1~Olvido

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La lluvia caía con abundancia, era difícil distinguir el camino de vuelta. Mi reproductor de música no dejaba de ponerme canciones tristes.

Tenía frío, mucho frío.

El lugar estaba lleno de hojas secas las cuales no dejaban de moverse a causa del viento. Se acercaba el invierno y necesitaba otro lugar donde alojarme. Vivía en la calle puesto que no tenía un lugar donde vivir. «tendré que buscarme un garaje bien calentito» pensé mirando el cielo estrellado de Seúl. Jamás había visto tantas estrellas como aquella noche.

Ya se empezaba a notar el frío.
No recordaba cuánto tiempo llevaba viviendo en la calle, pues había perdido la noción del tiempo.

Según el documento de identidad que llevaba siempre en mi bolsillo, me llamaba Haneul y aquel día, el día que cambió mi vida, cumplí 20 años.

-cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, me deseo a mi misma, cumpleaños feliz. - canté mientras el fuego que había prendido con un mechero que le robé a un señor obeso, me calentaba las manos y a su vez, la vela que le puse al trozo de pastel que encontré en la basura. ¿Cómo alguien podía tirar algo tan rico? Estaba siendo mi mejor cumpleaños, jamás comí un pastel tan delicioso como aquel, ¿o sí?

Si intentaba mirar atrás, antes de vivir en la calle, todo en mi mente se ponía de color negro, no conseguía recordar cómo llegué a aquella situación pero no me importaba, fuera la que fuera mi vida anterior, me gustaba estar sola, no tenía que preocuparme por nadie.

Mi pelo castaño ondeaba gracias al viento, haciendo que unos pocos mechones se me pusieran en la cara. Me los aparté deseando tenerlo corto, pues odiaba el pelo largo, era tan incómodo.

Mis ojos rasgados marrones se dilataron por la oscuridad de la noche y mis labios gruesos ya empezaban a secarse.

Llevaba una chaqueta blanca, que ya de la suciedad parecía negra y unos pantalones vaqueros rotos, que se me rompieron al intentar subir una valla, pero como últimamente estaba de moda llevar pantalones rotos no me importó.

A pesar de ser otoño, aún había días en los que el sol calentaba la ciudad. Yo estaba deseando que llegase el invierno. Me gustaba el frío, podía soportarlo durante horas, no como el calor. Odiaba el calor. Odiaba el sol.

Mis grandes y rasgados ojos se quedaron contemplando a Winston. Era el nombre que le había puesto al pequeño gatito gris de pelo corto y ojos azules que siempre venía a visitarme. En cierto modo, me hacía compañía. Le ofrecí un trozo de pastel, se veía más hambriento de lo normal. Se acercó a mí muy cariñosamente mientras se oía el cantar de los grillos.

-¿tu también estás solo verdad? Puede parecer duro, pero estamos mejor así. Los humanos solo saben hacer daño, se aprovechan de ti y te tratan como un juguete cuando te ven débil, como si no tuvieras sentimientos. Los humanos no son de fiar.

Mucha gente se había aprovechado de mí durante mi vida en la calle. ¿Una chica de corta edad sola en una gran ciudad? Era un blanco fácil.

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-vamos Haneul, no hay nadie, no pasará nada- dijo Jooheon. Tenía razón, la tienda de comida parecía estar vacía y se habían dejado la llave en la cerradura. Era una buena oportunidad.

-¿no entrarás conmigo? - pregunté algo asustada.

-¿alguien tiene que vigilar no? ¿Qué pasa? ¿Quieres morirte de hambre?

-es-está bien.

Entré intentando hacer el menor ruido posible aunque mis nervios me delataban. Vaya, había muchísima comida, desde chocolate hasta pizza. Pizza, me encantaban los bordes y la gente siempre los tiraba, era un manjar para mí. Cogí todo lo que pude y salí de la tienda pero…

Will you take me? ♡Jungkook♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora