Día 1.

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                                                                                 Primer día

Primer día, primer día en el que no se nada de ti. Primer día en que no recibo ningún mensaje tuyo deseándome un buen día. Primer día en el que te fuiste sin decirme nada, ni si quiera un frío adiós. Hoy es el primer día.

Un frío Miércoles fué cuando él se fué, se fué sin decirme nada, sin dejarme nota alguna, sin decirle a sus padres, ¿qué es lo que hice yo para merecerme esto? ¿acaso no lo amé lo suficiente como para merecerme un simple "me iré" de su parte?

Esto nunca fué ni será un cuento como todos los otros, no será una historia en la que la típica chica que no encaja se enamora del más guapo de la escuela, no. Esto no será así, esto es una historia diferente.... pero muy real, con problemas, con altas y bajas, hasta que un día se marchó y dejo de ser real.



— Esto no puede seguir así Alex, tienes que pararte ya — Sentí como una luz se metía por mis ojos, me escondí bajo las sábanas para poder seguir en el sueño en el que seguía feliz a su lado.

— No quiero, no tengo ganas, no quiero ir a la escuela

— Alexandra Flint, no estoy jugando o te levantas o juro que habrá consecuencias — No me daba miedo que Meredith me amenazara, sabía que no haría nada.

— Basta ¿si? — Me quito la sábana de la cara — No puedes estar así más Alex, por favor, odio verte así. ¿Cuántas veces te lo ha hecho? ¡Miles! Y aún así siempre regresa, ánimo amiga.

Ella tenía razón, no era la primera vez que él se iba sin decir adiós pero yo sentía que esta vez sería diferente, muy diferente.

No pasaron más de algunos minutos para que mi mamá entrara en la habitación.

«Mierda, mal momento»  pensé.

Me escondí debajo de mis sábanas para que mi madre no pudiera verme, tenía los ojos de un tamaño fuera de lo normal y para rematar con todo eso sobresaltaba lo gran rojo de ellos de tanto llorar.

— Alex, es hora, levántate, se te hará tarde — Ordenó desde la puerta de mi habitación.

— Me siento mal, no tengo ganas de ir

— Te levantas en 1... 2... — Me levanté antes de que llegara al 3. — Así me gusta

Mientras Meredith me esperaba abajo con mi mamá para irnos a la Universidad yo lograba arreglar mi cara y esconder todas esas ojeras que tenía en mi cara debido a los desvelos en espera de algo sobre él. ¿Era posible que alguien se preocupara tanto por otra persona al grado de dejar de dormir? No lo sé, pero ese era mi caso.

— Ya podemos irnos — Bajé por las escaleras para encontarme con Maredith sobre un tuburete de la cocina.

— ¿Traerás a Dave a cenar? — Pregunta en el momento equivocado madre.

— No, ¿ya podemos irnos? — Meredith me miró y no lo pensó dos veces para sacarme de ese ambiente tan incómodo con mi madre.

Dave no era como todos, no era perfecto, era diferente... era raro.

— Te invito a cenar hoy, ¿que dices?

— Gracias, pero no estoy de humor ni animo, ni nada, pero aún así gracias John. — John, mejor amigo de Dave.

— Alex, Dave se fué, tienes que superar esto y dejar que te haga sufrir.

— ¿Cómo puedo superar esto si fue hace unos días que se fué? Y lo peor es que nadie quiere decirme en donde esta — Lo miré de manera penetrante, era su mejor amigo, tenía que saber algo, pero era obvio que no me diría.

— Alex, no se nada, nadie sabe nada de él, ya sabes como es, se va sin decir nada, sin dejar rastro ni huella, así es él. Lamento decirte eso pero tú sabias que él se volvería ir aun así te dijera que no lo haría de nuevo. — Es cierto, John tenía toda la razón, una vez que lo hace nunca dejará de hacerlo, pero yo seguía a su lado, quería que saliéramos de ésta juntos y no cada uno por su lado. 

Cada vez que él se iba era para huir de sus problemas en vez de enfrentarlos, como todo un cobarde, un cobarde que yo amaba con cada pedazo de mi corazón. Siempre que se iba terminaba llorando como una pequeña niña sin su más preciado juguete, estaba harta de llorar por alguien, nadie merecía mis lágrimas, siempre me lo decía a mi misma, pero había algo en él, algo que me hacía perdonarlo de todo. Pero ya no más, ya tenía que ver por mi misma y dejar de llorar por alguien, disfrutar mi vida sin depender de alguien. 

  —  Vamos a salir John 

— ¿Lo dices en serio Alex? 

—  En serio. Vamos a salir, necesito distraerme, no pensar en él y superar esto como las demás veces, pero esta vez no habrá una siguiente.

  —  Ay Alex, lo perdonarás si regresa. Lo sé. 

 «Ya no más Alex, por favor»  decía una parte de mi. 




Canción:
I Wish You Were Here - Avril Lavigne

Cada día sin ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora