two

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La voz de aquel extraño me sacaron del sopor, y los pensamientos empezaron a volar por mi cabeza, ¿quién era?
Y lo más importante, ¿cómo había llegado hasta allí?
Estaba segura de que no había escuchado el horrible y estridente sonido de la puerta de la azotea, y estaba claro que no había otra forma posible de subir esas seis plantas.

—¿Quién eres?—acerté a preguntar.

El chico soltó una carcajada, y justo después, su expresión se tornó extrañamente seria.

—¿Quién soy?—dijo el desconocido, elevando la voz al cielo dramaticamente—Nadie lo sabe. No reconocerían al servamp de la melancolía ni aunque lo tuviesen delante.

—Genial—dije, volviendo la vista a la ciudad.

—¿No me vas a preguntar lo qué es un servamp?—se extrañó él.

—Si insistes...-acepté yo.

No me vendría mal que alguien me entretuviese. La lluvia había aminorado, por lo que no quise entrar en mi apartamento.

—La palabra Servamp viene de una mezcla entre sirviente y... vampiro.

Aquella última palabra me llamó la antención. Desde que llegué, no habían cesado los rumores de que varios ciudadanos habían sido atacados por un vampiro.
Lentamente, giré mi cabeza, y mi mirada asustada se cruzó con la del chico. Su expresión se mostró desconcertada, hasta que se percató de mis pensamientos. Entonces, él me dedicó una sonrisa.

—Oh, no te preocupes por eso. No te haré daño— me tranquilizó, haciendo un gesto con la mano— Bueno, como decía, los servamps, como ambos nombres indican, son vampiros sirvientes.
»Nosotros, pese a ser fuertes, obedecemos órdenes de lo que serían nuestros dueños, los eves.

—Supongo que tendré que preguntar qué es un eve.

—Estaría bien —dijo el servamp, sentándose frente a mi — Al principio, los eves son humanos corrientes. Cuando conocen a un servamp, son libres de hacer un contrato con éste, y así consiguen más poder.

¿Era aquello real?¿De verdad existía algo como eso? La curiosidad, que ya había sustituido al miedo, me empezó a carcomer, y cuando eso pasaba, mis preguntas se disparaban sin control.

—Y, ¿cuántos servamps hay?¿a qué tipo de contrato se somete un eve?

—Veo que te interesa. Sobre cuántos servamps hay, somos ocho. Pereza, Avaricia, Envidia, Gula, Ira, Orgullo, Lujuria, y por último, Melancolía.

—Los siete pecado capitales y el octavo...-susurré para mis adentros.

Si lo oyó, el chico ignoró mis palabras.

—Y, en cuanto el contrato, es bastante simple. El eve tiene que regalarle un objeto de valor propio al servamp, además de un nombre nuevo. Si dicho objeto se rompe, también lo hace el contrato—explicó— El servamp, por su parte, tiene que recibir sangre de su futuro dueño.

—Entiendo. ¿Y qué trae al octavo servamp, el de la melancolía, hasta una azotea helada en medio de la noche?

El suspiró y echó la cabeza hacia atrás, mirando al cielo oscuro. Imaginé los engranajes girando en su cabeza, buscando las próximas palabras que saldrían de su boca.

—Iré al grano—empezó a decir, y yo alcé una ceja—vengo a proponerte ser mi eve.

El corazón me dio un vuelco. No sabía como responder a aquello.
Todo parecía tan irreal, en realidad nada tenía sentido. Los vampiros no existían, y seguro que mucho menos harían tratos con los humanos.
Además, ni siquiera conocía a aquel chico, podría ser un loco.

Las dudas y la curiosidad me seguían asaltando, pero mi sentido común gritaba dentro de mí.
Lo mejor sería ir a casa y descansar, esperar de que todo fuese un sueño.

—Lamento decepcionarte—dije mientras me levantaba— pero de pequeña me enseñaron a no recibir mordiscos de vampiros desconocidos.

Otra carcajada salió de su garganta, inundando el cielo.

—Sabía que no serías fácil de convencer, Ruchia. Te lo mostraré.

Su sonrisa se ensanchó, mostrando unos colmillos puntiagudos, inconfundiblemente de un vampiro.
Acto seguido, hizo aparecer una espada en su mano, que hacía un momento no tenía. El metal de la hoja refulgía con un tono rojizo, como sus ojos.
Era consciente de que me había quedado pasmada, y también de que él sabía que me había sorprendido.
No pude creer lo que veían mis ojos, pero ahí estaba.
Ni siquiera me fijé en que había dicho mi nombre.

—Aunque todo sea verdad—anuncié dirigiéndome a la puerta—si he entendido bien, un servamp es más fuerte que su eve.

—Si—admitió él, haciendo desparecer su arma.

—Entonces podría traicionarle, ¿no es así?¿Matarlo?—tercié—En el caso de aceptar, nada me aseguraría protección. No puedo consentir eso.

El servamp pareció sopesar mis palabras, pero con un movimiento hábil, se posó sobre su rodilla izquierda. La tensión de aquel momento se pudo palpar. Todo a nuestro alrededor pareció pararse, los ruidos se disiparon.

—Yo te protegeré, Ruchia—murmuró en un tono que pudiese oirlo. Luego alzó un poco la voz—Seré tu servamp, y sin importar el qué, te obedeceré.

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Me alegro muchísimo de que os esté gustando la historia.
La verdad es que no sabía si recibiría mucho apoyo, pero si lo está haciendo... y más de lo que esperaba.
Llevaba pensando mucho tiempo en esta historia, y de verdad, muchas gracias. ♡

MY MELANCHOLY ─ SERVAMP。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora