Estube fijándome en la gente que pasaba por delante mía, vi a dos niños jugando, sonreí por verles felices sin preocupaciones que a lo único que llaman dolor es a cuando se raspan las rodillas porque se han caído y un adiós es un hasta mañana y les daba igual como ir vestido o como hacerse el pelo, esa sonrisa me cambio drásticamente al pensar que todos crecemos como las preocupaciones y el dolor no era por una herida sino por el amor, porque aparte te critican por si llevas ropa de la temporada pasada o por si llevas el pelo más hecho y ahora un adiós suele ser para siempre.
Luego vi a una pareja de ancianos y pensé que no debería de tomarme los problemas tan fuertes más que nada porque me queda muchísima vida por delante y disfrutar y al igual que ellos, acabar al lado de alguien que me quiere por ser yo sea como sea.