Seis Catorce

Amanecer, anochecer y despertar.

Cuando crees que las cosas están tomando de nuevo su curso o tienes ese presentimiento de que una situación incómoda o delicada llegará a su fin, normalmente resulta que solo está por ponerse peor, la gran mayoría de los cambios son permanentes y aferrarse a cómo eran las cosas antes de ellos es lo peor que podemos hacer, estar esperando algo que ya pasó y no comprender por qué no vuelven, por lo menos yo ya no puedo ver a los ojos a esa persona que era mi último hogar, tenía mi refugio contra el dolor en sus brazos y mi tranquilidad en sus palabras así que cuando me apuñaló por la espalda, supongo que dolió un poco y no estoy hablando de un amor, sino de la familia, de mi segunda madre, de hecho, o al menos así la consideraba, este solo fue el impulso final para comenzar a romper el silencio, para sacar las palabras de mis pensamientos y se conviertan en algo tangible. Es un final efímero porque eventualmente la historia nos alcanza y quiero comenzar a contarles todo lo que ha pasado hasta el día de hoy y que esta vez sea yo quien alcance a la historia. El principio de un montón de anécdotas de un chico que ha sufrido demasiado en un periodo muy chiquito.

Knock...Knock...knockin' on heaven's door.

No quiero quedarme sin haberte dicho de nuevo, cuanto te quiero hoy hablé de ti en clase de inglés, sobre algunos de mis mejores momentos, la vida se nos escapa en un segundo y nada podemos hacer, nos hemos apartado pero pienso que la relación es la misma, nunca has sido un mal amigo, nunca y no, no me arrepiento de cada mensaje y palabra de amor que pude decirte, ni lamento que cada vez que regreso es por un arranque de sentimientos, los tengo a flor de piel y lo sabes, quiero que sepas que aún te quiero, igual que la primera vez e igual que la última vez que te vi, decir que te quiero es poco, tú sabes lo que siento y por supuesto que no espero una respuesta igual, yo sé que me quieres, de otra forma, créeme lo tengo claro y no me duele que no sea mutuo así que por eso no te preocupes, siempre seré tu amigo, seré incondicional si me necesitaras no estaré lejos pero solo quiero que tengas en mente una cosa, sigo y seguiré queriéndote de una manera romántica el por qué honestamente ni a mi me queda claro pero como sea jamás he podido elegir que sentir y recalco que hasta ahora no me arrepiento de nada.

Eran las 5:00 de la mañana de un lunes de agosto de 2011 y hoy una tarde de julio a las 5:14 de 2016, no voy a mentirles, he escrito todos los cuentos y poemas de amor que mi cabeza me ha permitido algunos largos otros cortos pero todos bellos, no porque lo diga yo mismo, sino porque estaban inspirados en ti, si así es en ti, persona que no conozco, un anhelo de lo desconocido me inspiraba y me susurraba cada palabra y cada rima, siempre en la búsqueda de... ¿de qué? ¿Del amor? ¿O de su personificación? Me temo que cupido no me lo deja claro y yo tampoco quiero entenderlo, siempre he pensado que estoy en busca de lo que perdí, claro que si, yo tuve un amor, juvenil, fresco, bastante estúpido y como ya debes de haber adivinado, lleno de dolor y me encantaba, solo con él sentía que el azul del cielo me decepcionaba en comparación con el azul de sus ojos y la suave brisa del atardecer era áspera si sentía su piel, me he pasado los últimos años buscándote en otra persona y casi te he encontrado, he estado cerca, he encontrado tu mirada en otros ojos pero no tus manos, he encontrado tus labios en otro hombre pero no tus besos, he encontrado tu calidez en otros brazos, pero no mi hogar.

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Aún no termino de entender cómo es que mi pulso no se aceleró y mi mente no me llenó de desolación y aún más sorprendente que mi cuerpo no se estremeció, pasó tal cual la primera vez, un doctor, mi padre y yo, esperando el diagnostico que por segunda vez concuerda con esquizofrenia, supongo que me resigno a creer que es cierto aunque las puertas se sigan escuchando en la madrugada y escuche sugerencias de voces que no existen ¿es que acaso eso no le ocurre a todos? Pensé que si, es duro, claro que si, nuevas decisiones y los mismos medicamentos y un estúpido examen en puerta, justo ahora odio ser yo, pensándolo, desde hace más o menos unos 9 años odio ser yo.