Cuando uno se enamora, nadie le advierte de lo que sucede cuando se termina. Todo en la vida tiene un principio y un final, incluido el amor. Una historia que todos queremos comenzar a escribir, pero que nos resignamos a terminar. ¿Cuándo se termina el amor? Realmente es impredecible, lo que hace que sea tan doloroso cuando toca a su fin. Si bien es cierto que al inicio nos sentimos extasiados e inmensamente felices, también nos invade esa incertidumbre que acecha a cada paso que vamos dando.
El amor, tan pronto viene, como tan pronto se desaparece de la forma más cruel y dolorosa. Nadie está preparado para afrontar el desamor. No existe un manual de instrucciones que te diga qué ocurrirá cuando esa persona se vaya ni qué pasos debes seguir para superarlo. Lo que sí sabemos es que el desamor consta de varias etapas que se deben superar con la mayor entereza posible. Habrá dolor, desesperación, angustia, llantos, noches en vela... y finalmente resignación, aceptación y liberación. Se puede decir que el amor es un camino agradable y paradisíaco y el desamor es una travesía interminable por el desierto.
El protagonista de este relato ha disfrutado de ese sendero apacible del amor donde todo era perfecto, pero ahora ve que ese sendero está muy cerca de su final. A pesar de la inevitable situación, se niega a que todo aquello se termine, tratando de evitar ese agotador y largo desierto.
Había amanecido un día más y todo seguía igual que hace unos días. Alejo trataba de descifrar lo que sentía su novia, pero cada vez que lo intentaba se enloquecía pensando en lo peor. Su relación con Victoria se fue enfriando poco a poco de un momento a otro y no lograba explicarse por qué había sucedido eso. Pasaron de ser unos locos enamorados a dos completos desconocidos. Alejo quería reavivar esa llama que se prendió el día que se vieron por primera vez, pero cada intento era un fracaso. Ese amor parecía sentenciado a las cenizas.
-Buenos días- saludó Alejo entrando en la cocina. Ya no se acercaba a besarla porque sabía que lo iba a rechazar.
-Buenos días- respondió Victoria fríamente. Alejo ya no lo soportaba más. Detestaba toda esta situación y estaba dispuesto a zanjarlo de una buena vez.
-¿Puedo saber qué es lo que está pasando?- preguntó sentándose frente a ella.
-No sé de qué me hablas- dijo ignorando la pregunta.
-Victoria, no soy ningún estúpido. No puede ser que no te dieras cuenta de que ya no somos los mismos. Necesito saber qué sucede.
-No sucede nada, son imaginaciones tuyas- Victoria se levantó de la mesa dispuesta a salir de la cocina, pero Alejo la detuvo sujetándola de un brazo.
-Si no sucede nada, ¿por qué me evitas cuando trato de besarte? Apenas dejas que te toque ¿y me dices que no sucede nada?- Victoria lo miró fijamente unos segundos y se soltó de su mano, dejándolo solo.
Alejo estaba al borde de la locura más absoluta. Le resultaba imposible creer que de un día para otro, su novia lo rechazara de esa manera. Lo peor de todo es que ella asegurara que no ocurría nada, como si lo que estuvieran viviendo fuera totalmente normal. En ese momento, sintió la necesidad de romper algo y aliviar su frustración, pero apretó los puños con fuerza y logró contenerse.
Respiró profundamente y se sentó en el sofá tratando de calmar sus nervios y encontrar la manera de arreglar la situación. Todos los problemas tienen una explicación y Alejo estaba dispuesto a encontrarla, fuera como fuera. Ni siquiera sabía si él era el culpable, o lo era ella o simplemente el amor se había terminado.
Victoria estaba sentada sobre la cama con las rodillas pegadas al pecho, pensando en cómo decirle a Alejo que todo se había terminado, que ya no sentía lo mismo por él. Tenía mucho miedo de hacerle daño, pero debía hacerlo, por el bien de los dos. Alejandro se merece lo mejor y ella sentía que ya no podía dárselo y por eso debían despedirse antes de que fuera mucho peor.
ESTÁS LEYENDO
Sobre el amor y sus efectos secundarios
Short StorySerie de relatos cortos basados en las 12 canciones del álbum de Morat: Sobre el amor y sus efectos secundarios.