Capitulo 35

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-Azul, voy a hacerte una propuesta - dijo el profe mientras desayunábamos.

-¿Cuál? - pregunte.

-Es acerca de tu... - el profe hizo una pausa, miro a Llane y continuo - nuevo trabajo.

Mire de reojo a Llane el cual estaba con una pequeña sonrisa, todos estaban en silencio prestando atención a lo que el profe decía.

-Dime - dije insistente.

-Voy a dejar que trabajes.

-¿En serio?

-Si, pero existen ciertas condiciones.

Recordé las palabras de Llane la noche anterior y di un suspiro para mis adentros.

-¿Cuáles son las condiciones?

-La primera es que siempre uno de nosotros ira contigo. La segunda es que el dinero que ganes te lo quedes tú, nada de darnos dinero ¿Entendido?

Asentí con la cabeza y sonreí.

-¿Solo son esas dos? - pregunte al profe.

-Por el momento si - dijo el profe y luego añadió - respétalas y no te pondré más condiciones.

-Gracias, eres el mejor primo del mundo entero - dije - aunque algo cascarrabias.

El profe me miro serio y luego sonrió, después todos rieron y seguimos desayunando tranquilos hasta que Pablito hablo.

-¿Y quién va a acompañarte esta noche?

-¿Quieres ser tu verdad? - Dije mirando a Pablito, quien asistió con la cabeza repetidas veces - ¿Hay algún problema con que él sea el primero? - pregunte mirando a los demás.

-No - respondieron todos al tiempo.

-Eres el elegido - le dije a Pablito.

Después de unas horas ya estábamos arreglándonos para salir cuando vi a Pablito con una gorra, unas gafas, una chaqueta y una bufanda.

-Vamos a un bar, no a la Patagonia - dije riéndome de sus vestimenta.

-Es para que no me reconozcan - me dijo Pablito.

-Es un bar, estará oscuro - dijo Llane riéndose también.

-No me importa - dijo Pablito - ¿Ya nos vamos?

-Si - dije y abrí la puerta.

-Suerte - me dijo Llane despidiéndose de mí.

-Gracias - dije y me acerque para besarlo.

Cuando me aleje de Llane vi que venían Dim y el profe.

-Que te vaya bien - me dijo Dim.

-Gracias.

-Azul - dijo el profe llamando mi atención - disfrútalo - dijo y me sonrió.

-Gracias, los amo a todos - dije y entramos al ascensor.

Subimos a la camioneta y arrancamos, me parecía un completo desperdicio de gasolina, pues caminando no nos gastaríamos más de 15 minutos y si nos ejercitaríamos un poco, pero sabía que era lo mejor para que el profe me dejara hacer esto.

-Hemos llegado - dijo el chofer estacionando la camioneta frente al bar.

-Vamos Pablito - dije tomando mis cosas.

Al entrar Pablito caminaba detrás de mí como si fuera un guarda espaldas y eso me causaba mucha gracia.

-Azul - escuche que me gritaba Julian desde la barra del bar.

¿Imposible? (Piso 21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora