Capítulo VI No estan aquí para morir

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Dela
Han pasado cuatro días tras el ataque a Fintas.
Nos encontrábamos de camino a la frontera que nos separaba de los terrenos carentes de magia. Iba vestida con una armadura ligera labrada en un metal blanco y dorado, recordado con piedras protectoras de un tono azul marino (al igual que la imagen) además llevaba una blanca capa que Luisan me había regalado; mis soldados llamaban ha esta aleación de metales el blanco divino, ya que este metal solo lo pueden tocar los ángeles y los caballeros consagrados.
Montaba sobre Luna, mi unicornio, junto a mí estaba Elen, mi novio o como solían llamarlo el caballero angélico. Tras de mí se hayaba mi ejército, delante mía estaba el ejército de Bermelion con Fenrrir al frente, siguiendo al ejército de Argón el dirigente de Urlum, delante del demonio, estaba el ejército de Vandar liderado por Hessa y al frente marcando el ritmo de los otros ejércitos estaba el de Némer, junto a la guardia de Fintas y como no, Luisan e Ishui en cabeza.
-No me gustan las guerras- dije con un suspiro.
-Le se, pero mi amor no nos queda otra- Elen me sonrió
Miraba a ambos lados del camino real, estaba lleno de granjas y pueblecitos.m
-Luchamos por ellos Deli, luchamos por el pueblo- dijo el caballero
-No voy a negar que lo hacemos para protegerlos, pero mis soldados y los hombres y mujeres de los demás ejércitos, tienen familia y seres queridos...Pero a ellos los llevamos a morir.
-Ellos al decidido luchar y por ello están aquí.- mi novio acaricio mi rostro intentando consolarme.
Luego escuché el llanto desconsolado de un niño.
-Un niño...- dije preocupada.
-Deli, no vayas tienes que estar al frente...
Mi novio sabía que no podía evitar ayudar a niños que estaban en apuros. Cuando escuche su llanto desesperado llamando a su padre, hice que mi montura diera media vuelta y galopara hasta donde se escuchaba el llanto de la criatura, mientras pasaba por las filas de hombres y mujeres que conformaban mi ejército ellos me saludaban con respeto.
Al fin encontré a la criatura, baje de Luna y me puse a su altura.
-Hola pequeño ¿Qué te ocurre?- pregunté acariciando le ls cabezita.
-Busco a mi papi.- dijo El Niño levantando la cabeza.
-¿Y dónde viste a tu papá la última vez?
-Es un caballero de Fintas...no lo he visto solo quiero verle.
Era un niño realmente hermoso, tenía el pelo blanco como el marfil y unos ojitos grandes de un verde esmeralda.
-¿Quieres que te lleve con tu papá?
-¡Si!- respondió El Niño emocionado.
Sonreí y lo cogí en peso subiéndolo sobre mi unicornio tras él subí yo.
-Agárrate fuerte que vamos a ir muy rápido.
Hice que Luna comenzará a galopar, pasamos las filas de soldados a la velocidad del rayo, cuando llegamos a las filas de Fintas detuve al unicornio.
-Bueno busquemos a tu papá.
El pequeño miraba en todas las direcciones en busca de su padre.
-¡Allí está! ¡Papi!
Tras gritar aquello, un caballero se giró, era exactamente igual a su hijo, mucho más apuesto ya que tenía los rasgos más definidos. Portaba una bella armadura plateada labrada con distintos detalles de la magia de los reinos.
-¡Genrri! ¿Qué haces aquí?- gritó el hombre sorprendido y se acercó hasta nosotros montado en su caballo.
-Viene a buscarte papi.
Acerque al pequeño junto a su padre, Genrri se abalanzó sobre su padre dándole un fuerte abrazo. El hombre me miró y sonrió.
-Gracias por traerme a mi hijo hermosa señorita ¿Podría decirme su nombre?- preguntó el capitán en un tono galante.
-Mi nombre es Dela Lucy.
El hombre joven me miro y se sonrojó por completo.- Oh por todos los dioses, señorita Lucy...perdone mi atrevimiento. ¿Viene a visitar al señor Guía?- Inclino la cabeza a modo de respeto- Soy el capitán de la guardia de Fintas.
-Encantada de conocerle capitán y no venia a ver a Luisan, solo a traerle al pequeño, pero ya que estoy aquí veré a mi amigo.
-¿Me permite escoltarla hasta mi señor?- preguntó el capitán
-No será necesario...
-Por favor señorita, permítame escoltarla.
-Esta bien si insiste.- dije con un suspiro.
El hombre me llevó hasta la altura en la que se encontraba mi amante, encontré a Corven teniendo una alegre charla con Ishui.
-Mi señor Guía.- pronunció el capitán.
-¿Qué ocurre capitán?- Luisan giró el rostro.- ¡Dela! ¿Qué haces aquí?- exclamó el joven sorprendido
Corven iba montado sobre un caballo negro llamado BlackJack lo había criado desde que era un potrillo y Luisan portaba su ropa habitual de Guía.
-Hola Delita.- dijo el hada con una sonrisa.
Fui junto a mis amigos.
-Yo ya he realizado mi trabajo.- dijo el capitán.
-Espera ¿Podrías decirme tu nombre?- le pregunté al hombre antes de que diera media vuelta.
-Señorita Lucy, me honra que quiera saber mi nombre. Me llamo Aiden Jura.
-Encantada de conocerle Aiden.
Aiden sonrió y giró su caballo para retomar su posición.
-¡Gracias por encontrar a mi papi, señorita guapa!- me gritó el niño despidiéndose con su manita.
Yo correspondí a su gesto y me despedí con la mano del pequeño.
-Ese hombre a sufrido mucho.- dijo Luisan.
-¿Qué?- pregunté sorprendida.
-Su mujer murió en una epidemia que se produjo hace dos años, y eso lo destrozo por dentro, por suerte su hijo sobrevivió y ese chiquitín es lo único que le queda.
-Pobre hombre.- dijo Ishui.
Sentí una profunda pena por el Aiden, que te enamores tengas un hijo y lo pierdas todo debe de ser la peor experiencia que alguien puede vivir...
-Dioses...Corven ¿Tiene un buen sueldo? Me refiero ¿Puede mantener al niño?- pregunté preocupada.
-Si por ello le ascendí, necesitaba un buen sueldo y se merecía el puesto, pero lo que de verdad necesita es que Genrri no sea tan frío, dese que murió su madre le cuesta hablar con todo el mundo salvo con su padre, por eso me he sorprendido tanto, Dela ha hablado contigo y te a sonreído incluso té dijo guapa. ¿Cómo has echo para que ese niño no se comportara de forma fría y triste?
-No lo sé, cosas de ángeles. A los niños les parecemos hermosos como ningún otro ser por ello confían en nosotros, piensan que algo bonito no puede hacer nada malo. A lo mejor por ello no se asusto.
Ishui y mi amigo se miraron y sonrieron.
-Creo que serás una muy buena madre.- dijo el hada.
-Bueno ya sabemos que tiene buena mano para los niños, mis hermanos te adoran.
-Mira quién fue a hablar el oni-chan que tiene a los hermanos mimaditos.
El resto del trayecto hablamos de temas banales y sin importancia, Corven nos pidió que no hablásemos de la guerra hasta la noche donde debatiríamos la posición de cada escuadrón.
Por fin llego la noche, nos encontrábamos a unos dos kilómetros de los terrenos carentes de magia. Ya se habían montado los campamentos, yo me encontraba en mi tienda despojándome de mi armadura, luego me puse un ligero vestido blanco.
Elen se encontraba sentado en nuestra cama solo con unos pantalones, mientras limpiaba y afilaba su alabarda.
-Me voy ya mi amor.- dije con una sonrisa.
-Ten cuidado con Hessa y no vuelvas muy tarde.- dijo mirándome con aquellos ojos verdes tan penetrantes.
-Tendré cuidado con la loca y no sé a qué hora volveré, así que por favor no me esperes despierto que te conozco.
-Pero...- protestó el caballero.
-No me esperes despierto te necesito en plena forma para mañana.
-Ha sus órdenes mi ángel.
-Gracias por preocuparte por mí.- dije y luego le bese con ternura.
-Te quiero.- dijo él
-Yo también te quiero.
Agarre el collar del ala de ángel que colgaba sobre mi cuello, esta sencilla joya era mi bien material más preciado, es mi amuleto de la suerte podría llamarse, llega junto a mí desde que nací.
Eche a volar para poder llegar a la reunión. Llevo varios días con remordimientos tras lo sucedido con Luisan, no hemos vuelto a tener ese tipo de roce, pero si hemos seguido besándonos a escondidas. Lo que estoy haciendo no es nada ético y soy un condenado ángel...pero es que no he tenido un buen año con Corven, cada dos días sale a expediciones o misiones de rescate y no vuelve en meses. Luego se vuelve a ir al llegar, llevo bastante tiempo sin poder tener una conversación en condiciones con él...me he sentido muy sola.
Aterricé frente a la tienda de campaña de Luisan y levante la lona de la entrada.
Encontré a Corven teniendo una animada charla con Ishui.
-Mis disculpas si llego demasiado pronto.- dije mientras me sentaba junto a mi mejor amigo.
-No llegas demasiado pronto pajarito, el que si apareció muy temprano es la hadita.
-No es mi culpa que nuestras tiendas estén a menos de cien metros.- le rebatió el peli azul.- Lo que tiene ocuparse de Némer.
-Hola bellos.- dijo Argón mientras entrenaba junto a Fenrrir. El humor del demonio me agradaba bastante, tiene una personalidad muy atípica de los demonios. Constantemente nos hacía reír con sus tonterías.
Tras unos instantes entro Hessa sus aires de grandeza.
La salude con una sonrisa, pero ella solo me respondió con una mirada furtiva.
-Amor busca asiento y daremos inicio a la reunión.- dijo el Guía intentando romper la tensión.
La dragona se acercó hasta mí asiento.
-Yo voy ahí niñata.- ordenó la novia de Luisan.
-El sitio no lleva tu nombre, igualmente yo llegue antes así que la pluma al tintero y si me lo hubieras pedido amablemente me hubiera ido.- contesté.
-Pues te lo digo de forma amable, mueve el culo sesos de pluma.
-Y tú te aguantas estrellita de mar.
Cuando dije aquello los dirigentes de Urlum y Bermelion se estaban aguantando la risa. Luisan los miro serio y se quedaron en absoluto silencio.
-¿Pajarito podrías cambiarte de sitio? Por favor.- me suplicó Corven.
Yo lo miré asombrado, no era una orden, me lo estaba suplicando. ¿Porque me lo suplicaba?
-Esta bien.- dije tras un suspiro.
Hessa sonrió triunfal y se sentó.
Yo me senté lo más alejado a Luisan entre Argón y Fenrrir, mi collar se movió levemente.
Tras un largo silencio, el Guía comenzó a hablar.
-Bienvenidos, esta noche rebatiremos la organización de nuestras tropas, comenzemos. ¿Quién que iniciar la charla?- preguntó Luisan.
El hada levanto le mano y Corven le dio el turno.
-Me gustaría solicitar la retaguardia, debido a que mi ejércitos cuentan con grandes avances tecnológicos de armas a distancia pero no contamos con disparadores tan profesionales como los de Bermelion.- Fenrrir miro a su amigo y sonrío.
-A mí también me gustaría solicitar la retaguardia por la razón que ha mencionado mi amigo.
El Guía quedó pensativo unos instantes.
-Unid vuestros ejércitos, hacen una combinación perfecta para un buen ataque a distancia y no sé que me da que ya lo tenéis más que pensado ¿Me equivoco?
-No te equivocas Luisansito.- dijo Ishui
-Guía guaperas, yo quiero el centro.- pidió Argón.- lo prefiero a cualquier otro lugar ya sabes cómo son en mi reino, prefiero tenerlos vigilados.
Corven asiento en señal de aprobación.
-Oye Cor...que diga Luisan, me gustaría solicitar la vanguardia mi ejército es el mejor por tierra y aire, con mis soldados consagrados y mis ángeles no podrán pasar.
-Pajarito ya tenía previsto que pidieras la vanguardia y te concedo el puesto de señora de batalla.
Mire a mi mejor amigo con una sonrisa, me había dado el puesto más importante en el ejército tras él.
-El ejército de Fintas estará en la vanguardia, así que Dela, tú y yo nos debatiremos como avanzaremos hacia el territorio enemigo.
-Esta bien señor Guía.- dije en tono respetuoso.
-Armor, me gustaría pedir la vanguardia al fin y al cabo mi ejército es el más fiero.- pidió la dragona.
-Me lo venía venir que la solicitases, pero Hessa tú ejército no está tan bien planificado como el de Kairim.
Ella lo miró indignada.
-No hace falta una organización tan precisa para una guerra, los soldados vienen a morir por el reino, sean como sean.- concluyó la pelirroja.
Aquello me provocó náuseas, ya estaba hasta el halo de esta niña mimada.
-¡No Hessa! ¡Mi ejército está organizado de esa forma tan milimétrica para evitar el mayor número de bajas posibles. La gente no sólo viene a morir por los reinos, vienen a proteger a sus familias, a buscar honor o venganza! ¡No están aquí para morir por nosotros!- le corte mientras gritaba, otra ves mi collar volvió a vibrar pero con más fuerza.
