CAPITULO 7

290 25 6
                                    

-No... No es lo que parece... -me dijo Chase sonrojado.
-Yo creo que si, te has pasado el día espiándome -le contesté poniendo los ojos en blanco.
No sé porque un chico como él me espiaría, ya que yo soy de las chicas que no se relaciona mucho y menos con los chicos, y en cambio, él es todo lo contrario, hace amigos al instante y es de los más populares del instituto. Es como el chico perfecto, pelo un poco largo, de lado, ojos grises, con las facciones definidas y de cuerpo no está nada mal, el chico que toda chica querría tener. Toda chica normal, entonces a mí no me incluye, a mí ni me gustan los chicos, ni el maquillaje, ni salir de fiesta, ni nada relacionado con mi edad, solo me centro en mis estudios, en mi futuro y en cómo salir de este infierno.
-Tenía que venir ha hacer unos recados, te he visto y me ha entrado curiosidad al verte comprando el saxofón -Me dijo tocándose la cabeza
-¡¡Eleonor!! ¡¡Ya nos vamos!! -Me gritó mi madre desde el ascensor para ir a por el coche.
-Me tengo que ir, hasta luego -le dije mientras me alejaba de él poco a poco.
-Hasta pronto -Me contestó medio chillando, ya que ya me había alejado bastante de él.
-Ya hemos llegado a casa -Dijo mamá para que mi padre supiera que habíamos llegado.
-Donde leches habéis estado toda la tarde? -Dijo con los ojos inyectados en sangre.
-Hemos ido al centro comercial, te lo comenté antes de ir y me dijiste que te parecía bien -le contestó mi madre incrédula.
-Que llevas ahí? -Me dijo señalando el maletín que tenía entre mis brazos.
-Es el saxofón que me he comprado. -Le dije sonriendo.
-Déjamelo ver -Me dijo muy serio.
Dejé el maletín en el suelo, abrí las anillas y me dispuse a sacarlo, cuando lo puse al alcance de mi padre se lo quedó mirando un buen rato, después su mirada se puso en mi, luego en mi madre y dijo:
-Y cuánto ha costado el capricho de la niña?
-369 euros, es de los mejores, para que pueda aprender bien y le durará para toda la vida. -Dijo mi madre sonriendo.
-Me voy al bar -Es lo único que dijo él.
-Pero si es casi la hora de cenar -Le contestó mi madre.
-¿Perdona? ¿Tú te puedes ir toda la tarde con los niños y yo ahora no me puedo ir ni una hora? -Dijo mi padre fulminando a mi madre con la mirada.
-No te vas a ir -Le dijo ella desafiándolo.
-Sal de mi camino si no quieres tener problemas. -le contestó medio chillando.
Como mi madre no se movía, mi padre la agarró del hombro y la estampó contra la pared, y él sin preocuparse por si se había hecho daño se fue. Corrí a ayudarla y le dije a Asher que me trajera una bolsa de hielos, mientras que Asher preparaba los hielos ayudé a mi madre a llegar hasta el sillón, se sentó gruñendo, le dolían las costillas por el golpe que se acaba de dar, Asher trajo los hielos y se los dio a mi madre, la cual rápidamente se los puso en las costillas resoplando.
-Puedes ir a acostar a Asher? -Me preguntó mi madre.
-Si, ahora mismo voy -Le contesté mientras me dirigía hacia Asher y me lo llevaba escaleras arriba.
Entremos en su habitación, se pu so el pijama mientras yo le bajaba la persiana y le deshacía la cama, se tumbó en ella, lo arropé, y cuando me disponía a irme me dijo:
-¿Puedo preguntarte algo?
-Si claro, lo que tú quieras -Le contesté mientras me sentaba en el filo de su cama.
-¿Tu tienes miedo a papá? -Me preguntó muy serio.
De todas las preguntas que me podría haber hecho no me hubiese imaginado que me iba a hacer esa, ya que él nunca sacaba el tema de papá, siempre observaba y callaba.
-A veces si, pero pienso en los buenos momentos que he vivido con el y se pasan todos los miedos -le contesté sonriendo. Asher se quedó callado así que le pregunté:
-¿Porque me lo preguntas?
-Era solo curiosidad -Me dijo con una pequeña sonrisa.
-Tiene que haber un motivo, Asher, que te a hecho papá para que le tengas miedo? -Le pregunté muy seria.
-Hace unos días, fui a la terraza, ahí vi unas flores, aquellas rosas que compró mamá hace unas semanas. De repente papá apareció por detrás y me empujó contra la pared, y me empezó a chillar que no valía para nada, que solo había hecho que estropearle la vida, y cosas así... -Me dijo mientras miraba hacia el suelo.
-Asher, Dios mío, ¡¿porque no me lo dijiste antes?! Podría haber hecho algo, se me hubiese ocurrido algo... -Le contesté mirándole a los ojos.
-Si te decía algo te pegaría como lo hace siempre, y yo no quiero que te pegue porque tú no has hecho nada malo, ni tú ni mamá y no merecéis que os peguen. -Me dijo haciendo pucheros.
-Me da igual que me pegue papá, ya me he acostumbrado, pero tú no tendrías porque ver nada de lo que está pasando, ni verlo ni sufrirlo ¿entiendes? -Le dije alzando un poco más la voz.
-A mí también me da igual que me pegue... Pero me da miedo que me mate -Me contestó llorando.
-Ese cerdo no te va a matar Asher, yo lo impediré. -Le dije guiñándole un ojo.
-Ya lo ha intentado dos veces, me empujó a una carretera con muchos coches, y el otro día me empujó por la ventana y se fue, pero me agarré desde fuera, estaba a punto de caerme cuando de repente apareció Chase y me ayudó a subir. -Me dijo mirándome fijamente.
-¿Cómo sabía Chase que te estabas cayendo? -Le pregunté incrédula.
-Me vio desde su ventana, siempre nos está mirando, y siempre aparece cuando me va a pasar algo, es como si lo supiera todo. -Me contestó.
Fui a preguntarle mas cosas sobre Chase pero me di cuenta de que ya se había dormido, le arropé, fui a cerrarle la ventana para que no pasase frío y me di cuenta de que alguien desde la casa del frente nos estaba mirando, era él, era Chase.

UNA MÁSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora