01- Mi nuevo vicio (Alejo)

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"Eres un completo estúpido". Esa era la frase que Alejo se repetía mentalmente sentado al borde de su cama, sujetándose la cabeza con ambas manos apoyando los codos en sus rodillas. Otra vez se volvía a repetir la misma historia, otra vez se la han jugado. Su vida era un constante 'déjà vu' en donde siempre daba y nunca recibía, como una simple ecuación de dos términos, pero sin una solución exacta. Eso parecía el amor para Alejo: una operación matemática que todos lograban resolver, menos él.

-El amor no puede ser tan complicado- reflexionó en voz alta tratando de mantener la calma- ¿por qué se me niega de esta manera?- se levantó de la cama y caminó hasta la puerta, golpeándola con fuerza con las palmas de las manos. Quería llorar, llorar de rabia, de frustración, de tristeza, de cualquier cosa que le ayudara a desahogarse, pero pareciera como si el amor hubiera secado sus ojos o tal vez era una señal de que no podía volver a llorar por una mujer.

Sacudió su cabeza, con la esperanza de liberarse de todas su cargas emocionales, pero no funcionó. Entonces, el sonido de su móvil lo sacó de su ensimismamiento y sin ninguna prisa por contestar fue hasta el escritorio donde vio en la pantalla del móvil "Pau". Resopló negando con la cabeza. Su hermana era la última con la que quería hablar. Siempre le soltaba el mismo discurso de lo ingenuo que había sido y de que tenía que ser positivo, así que ignoró la llamada y salió de su habitación. Prácticamente los dos últimos días los había pasado recluido en su cuarto y cada vez que salía de él era como respirar aire fresco.

Apenas había comido y su estómago rogaba que lo alimentaran, por lo que se dirigió a la cocina mientras escuchaba como su hermana seguía llamándole, pero había decidido ignorar sus llamadas.

Mientras cocinaba pensaba en sus últimos años, repasando cada una de las relaciones por las que pasó y en todas había un elemento común: una chica que no se entregaba. Tal vez Alejo se entregaba demasiado rápido, pero era algo que no podía cambiar, le gusta darse a los demás y volcarse al 100% en todo lo que hace, pero uno siempre espera recibir algo a cambio, pero lo único que recibía era un desengaño tras otro. Y aunque siempre era lo mismo, cada vez le dolía como la primera. Sin darse cuenta había terminado de prepararse la comida y se sentó apartando todos esos pensamientos desagradables. Pensar en ello solo le traía dolores de cabeza y, desde luego, eso no era el compañero perfecto para un desamor.

Una vez hubo terminado de comer, se recostó en el sofá sin pensar en nada, solo descansar. Cerró los ojos y casi sin querer cayó en un profundo sueño, el cual lo arruinaron unos insoportables golpes en la puerta. De mal humor se levantó y miró a través de la mirilla. "¿Qué hace ésta aquí?", pensó al ver a su hermana con cara de pocos amigos al otro lado.

-¡Alejandro! ¡Sé que estás ahí! ¡Abre de una maldita vez!- gritó enfadada sin dejar de golpear la puerta. No tenía escapatoria, así que, tras un largo suspiro abrió la puerta y su hermana entró como un huracán golpeando a Alejo en la nuca- Que sea la última vez que ignoras mis llamadas, ¿tú sabes lo preocupada que estaba?- Alejo iba a decir algo pero lo interrumpió- soy tu hermana y te quiero, y aunque sea la pequeña también tengo derecho a cuidar de ti cuando estás mal.

-Lo siento- respondió apenado al escuchar a su hermana.

-Anda, ven aquí- ambos se abrazaron durante unos segundos que reconfortaron a Alejo. En ese instante solo necesitaba alguien a quien abrazar, simplemente eso- ¿estás bien?- preguntó Pau deshaciendo el abrazo y tomando el rostro de su hermano con las dos manos.

-Si te digo que estoy bien, ¿me creerías?- Alejo acarició las manos de su hermana quitándolas de su cara.

-Obviamente no te creería- respondió esbozando una sonrisa de lado- vamos a sentarnos, mejor- entraron al pequeño salón y tomaron asiento donde hace unos minutos Alejo dormía profundamente- Ahora vas a contarme absolutamente todo.

Sobre el amor y sus efectos secundariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora