Capítulo 19

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Cada día es diferente, distinto al anterior y eso es realmente bueno; me gusta. Despertar, acostado en una cama caliente es simplemente maravilloso, desde hace años no sentía lo que siento ahora.

Poder estirarme, agradecer a Dios por lo que ahora logramos tener, levantarme y tener una ducha caliente, ropa limpia y desayuno.

Esto nuevo.

Todavía tengo pesadillas y despierto desconcertado, a pesar de que ya hace 1 semana de que estamos aquí.

Me levanto, ahora si y en silencio salgo de la habitación: corroboro que el baño del pasillo no esté ocupado y entro a bañarme.

Frank decidió que este año no empezaríamos la escuela, ya que, además de algo difícil, nos mirarían raro; entrar a mitad de año, en cursos bajos por nuestra "inteligencia y saber" y demás.

El agua caliente choca contra mi cabello y espalda, pero todavía no alivia mis artilugios dolores y, menos, mis actuales sufrimientos; el agua limpia, pero no arregla lo malo, sólo lo oculta bajo una capa de limpieza finita, aquella que desaparece en pocas horas.

Todas las mañanas, me dedico a pensar, si, es raro ¿a la mañana? ¿pensando? Si, así es. Pero es el único momento en el que estoy sólo. Y solo, me dedico a pensar. Y pensar.

¿Por qué? ¿Por qué tiene que ser así?

¿Porque, quienes tienen que ayudarnos, son dos jóvenes que, quizás, a penas tienen para vivir? ¿Por qué nuestros progenitores, esos que, dicen en su momento, "habernos buscado", nos abandonan?

Pero eso no es lo que más me duele. Esos sos los dolores del pasado, que siguen teniendo su fuerte marca en mi.

Otras cosas me duelen más ahora, actuales cicatrices que no se ven, que no se borran así porque si.

El dolor del amor.

-¡Theo, apúrate!-

-¡Voy, Alexandria!- grito

-Apura-

Mi tiempo de pensar finaliza antes de lo esperado y debo salir de la ducha. Secándome un poco el pelo, salgo con una toalla rodeandome la cintura.

Alex me silba al verme, como el típico silbido-piropo asqueroso, del hombre a la mujer en la calle.

-Tonta- mascullo

-¡Vos!-

Beso su frente y termino de vestirme en mi habitación, ya que Ansel ya se levantó de su cama.

-Theo, Alex, bajen-

Escucho la voz de nuestra salvadora, Hazel, desde la planta baja llamándonos a desayunar.

Me apuro, no me gusta hacerlos esperar; además, le prometí a Frank ayudarlo en el negocio.

-Buen día- digo

-Hola, cariño- Hazel besa mi mejilla y acomoda mi cabello desprolijo -¿Sabes algo? Desayunamos y te corto el cabello-

-¿Qué? No..- digo y ríe

-¿Le tenés miedo a las tijeras, Theo?- me dice Frank

-No..pero..debo ayudarte, además, me gusta mi cabello así-

-Le gustarás más a Shai- dice detrás de mi Ansel

Miro al suelo y evito recordar.

-Lo siento...- pone su mano en mi hombro y yo me muevo con la excusa de sentarme a tomar el café

Hazel me mira con tristeza y me pasa la azucarera.

-Quizás te ayude para endulzar tu día- sonríe

-Gracias-

En silencio, cada uno come lo que quiere, hasta que Frank rompe el hielo.

-¿Qué los haría feliz?-

-¿Qué?- dice mientras mastica Alex -Somos felices-

-Si- digo -Así es-

-¿Seguro, Theodore?- me pregunta Hazel

Lo que podría hacer feliz, o más feliz, no está al alcance de nuestras manos.

-Soy feliz-

-Me..gustaría un gatito- dice Alex

-¡Oh, Alex! Yo quiero uno- comenta Hazel

-Ya sé- concluye Frank -Sé de un lugar donde están en adopción unos gatos recién nacidos. Terminen rápido y vamos; mientras Hazel le hace el cambio de look a Theo-

Hazel le sonríe a su esposo y luego a mi.

-Pueden tardar- dice -quizás...esté un rato largo con este niño y su descontrolado cabello-

. . .

-No sabía que eras peluquera, Hazel-

-Si, lo soy. Bueno, dejé de trabajar hace unas semanas-

-¿Por qué?- quiero mover mi cabeza para mirarla y me grita

-¡Quieto!- me convierto en estatua -Porque...no sé, dejé-

-¿Volverás?-

-Quizás, no sé-

En el suelo se va formado un anillo con los mechones de mi cabello oscuro ¿cuando creció tanto?

-¿Dónde te cortabas el pelo? Supongo que alguna vez te lo habrás cortado ¿no?-

-Si.. En el centro, una vez por año nos lo ofrecían...pero a mi no me gusta cortarme el pelo y, bueno, hará ya 2 años que está así-

-Ah..mucho no creció, está bastante parejo, si, bien-

-Sabes del tema- digo

-¡Y claro!- ríe -¿y..por qué no te gusta?-

-Tengo recuerdos..o quizás fue algún sueño que me dejó muy marcado, no sé-

-¿Queres contarme? Terminé-

Me levanto y me saco la remera para sacudir algunos pequeños cabellos que quedaron atrapados.

-Creo..que la última vez que realmente estuve con mi madre, cuando ella me quería, supongo, fue un día que me cortó el pelo. Hablábamos de la escuela, de mi día, jugábamos y...- un nudo en mi garganta se forma -¿Hazel..? La extraño-

Ella me mira con los ojos llorosos, los míos están igual.

-Ven aquí, amor.. Abrázame-

-Odio ser tan débil, tan frágil, no saber como valorarme a mi mismo-

-Shh..calla, Theo-

Acomodo mi cabeza en el pecho de Hazel; es raro, ella es más alta que yo, pero es lindo para poder abrazarla. Ella acaricia mi cabello.

-Algo más te pasa, cariño ¿A quién extrañas en verdad? ¿A tu madre, o a Shailene?-

Siento que en esta semana ella me conoce más que mi propia madre en su momento, en mi niñez.

-La extraño a ella, a Shailene-

La oigo suspirar, en una combinación de alivio, y a la vez, tristeza.

-¿Quieres...ir a verla?-

-No puedo, Hazel. No debo hacerlo-

-¿Podes contarme que ocurrió el lunes anterior, Theo?-

Me mira fijo a los ojos.

-¿Qué más pasó? ¿Qué ocurre con ella?-

-Muchas cosas- me siento -Estoy enamorado de ella y nuestro amor es imposible-

Homeless {Fanfic Sheo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora