La Chica ''Perfecta''

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Y ahí estaba ella, la chica perfecta de la preparatoria, puedo observarla mientras maquilla su delicado rostro frente a un espejo, no necesita de ello, es hermosa tal y como es ¡Como poder conquistarla! De seguro está encantada con los músculos de Peter, el chico estrella de la preparatoria, está en el equipo de rugby, entona varios instrumentos, es simpático, el rubio que tiene a todas las chicas rendidas a sus pies. De pronto mi concentración en sus ojos fue interrumpida por Carlos, uno de mis mejores amigos el cual había conocido desde muy pequeño, diciéndome:

-¿Vas a la fiesta de Peter? Estará genial.
Reaccioné inmediatamente a su llamando de un brinco, al ver mí actuar dijo:
-¿Otra vez Analía?
-Es perfecta, lo sé, nunca la podré tener, solo mírale sus hermosos ojos cafés, su largo y delicado cabello, ella es hermosa
- Se ve que estás enamorado, desde que entraste a la preparatoria ella te encantó.

Nuestra conversa fui interrumpida por el timbre de salida, agarramos nuestras cosas y salimos dando largas y apresuradas zancadas pues debía ir de compras con mi madre al salir de clases, mientras caminaba en el largo pasillo Carlos insistió:

-¿Irás a la fiesta de Peter? Será la próxima semana.
-¿De que servirá? Estaré otra vez solo mientras el resto se divierte y disfrutan del baile, una vez más haré de ridículo y burla de todos por mi estúpido actuar, es más, es la fiesta de Peter, el chico más popular y guapo de la preparatoria -diciéndolo con un tono burlón- Yo no haría nada ahí, el estará con todas la chicas, yo solo soy un estúpido que no sabe nada de chicas, quien nunca ha tenido enamorada, quien se enamora pero siempre cuando me decido a hablarle a esa chica me desprecia o me entero que ya está saliendo con otro chico.
-Irá Analía.
-¿Bromeas?-Mis ánimos se elevaron por los cielos al saber que la chica de mis sueños estaría en esa fiesta- Bueno, debe ser, es la chica más popular y hermosa de todo éste lugar, pero, no estaría conmigo, talvez esté con el guapetón de Peter.
-¡Vamos! ¡Anímate!
-No Carlos, la verdad, solo seré el trapo sucio de la fiesta, el que la arruinará ¿Recuerdas la última fiesta a la que asistimos? ¿Recuerdas lo que pasó? Me embriagué y acabé vomitando sobre toda la sala de la casa de Raúl ¿Ya lo recuerdas? Fui la burla de la preparatoria durante meses, no una vez más. Te dejo, se me hace tarde y debo acompañar a mi madre a hacer unas compras, hablamos luego.

Caminé apresurado hacia mi coche, el más desagradable del estacionamiento, abrí la compuerta de mi auto, como es normal, debí intentar su encendido por repetidas veces, de pronto veo a Peter pasearse con su nuevo coche por el estacionamiento con música elevada a todo volumen llamando la atención de toda la gente, me quedé estático al ver que ahora tiene un nuevo carro el cual de seguro lo presumirá durante mucho tiempo, pasó rápidamente levantando una cerveza en su mano mientras con la otra conducía y sus amigos movían su cabeza al ritmo de la música y sonreían, no me di cuenta de mis alrededores admirado por la belleza de su nuevo vehículo ¡Valla que era hermoso! De pronto de una manera sorpresiva vi ingresar una mano por la ventanilla de mi viejo coche, regresé la mirada y no lo podría creer, era ella, era Analía mirándome con sus preciosos ojos cafés, aunque con un gesto un poco enfurecido y el ceño fruncido por el sol que hacía en ese día, quedé perplejo durante unos segundos no supe que hacer, mi cuerpo parecía el de un hombre fallecido hace días, frío y pálido, me extendió una volante de la candidata a presidenta de la preparatoria, eran amigas, las había visto juntas y ahora estaba apoyándola en su candidatura. La quedé mirando fijamente, me sonrió y dijo:

-Cuento con tu apoyo- Mientras su delicada sonrisa provocaba millones de sensaciones en mi cuerpo.

-Cla...claro- tartamudeé mientras estiraba la mano para sostener la volante.

-Muchas gracias -Respondió, levantó su cuerpo y se alejó.

Al ver que se alejaba a pie mi mente trabajó e imaginó un montón de cosas hermosas y ocurrencias estúpidas en tan solo segundos, una de ellas, llamarla, lo hice y al instante me arrepentí ¿Qué le diría?, ella volteó y caminó una vez más hacia el coche, mientras lo hacía pensaba que decirle, no se me ocurrió absolutamente nada, pero me armé de valor y esta vez no quedaría como el estúpido que siempre fui, abrí la puerta instantáneamente y bajé del coche, pude sentir como temblaban mis piernas.

True LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora