Obsessed 5: Infatuation

CAPITULO 7: A OSCURAS

Al llegar Benedict lo presente inmediatamente con las chicas, mientras íbamos en el auto quería comenzar a hablar un poco con él sobre lo que me estaba pasando, pero él se fue en los asientos traseros para hablar con una de las amigas de Andrea. Me sentía tan frustrado sentimentalmente, iba entre Andrea y una amiga de ella, Karina, si mal no recuerdo, Karina volteo a verme y frunció el ceño ligeramente.

— ¿Estás bien, Tom? —Pregunto ella y yo suavemente negué con la cabeza suspirando pesadamente— ¿Necesitas algo?

— ¿Puedo hacerte una pregunta? —dije en un susurro para que Andrea no escuchara y Karina me miró atenta.

—Dime—dijo ella en el mismo tono que yo utilice.

— ¿Desde hace cuánto que conoces a las chicas?

—Casi tres años ¿Por qué?

— ¿Puedo hacerte una preguntas sobre Andrea? —Murmuré nervioso mientras ella me sonreía de manera cómplice.

—Lo que quieras, pero antes ¿te gusta? —pregunto ella subiendo y bajando las cejas.

— ¿Acaso tiene que gustarme para saber de ella? —pregunte y ella simplemente me dio esa mirada de "No mientas" —Bien, tú ganas, pero no digas nada—baje la mirada y suspire pesadamente—sí, eso creo, estoy algo confundido.

—Que mal. Bueno ¿Qué necesitas saber?

Karina y yo estuvimos un buen rato hablando y yo con ansias de conocer más a Andrea. Debido a la lluvia tuvimos que regresar a la casa de Andrea. Al llegar simplemente continúe hablando con Karina y desahogándome con ella sobre todo lo que sentía. Cuando me sentí un poco mejor vi que Andrea no estaba, la busque en su habitación y me pareció que estuvo llorando pero tal vez solo eran ideas mías.

Comimos todos muy tranquilamente la pizza que habían ordenado, vimos la película de Iron Man y cuando termino pusieron una película de terror, de reojo vi que Andrea se alejó, sin molestar a nadie me fui siguiendo a Andrea. Llegue a su habitación, la puerta estaba entreabierta, ahí la vi bailar y brincar por todo su cuarto, yo no pude evitar sonreír con ternura. De pronto la luz se fue y gritos se dejaron escuchar, entre a la habitación de Andrea, manotee un poco hasta que la encontré y ella grito del susto.

—Soy yo, Tom—dije y me senté a su lado en la cama.

—Tom, no te veo—dijo Andrea.

—Yo tampoco te veo, pero te siento alrededor, en el silencio oigo el ruido de tus pies en el suelo y mi corazón se detiene—pase mi brazo por sus hombros y la atraje hacia mí—no tengas miedo, súper Tom ya está aquí.

Ella escondió su rostro en mi pecho y me abrazo con fuerza, podía sentir mi corazón latir con fuerza, yo pasaba mi mano por su espalda para consolarla, mis sentimientos se encontraron, sentía unas inmensas ganas de protegerla de todo el mal, era tan dulce y tierna, no podía evitarlo, en ese preciso momento me di cuenta de que me había enamorado, sí, estaba enamorado de Andrea. La amo. Mis ojos se acoplaron a la oscuridad y pude ver la silueta de su rostro, la vi como levantaba la mirada. Cerré los ojos y no pude evitar acércame a ella para rosar sus labios, sentí como mi piel se erizaba, Andrea tomo mi rostro entre sus manos y nuestros labios se unieron en un suave beso, la tome de la cintura. Mi lengua se quiso aventurar en su boca y esta vez ella no se apartó, mi lengua exploro cada rincón de su boca acariciando su lengua mientras nuestros labios danzaban. Maldición, me estaba volviendo loco el sabor de sus labios, necesitaba más de ella. Tome su labio inferior con los dientes y lo mordisquee para después bajar y dar suaves besos, morder y chupar aquella zona de su piel. Sus suaves gemidos eran como música para mis oídos, de pronto ella también comenzó a besarme el cuello, no pude evitar estremecerme, tome su rostro entre mis manos para unir nuestros labios de nuevo. Andrea coloco sus manos en mi pecho y sentí sus manos juguetonas desabrochar los botones de mi camisa, maldición, la deseaba, aquí y ahora. Le ayude a quitarme la camisa y mis manos se metieron debajo de su blusa, su piel era tan suave y cálida, lo que haría por llenarla de besos y caricias. Estaba por tomar sus pechos entre mis manos cuando ella se apartó de manera brusca.

—Tom...—su respiración estaba agitada al igual que la mía—esto no está bien.

—Tienes razón—me sentí algo avergonzado, estaba por tirarme a la chica que se suponía que de

—Somos amigos no podemos estar haciendo esto.

—Cierto. —Aquello se sintió como un golpe bajo en mi estómago, pero yo había empezado con eso de "amigos".

La luz regreso y fui por mi camisa, me la coloque de nuevo y pero antes regrese asomando por su puerta.

—Por cierto, bailas muy bien—dije.

— ¿Qué?

—Venía a ver que te paso, la puerta estaba semi abierta y te vi bailando "Shake it off"

—Ammm... gracias—adoraba el rojo de sus mejillas.

Salí de la habitación para ir a la mía, maldición iba a necesitar una ducha mega helada. Tome aquella ducha, salí en unos shorts mientras me sacaba el cabello y ahí en mi habitación estaba Benedict sentado en la cama.

— ¿Qué paso Thomas? —pregunto, deje la toalla un lado, me senté en la cama para después déjame caer sobre ella y suspiré con pesadez.

—Le amo—murmure

—Díselo.

—No puedo.

— ¿Por qué? —voltee a verlo solo para ver como fruncía el ceño.

—Siento que algo me detiene, no sé si es miedo, dolor, es que... ¡a ella no la quiero perder!

—Pero si jamás se lo dice la perderás, bueno, solo venía a decirte que Trenton y yo saldremos con Karina y Mari.

— ¿Y eso? —pregunte extrañado.

—Les pediremos que sean nuestras novias—se encogió de hombros.

—Suerte—murmuré sintiendo un pinchazo de envidia.

—Bueno, los chicos y yo nos tenemos que ir.

—Adiós—murmure viendo el techo.

Benedict se levantó de la cama y creí que se había ido pero lo escuche hablar.

—Thomas...—alce el rostro para verlo—dile lo que sientes, no esperes más porque te puedes arrepentir, más vale haberla tenido y perderla que nunca haberla tenido y perderla—se encogió de hombros y salió de la habitación.

Me acosté bien en la cama para después cerrar los ojos. Recordé todo lo que había hablado con Luke, Trent y Ben. Tengo este sentimiento atorado en mi pecho, lo quiero gritar pero se me hace un terrible nudo en la garganta, no puedo sacar todo lo que siento. Maldición, ella es tan única, no es como cualquier chica que hubiera conocido, tiene un corazón enorme, tiene una belleza incomprensible, era como una rosa, tierna, delicada.

Antes de dormir fui a la habitación de Andrea y la vi que dormía profundamente, suspire admirando su belleza por un momento.

—Te amo—susurre y me regrese a mi habitación para irme a dormir.