Dios Es Un Astronauta

Cap IX

"El cuerdo dio un vistazo a su interior..."

El Capitán Marshall surco el espacio sin rumbo fijo por un par de horas. Michael reflexionaba sobre el encuentro con el guardián espacial; algo había ocurrido en su alma dentro de aquel platillo volador. Y es que sin saber exactamente el por que, ahora su misión no parecía del todo descabellada... Ahora había algo, aun sin nombre, que lo impulsaba a seguir adelante.
Una luz verde brillaba tenuemente en el horizonte, haciendo aumentar su curiosidad.
El brillo no podía provenir de una estrella; parecía ser el brillo reflejado por algún tipo de planeta extraño y distante... tal vez se trataba de un planeta gaseoso o de estructura similar.
El Cap Marshall trazo el curso hacia dicha luz; después de unos minutos y según los cálculos, debía de encontrarse a unos 29' 53.41" luz, menos de la distancia entre la tierra y Júpiter.
Una vez iniciados los motores Wrap, en un abrir y cerrar de ojos la nave se perdió en un haz de luz, que se  fundió finalmente junto a las estrellas.

II

Cuando el universo y todas las estrellas se dejaron de mover, la nave se encontró al instante frente a la fuente de la luz esmeralda.
Los ojos del explorador jamas habían visto un planeta de tan extraña forma y dimensión. Como conjunto se parecía a un enorme carrete de celuloide (esos que son de 35mm) Seguramente dos veces mas pequeño que la tierra y con una extraña atmósfera de un verde espectacular.

-¡Buena noche  caballero!- dijo el Sol amablemente.

-¡Buenos días por acá!- exclamó la luna cortésmente.

El Astronauta quedo perplejo ante dicha escena loca,
Al ver que sol y luna tenían ojos, nariz y boca.
Luego el sol muy sonriente pregunto algo sonrosado.

-¿Cual es el tesoro del gran cielo despejado?

El Astronauta no pudo comprender aquellos versos.
Entonces la luna, para que entendiese hizo un esfuerzo.

-Disculpa a mi amigo pues la pregunta mal ha formulado, ¿Cual es el tesoro cuando el cielo esta estrellado?

-¡No- exclamó el Sol haciendo una rabieta- quieres que el responda a tu favor con esta treta!

Entonces ambos tontos comenzaron a reñir y el Dr se fue callado sin ánimos de discutir.
Así el planeta esmeralda se propuso a explorar,
¡Sin saber que con los locos allí se iba a encontrar!

III

Bitácora personal;

Día: 12

Ubicación: Planeta no reconocible.

"Sinceramente ya no creo poder registrar observaciones científicas plausibles en esta expedición. Seres interdimensionales, hombres mitad cerdo (si es que la cabeza podemos considerarla como mitad) , un maldito túnel de arcoiris y ahora un gigantesco sol que habla... ¡y una luna también para variar! Y ahora he llegado a este planeta, ¡si es que es un planeta, claro esta! Del cual no puedo tener una correcta visibilidad, ya que solo veo nubes de color verde a mi alrededor y sinceramente desconozco completamente de que se pueda tratar; no obstante el Capitán no detecta ningún ácido corrosivo que pueda dañar mi traje, así que saldré por un momento"

Una vez fuera, el astronauta pudo ver que pisaba roca dura bajo sus pies, mas a los los lados no podía ver mas que nubes esmeralda acariciadas por el vanidoso Sol. Camino unos pasos hacia la cornisa de aquel risco y sin previo aviso cayo por la pendiente empinada.
Todo se convirtió en un remolino de imágenes mezcladas, dolor y adrenalina.
Chapman rodó cuesta abajo por unos 12 metros de dura roca para luego caer verticalmente hacia el fondo del abismo.
Mientras caía vertiginosamente hacia lo que sería un fin absoluto, solo un recuerdo se iluminó en la mente de Michael: su última mirada a la tierra antes de partir. Recordó a esas millones de personas que no tenían mas remedio que morir y sintió por primera vez el gran remordimiento de no haberlos podido salvar. El jamas seria un héroe y lo que es peor... nadie lloraría por su muerte, porque nunca nadie sabria (nisiquiera un alma) que había muerto en ese planeta distante; de una manera completamente anónima; teniendo solo por testigos a un sol y a una luna de fábula.