Conozco.

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Siempre he pensado que conocer a las personas y saber quiénes son pueden ser conceptos bastante parecidos pero nunca iguales, a veces erróneamente alzamos la mano y decimos conocer a alguien pero ¿de verdad lo conoces? La diferencia raya en la expectativa, las personas tienden a esperar algo de las personas que conocen, pero nunca de alguien que solo saben quién es, conocer a alguien significa que puedes ponerte en sus zapatos, que podrías decir qué sabes cuál podría ser su decisión en diferentes circunstancias, que has husmeado en su interior y conoces sus sueños, quizá hasta seas parte de ellos, que puedes mirarle a los ojos y estar enterado de sus miedos, sencillamente que ha compartido su alma contigo y tú con esa persona, lo que me lleva a la conclusión de que conocer es más que saber quién es, porque saber quién es, es tan solo una expresión que ha sido modificada y mal usada, muchos nos pasamos la vida sin saber quiénes somos.

Yo sabía quién era Rufo... por así decirlo, me sonrió en sueños y después en el presente, así es, lo conocí fue casi una experiencia divina, igual que la primera vez, no supe qué debía hacer, solo que debía de ser rápido y certero o lo perdería para siempre, era incluso más bello y tan... Real.

No comprendí exactamente lo que estaba ocurriendo hasta que él se aproximó a mi, con una playera negra que contrastaba su piel clara, con una media sonrisa que ya me estaba haciendo perder la cabeza y un caminar seguro

-Hola ¿cómo estás? –Fueron sus primera palabras hacia mi, no sabía si me aprobaba, no estaba precisamente presentable pero aún así decidió acercarse-

-Hola amm –no pude evitar ponerme nervioso y mirar a todas partes excepto a sus ojos- Todo está excelente ¿cómo te va? Soy... -y le dije mi nombre-

-Es un gusto, soy –Rufo, pensé- Rufo –no podía creerlo, de verdad era él-

-El gusto es mío Rufo –y más que eso- y ¿ya hemos coincidido antes o solo decidiste acercarte y hablar con un extraño? –Por supuesto que ya sabía que no habíamos coincidido antes, sin duda alguna lo habría recordado-

-Diría que la segunda, aunque no de la manera en que lo dijiste, no es mi intención molestarte, si así lo prefieres puedo regresar por donde vin...

-¡No! -eso fue patético de mi parte- No, para nada, anda, cuéntame que te trae por aquí

-Pues estaba camino a casa y estoy esperando taxi, pero me sentí algo solo así que decidí acercarme –Todo él era un ángel, ni siquiera parecía nervioso, todos sus gestos y palabras eran tan naturales que resultaba aún más atractivo-

-Entiendo, disculpa de ante mano si te has topado con el extraño más aburrido de la ciudad –decidí sonreír para variar y estreché su mano- ya sabes para sellar el trato –dije en tono burlón-

-Trato hecho entonces – y me sonrió de vuelta- y está por verse ¿quién sabe? Tal vez fuiste tú quien encontró a la persona más aburrida de la ciudad, que en todo caso, terminaría siendo algo interesante ¿no lo crees? Es decir estás con la personas MÁS aburrida, eso merece una foto –me encantaba como usaba sus manos para engrandecer sus palabras con sus gestos, no las dejaba quietas ni un segundo, en cambio yo, era una piedra-

-solté una leve risa y saqué mi teléfono del bolsillo de mi pantalón para revisar la hora, algo que hago siempre que estoy nervioso y que casualidad, eran las 6:14 p.m. era de esperarse- Venga entonces esa foto –Entonces él hizo lo último que pensé que haría, tomó su teléfono y puso la cámara, después nos tomamos la foto-

-Creo que quedó muy buena aunque me veo muy mal –se rio y yo solo quería decirle que eso era imposible-

.-No es que yo haya salido mucho mejor –reí- pero es una buena foto

-Ya que vi que si tienes celular ¿qué te parece si intercambiamos números y continuamos esta conversación luego?

-Claro –intenté sonar mucho menos emocionado de lo que estaba sin llegar a sonar desinteresado ni grosero- dame tu teléfono –me dio su teléfono y escribí mi número, todo seguía pareciendo tan irreal, Rufo allí, yo sosteniendo su teléfono y escribiendo mi número... ¿estoy seguro de que no morí otra vez?-

-Vale, entonces, te marco y guardas mi número, justo ahora debo irme pero sabrás de mi pronto –y les adelanto, si supe de él muy pronto-

-Espera ¿pudiste irte en cualquier momento?

-Solo sonrió y bajó la mirada, después me miró y dijo- Si, pero tal vez encontré una razón para quedarme-

Solo pude pensar, diferentes palabras, mismo concepto, quedé como un tonto con la boca abierta con una sonrisa a medio camino y una sensación de que todas las decisiones que había tomado en mi vida me habían llevado a estar en ese lugar, a esa hora en ese día.

Yo sabía quién era Rufo y hoy comencé a conocerlo.

Seis CatorceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora