Amores de una noche.

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De los que he tenido ya demasiados, esta repentina alegría por estar un poco más cerca de este raro fenómeno conocido como amor, que nos trae paz y entendimiento, fortaleza y esperanza, me ha hecho pensar en todos los cuerpos que he tocado y los labios que he besado, en todas las veces que ellos pensaban que les estaba haciendo el amor a su manera, el amor tiene diferentes formas pero no diferentes significados y por eso sé que no existen otras formas de hacer el amor, he sido testigo de la depravación del ser humano y he visto hombres enamorarse de ello, enamorarse de la personificación del placer, el cual era mi papel, un papel que tuve que desarrollar por codicia, como ya había comentado antes, el amor fue un precio que tuve que pagar pero no era mi precio, mi precio era unos cuantos billetes y yo me encargaba de que tuvieran un orgasmo, no importaba quien eras, si tenías dinero y una habitación te haría mío y al cabo de algunos minutos de erotismo y sexo desenfrenado me iría para nunca más volver si así lo pedían, cómo todo lo que he hecho desde que tengo memoria, siempre lo hacía bien, incluso mejor que eso, sea lo que sea siempre hago lo posible por destacar y siempre lo logro pero no sé porque, ni siquiera soy talentoso, ni siquiera tengo "el toque" tampoco siento pasión por nada de lo que hago, que es el principal motor de toda acción, un hombre con pasión y un sueño es capaz de lo que sea, lo curioso es que yo también pero mi pasión parece haber muerto junto con mi madre, murió con mi inocencia aquella noche en esa habitación, en mi maldita habitación... Sea como sea, he tenido la dicha de aprender de quienes vinieron antes que yo, sus trucos, sus problemas y sus memorias siempre eran enriquecedoras, yo consideraba la experiencia mi propina, pero cada vez que me prostituía dejaba de ser yo, perdía parte de mi identidad y también de mi humanidad, un hombre que ni siquiera tenía necesidad de un ingreso, tenía y tengo todas las comodidades que cualquiera podría desear, lo hice porque acepté que ese era el tipo de afecto que quería, quizá el que necesitaba o merecía. Di un nombre, di una profesión ten por seguro que ya tuve uno de esos a mi merced ¿médico? ¿Ingeniero? ¿Maestro? Vamos me lo estas poniendo muy fácil, si, si y si he tenido sexo con hombres altos, con hombres de baja estatura, he tenido sexo con jovencitos, he tenido sexo con adultos, blancos o morenos también, incluso tu podrías ser uno de ellos y solo me recuerdas como aquel tipo dotado que tu piensas ayudabas con unos cuantos billetes y de cierta manera lo hacías y visto desde otra perspectiva, me arruinaste la vida aunque no me engaño, yo solo me arruiné la vida, decidí ponerme un precio y exhibirme como un pedazo de carne, me lancé a los lobos pero resultó que aprendí a andar entre ellos, me volví uno de los suyos y comencé a fingir que seguía siendo yo, la gran mayoría me ofrecía una charla y asilo después del sexo, otros educadamente me daban las gracias y me mostraban la salida, pero hubo dos que llegaron para quedarse y es gracioso y casi increíble pero ambos tienen el mismo nombre, llamémosles los J's, así mismo J1 y J2, J1 fue mi cliente y uno muy frecuente era un señor ya entrado en años pero bastante vigoroso y viril, de posición privilegiada y mucho que perder, vender sus secretos me habría traído una fortuna pero ¿qué clase de mente enferma hace eso? He tolerado muchas cosas pero alguien que vende los secretos de otros me resulta repulsivo, un secreto es uno de los actos máximos de confianza, deberías sentirte privilegiado en lugar de estar pensando a quien se lo dirás pero como ya he dicho antes, hay quienes simplemente son carcasas, pero porque decidieron serlo no porque la vida los haya llevado hasta allí, en fin me gustaba estar con J1, me gustaba tener sexo con él su piel por alguna razón siempre estaba tibia y su velludo cuerpo me resultaba tremendamente atractivo, oh si, teníamos sexo duro, había muchos gemidos y sudor, algunas veces me pedía parar porque le dolía pero yo no quería aunque accedía siempre a sus deseos al final era él quien estaba pagando, aunque con él tiempo no lo veía nada mas y nada menos que como una sesión de ejercicio traducida en sexo, algo sumamente triste un acto tan íntimo convertido en algo tan banal como una rutina, el caso es que antes de convertirse en rutina fue un vicio, necesitaba de mis clientes más de lo que ellos necesitaban de mi aunque siempre fui bastante bueno aparentando que no era así, siempre he sido bueno siendo un mentiroso, comprendí que masturbarme ya no era suficiente desde que había conocido el sexo y comencé a buscar mis propias aventuras sin necesariamente ser un prostituto, encontrar cuerpos a los cuales hacerles lo que se me viniera en gana porque sin dinero de por medio el cielo era el límite, fue cuando encontré a J2 un hombre sumamente atractivo, varonil, joven y atlético, está de más decir que era inteligente y exitoso y no está de más decir que tenía una novia ¿qué si no me sentí mal? Por supuesto que si, más que eso me sentí como la basura que soy o en otras palabras, abrí los ojos a la realidad, la verdad es muy simple, soy una mala persona, pero no podía permitirme tener a ese hombre bajo mi control y no hacer nada, él buscaba un placer que solo yo podía darle y yo encantado lo hice una y otra y otra vez, es lo más cerca que jamás estaré de hacer el amor, como J2 lo llamaba, como él me lo pedía, ir a su casa y hacerle el amor, siempre ha pensado que eso es lo que le hago, hasta yo lo pensé en algún momento pero no, lo penetraba sin parar hasta que se corría en el piso y me pedía que me corriera dentro, siempre he sido bueno complaciendo pero llegó el momento en que no supe si me estaba complaciendo o los complacía a ellos, o si complacerlos me complacía como era el caso de mi otro amante S1, si, tuve amantes simultáneos, algunos me pagaban con dinero y otros me pagaban con el placer de su compañía, llegué a coger a 3 tipos en un solo día, solo para esperar por el día siguiente y conocer otros más, mi realidad era esa, coger, cobrar, dormir y comprar entre todo eso aprendía y experimentaba y todo eso me trajo a este momento, el día en que quise plasmarlo y compartirlo con una pobre redacción tratando de ser lo más específico posible para que te pongas en mis zapatos y me digas si mi locura no está justificada, para que me digas si la aversión a mi persona no es lo que merezco ¿qué pensaría Rufo si le contase todo esto?

Seis CatorceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora