudado en nada, y cuando le iba a preguntar algo porque no lo entendía me daba un guantazo por no saberlo hacer, así que iba a casa de mi mejor amiga a hacer los deberes con ella y su hermana mayor no ayudaba, siempre que podía me refugiaba en su casa, su familia me hacía olvidarme de todos mis problemas, eran la familia que yo deseaba tener y la que nunca tendría. Llevo 2 meses sin ver a Joyce, ya que al acabar el instituto se fue con sus padres a Irlanda y al volver se fue a Francia a un campamento de verano, y no la podré ver hasta dentro de tres emanas.
Vuelvo a prestar atención a la conversación que estábamos teniendo cuando mi padre me dice:
-¿Eleonor?
-Sí, lo siento, las notas bien... supongo –le contesto poniendo una mueca.
-¿supones? –Me dice mi padre con una voz dura.
-Eleonor ha sacado la segunda mejor nota de su curso con todo excelentes menos un 8, y aparte fue la mejor alumna del conservatorio donde iba a tocar el saxofón –Dice mi madre con una sonrisa.
Me la quedo mirando con los ojos muy abiertos, sabe que odio que mencione lo del saxofón, fue una parte de mi vida que quería olvidar, y siempre lo ha respetado, pero supongo que lo habrá hecho para hacerlo callar.
-Vaya, no sabía que fueses tan lista, ni que tocases el saxofón. –Me dice con una media sonrisa.
-Claro que no lo sabías, nunca te preocupaste por mis estudios, nunca te han importado y ¿ahora sí? Y tocaba el saxófono cuando tu aún vivías en esta casa, pero veo que estabas demasiado ciego en el alcohol como para darte cuenta de eso. –Le contesto sin pensar con una mirada sonriente.
Veo como mi padre me mira de golpe con unas de esas miradas que solía poner antes de pegarme, y me aparto un poco de la mesa, y miro hacia el suelo, entonces veo como empieza a respirar más profundamente y más entrecortadamente y empieza a hablar de un tema que no llego a escuchar. Hasta que escucho un ladrido y me enderezo de golpe, y escucho decir a mi padre:
-¿El perro? ¿Sigue vivo? ¿Dónde está? –Dice mi padre mirando a todos lados.
-No te lo voy a decir –Le contesto fulminándolo con la mirada.
-Vamos, dímelo, quiero verlo –Me contesta con un tono amable.
Estoy pensando que hacer, si se lo enseño me da miedo la reacción de pinxo y la de mi padre, pero si no se lo enseño tengo miedo de lo que pueda hacer mi padre así que me decanto por lo primero y le digo que me siga.
Al llegar a mi habitación abro el baúl y saco a pinxo, mi padre entra y se lo queda mirando y dice:
-Lo daba por muerto, después de la paliza que le di. –Dice sin ningún remordimiento
-¡¡Estuve 14 horas con una persona que se accedió a llevarme hasta el veterinario, luego vino mamá y se quedó ella y así hasta una semana y media, pinxo se estaba muriendo, pero aguantó, estuvo dos semanas en rehabilitación y se recuperó, pero sigue ciego de un ojo, por tu culpa!! –Le digo sacando toda la rabia que tenía contraída hacia él.
Mi padre se me queda mirando durante un rato, veo como empieza a levantar la mano y mucho recuerdos vienen a mi mente, solía vivir esta escena cada día, y no estoy dispuesta a volverlo a vivir, así que cuando su mano se dirige hacia mi cara la esquivo y me voy corriendo escaleras abajo a buscar a mi madre, escucho como mi padre grita mi nombre desde las escaleras, mi madre de golpe se pone de mie, y se pone delante de mí para protegerme, cuando acaba de bajar las escaleras viene corriendo hacia nosotras y mi madre le pide que se calme, pero creo que esa palabra no entra en la forma de vida de mi padre ya que al escuchar esa palabra se enfurece más y más, veo como viene hacia mí, empuja a mi madre y ella choca contra la mesa, a mi me agarra por la camiseta, y me da un puñetazo en la nariz, cuando se dispone a darme otro le interrumpo diciendo:
-¿Lo ves? Sabía que seguías siendo la misma persona agresiva y psicópata de siempre –Le contesto con una mirada desafiante.
Se queda pensando un rato y cuando vuelve a prestar otra vez su atención en mí me da una patada en la pierna y me hace caer, cuando me ve en el suelo me empieza a golpear en la cabeza y poco a poco voy entrando en un largo sueño, pero aún logro entender lo que están diciendo mis padres.
-Voy a llamar a la policía –Le dice mi madre a mi padre
-Como llames a la policía antes de que lleguen tú y tu hija estaréis muertas –Le dice mi padre entre risas y seguro que con una amplia sonrisa en la cara.
-No te preocupes que ya me voy, quedas avisada, como llames a la policía estás muerta –Dice mi padre antes de irse.
Y cuando justo creo que se ha ido vuelve y me da otra patada, y hace que me golpee la cabeza contra el suelo fuertemente y entre en un sueño profundo.

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