Érase una vez.. un sueño, un momento, una canción

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Me considero una persona repleta de canciones. Siempre es una canción la que logra ponerle sentido a lo que digo, lo que siento, lo que escribo. Si tuviese que hacer una playlist sobre mi vida, créanme que sería interminable.
Cada persona que conocí, amé o perdí es dueña de una canción que forma parte de mí.

Cosas tan simples como una guitarra y la voz de una persona, son capaces de producir cualquier emoción en mi corazón. Porque la música en sí es lo que me da ganas de vivir, de seguir y de fingir que nada duele, nada me lastima.
Las canciones son pedazos del alma de quién las escribe, puro arte plasmado en un papel que luego cobra vida, color y movimiento al ensamblarse con una  melodía capaz de soportar tempestades, huracanes y rupturas amorosas. La música va mucho más allá del sufrimiento y el dolor, la música es amor, vida, color, admiración.
Una vez, un ángel con alas me dijo "Che, vos sabes mucho sobre rock, la mirada se te ilumina cuando hablas del flaco". Y yo sincermente no supe que contestar, pensé que lo estaba aburriendo y automáticamente me callé, pedí disculpas y cambié de tema. Por primera vez en la vida estaban halagándome y no tildándome de loca, creo que actué así porque estoy poco acostumbrada a que me hagan un cumplido, que se sientan a gusto conmigo.
Siguiendo con la música, llegué a descubrir que todos, en mayor o menor parte estamos compuestos por música, somos ritmo y melodía.

Algunos, igual a  un carnaval, llenos de colores, luces, maracas, repiques, redoblantes, platillos y trompetas.
Otros, parecen vivir envueltos en el eterno vibrar de un bajo. Danzan entre las cuatro cuerdas y siempre merodean el compás de una melodía que se mueve entre los dedos del bajista.
Alto, bajo, mucho o poco, todos somos música y  estamos inmersos en una función permanente llamada vida, donde somos los únicos intérpretes y protagonistas que al final, se llevan los laureles, aplausos y ovación del público.
Por último, como alguien me dijo alguna vez te digo, seamos música, que es eterna.

Vómito de emocionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora