Azul es una chica sin pasado, no tiene recuerdo alguno de su vida.
Ella esta por averiguar si aquellos cuatro chicos que estaban con ella cuando despertó en el hospital le ayudaran a construir su nueva vida y sus nuevos recuerdos. ¿Podrá ser feliz a...
-Chicos hoy no solo los trajimos aquí para cenar - dijo Gaspar - queremos darles un pequeño regalo.
Margarita extendió sobre la mesa un pequeño cofre en madera, Llane y yo observamos el cofre y luego nos miramos el uno al otro.
-Vamos chicos no sean tímidos - dijo Margarita.
Estire mi brazo sobre la mesa hasta alcanzar el cofre y lentamente empecé a acercarlo a nosotros, tan pronto como tuve el cofre cerca lo abrí y mis ojos se abrieron al ver lo que había dentro.
Llane se vio tan sorprendido como yo, pero el reaccionó primero. Cerró la tapa del cofre y devolvió el mismo arrastrándolo sobre la mesa.
-No podemos aceptarlo - dijo Llane - lo siento pero...
-No se apresuren - dijo Gaspar - ustedes son los indicados para tener esto. Lo más correcto es contarles la historia detrás de todo.
Estaba por insistir que no podíamos recibir lo que nos estaban dando, no era correcto, pero decidí guardar silencio cuando Margarita empezó a hablar.
-Nosotros siempre hemos viajado por el mundo, un día estando en Hawaii en una ceremonia con una de las tribus de allí decidimos "casarnos" - Margarita hizo comillas con sus dedos - fue algo más simbólico, pero igual queríamos que fuera en una iglesia nuestra boda oficial, en nuestros planes también estaba tener hijos.
-Y que nuestros hijos tuvieran hijos - interrumpió Gaspar.
-Pero la vida pasa muy rápido y no nos damos cuenta - volvió a hablar Margarita - en Italia adquirimos eso - señaló el cofre - pero seguimos en nuestros viajes y cuando nos dimos cuenta no tuvimos hijos, ni nietos y jamás pudimos darles el uso que se merecen. Ustedes pueden tomar esto como un legado.
Llane tomo mi mano y suspiro apretándola un poco, miro a mis ojos y sonrió.
Gaspar volvió a acercar el cofre a nosotros y levanto la tapa para dejar ver las dos hermosas argollas de plata que había en el interior, Llane agarro la más delgada y la puso en mi dedo, yo hice lo mismo con el otro.
-Toma esto como un símbolo de todo el amor que siento por ti - dijo Llane y me dio un beso rápido en los labios.
-Te amo - dije.
Margarita y Gaspar pusieron sus manos sobre las nuestras y sonrieron.
-Espero que estén juntos siempre y que puedan sentirse como lo dice en las argollas - dijo Gaspar.
¿Que dice en las argollas? La mire por encima pero no había nada, Llane también veía la de el, saque la argolla del dedo y entonces lo vi, había un grabado en el interior.
"Io sono parte di te, tu sei parte di me"
Era Italiano, "yo soy parte de ti, tú eres parte de mi"
Me acerque a Llane para preguntarle algo, no quería que Gaspar y Margarita escucharan aún, después de decirle Llane fue el que decidió contarles a ellos lo que le había dicho.
-El día que decidamos casarnos, queremos que ustedes sean los padrinos de nuestra boda - dijo Llane - como agradecimiento.
-Estaremos encantados - dijo Gaspar.
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-Ya extraño el barco - dije a Llane mientras caminaba con él de la mano en el aeropuerto de Bogotá.
-Ya volveremos - contestó con una sonrisa.
-Gracias.
-¿Por?
-Por estas mini vacaciones y obviamente por la sorpresa.
Llane me abrazo y beso mi frente con ternura.
-Te mereces eso y mucho más.
Salimos del aeropuerto y vi al profe de pie junto a la camioneta, pensé que los demás estaban allí, pero estaba equivocada.
Saludé al profe abrazándolo, él nos ayudó a guardar las maletas en el baúl para poder ir a casa más rápido.
-¿Por que no vienieron los demás? - pregunto Llane, el cual estaba sentado en el asiento de adelante junto al profe.
-Dim y Pablito regresaron con Mishel y Juana de Medellín y no quisieron levantarse temprano - justifico mi primo.
-¿Temprano? - hablé - son casi las 10 de la mañana.
-¿En serio crees que iban a levantarse antes de medio día un domingo?
Reí.
Había un poco de tráfico en la ciudad así que el regreso a casa fue más largo, el profe habia puesto música e iba hablando con Llane acerca de algo del grupo, yo me limitaba a escuchar o a cantar algunas canciones que me sabía.
Mire hacia mi mano y al ver el anillo que descansaba en mi dedo anular de la mano izquierda sonreí. No habíamos tenido la oportunidad de hablar con nadie acerca de lo que había sucedido en el barco, sería una gran sorpresa para todos.
-Hogar dulce hogar - dijo el profe mientras apagaba la camioneta y salía de ella.
Me baje y ayude con una pequeña maleta pues ni Llane ni el profe me dejaron cargar nada mas, al entrar a la casa no vi a nadie en la sala, pero escuchaba voces en la cocina.
Cuando llegamos con los demás estaban sirviendo pancakes para el desayuno, y ya habían varios platos listos, así que comimos todos.
Estábamos tan entretenidos comiendo que casi no hablamos, pero al terminar las voces empezaron a hacerse presentes.
-Aaahh - grito Juana tomándonos por sorpresa, tanto que Pablito se acercó a ella preocupado.
-¿Estas bien? - le pregunto Pablo.
-Azul.
Abrí mis ojos y eleve mis cejas cuando Juana dijo mi nombre.
-¿Que pasa con Azul? - preguntó Pablito pero Juana en lugar de responder se levantó de su asiento corriendo a mi lado y levantando mi mano, justo donde estaba mi anillo.
La cara de todos los presentes, a excepción de Llane, cambio por completo, tenían la boca abierta y se quedaron mudos por un par de segundos.
-¿U..Ustedes... se comprometieron? - preguntó el profe desde su sitio.
-No - gritamos Llane y yo enseguida. Lo que causo más confusión.
-¿Entonces? - pregunto Dim.
En menos de 15 minutos explicamos con gran detalle lo sucedido, para algunos era casi imposible de creer, pero finalmente logramos convencerlos de que no mentiamos.
-Pero en cierto modo es un compromiso - dijo Ruth.
-Bueno algo así - dije - pero no muy oficial.
-Una compromiso es un compromiso - dijo Dim - punto final.
Mire a Llane, el cual me sonrío y guiño un ojo.
-Es que no he pedido la mano de Azul - dijo Llane - pero lo haré. ¿Profe?
Los ojos del profe se cerraron mientras formaba una sonrisa, luego cuando abrió sus ojos vi como poco a poco estos se cristalizaron. Su mirada viajaba de mi hasta Llane y viceversa.
-No puedo imaginar mejor hombre para mi prima - dijo el profe y nos dio un abrazo a cada uno de nosotros. Los demás se unieron hasta formar un lindo abrazo grupal.
-Necesito brindar por esto - dijo Pablito y corrió por una botella de vino, sirvió 8 copas y las entrego a cada uno de nosotros.
-Salud - gritamos chocando suavemente las copas en el aire, bese a Llane y finalmente le dimos un trago al vino.