Sí, había tenido el valor de interrumpir a la mandataria que sembraba el terror en la sangre, pero yo,no hay otra cosa que no odie más en el mundo que ver cómo habla de sus hombres sin conocerles.
-Tsh, yo me voy, ya tenemos la organización del ejército lista para mañana, hasta después.-Dije molesta.
A continuación salí de la tienda y alcé el vuelo.
Mientras volaba de vuelta a mi tienda, visualice un pequeño manantial abastecido por una cascada.
Aterricé cerca de la orilla y puse los pies en el agua.
Como odiaba que tratarán a las personas como objetos sin importancia, como si solo fueran herramientas para lograr un objetivo.
-"Tengo que calmarme, al fin y al cabo ella es así"- pensé.
Mire hacia el hermoso manantial, tenía juncos flotando en la superficie del agua y las luciérnagas volaban de un lado para otro iluminando el manantial. Decidí tomar un baño eso me quitaría el mal humor, que la dragona me había causado.
Me despojé de mis ropas, luego me zambullí en el agua, sumergiendo mi cuerpo al completo el agua relajo mis alas y finalmente el collar dejo de moverse. Salí a la superficie en el firmamento se podían ver los cinco cuerpos celestes que representaban a los dioses.
Mi paz se vio perturbada por el movimiento de unos matorrales cercanos.
-¿Quién anda ahí?- pregunté poniéndome en guardia.
-Pajarito...- oí decir a Luisan.
-¡Corven!- dije en tono alegre.
Mi mejor amigo salió de entre los árboles.
-Sabía que estarías aquí ¿Puedo acercarme?
-Claro que puedes.
Mi amante fue hacia el laguito y colocó los pies en el agua al igual que yo había echo.
Fui hasta él nadando y me abracé a sus tobillos.
-Siento como se ha comportado Hessa esta noche.- se disculpó Luisan.
-No te disculpes Corven, no es tu culpa.
-Pero igualmente...- susurró.
-No te disculpes.- insistí.
Subí sobre una roca mientras miraba al Guía, él no dejaba de mirarme con una sonrisa pícara.
-¿Podrías dejar de mirarme de esa forma tan lasciva?- pregunté mientras creaba un peine y desenredaba mi rizado pelo.
-No puedo, es una vista demasiado erótica, las gotas de agua recorriendo todos los rincones de tu ser, es muy sexy como para no mirarlo.- me dijo mientras se mordía el labio.
-Has visto cosas mucho más eróticas en otras mujeres, de pechos grandes y partes traseras de tamaño considerable. Al fin y al cabo has tenido bastantes novias, casanova.
-Puede que yo haya tenido muchas novias, pero tú eres la mujer más sexy que he visto en toda mi vida.
-Nos conocemos desde niños Luisan.- dije haciendo desaparecer el peine.
Mi pelo me daba demasiado trabajo ya que llegaba por debajo de mis glúteos, al estar mojado.
-Pero mi ángel, ¿Te has mirado? Estás muy cambiada, tu cuerpo a adquirido curvas y tus senos han crecido, no demasiado, pero lo han echo.
Le di un golpe en la boca del estomago con la palma abierta, cuando dijo que no me habían crecido mucho la delantera, pero él me detuvo agarrando mi muñeca, tirándome sobre la hierba y colocándose sobre mi.
-Por esas reacciones, por mucho que tu cuerpo cambie seguirás siendo una niñita.- Corven tomo uno de mis pechos.- Pero lo que confirma que eres una niña es tu pecho, hasta que no crea más seguirás siendo una cría.
-¡No soy una niñita!- grite enfadada.
-Si lo eres...-susurro mientras acercaba su boca a mi pezon, y lo mordía levemente. Tiró de él con delicadeza provocando mis gemidos.
Luisan siempre me tocaba como si fuera una rosa de cristal, pensaba que podría romper uno de mis pétalos fácilmente, por eso me trataba con tanta dulzura.
Luego de juguetear con mis senos me besó con pasión, pegando su cuerpo al mío provocando que sus ropas se mojaran.
-¿Vamos a mi tienda?- preguntó.
-No, mejor nos quedamos aquí, vayamos juntos al agua.
-Esta bien.
Mi amante se desnudó y me tomo en brazos, luego se tiro al agua. Comenzamos a jugar con el agua, pero tras unos minutos, el Guía tiro de mí y me posicionó a horcajadas sobre él.
-Eres hermosa.- dijo antes de comenzar a morder mi cuello.
-Luisan...-suspiré.

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