Jack

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-Si- me respondió -¿Que haces por aquí?

-Mas bien, ¿Qué haces tú por aquí? Me diste un buen susto apenas te vi. ¿Acaso te escondes de alguien?

-No, solo quería estar solo un rato. No aguanto estar entre las multitudes- murmuró.

-Pero no por eso te tienes que aislar del mundo- suspiré -ven, acompáñame.

Sonrió y luego empezó a reírse a carcajadas No creo que esa sea una buena idea. Te está buscando la iglesia porque piensan que eres un demonio, un siervo de satanás o una de sus ridículas estupideces inventadas para aprovecharse de la gente estúpida que se tragan sus cuentos.

-¿Y entonces que sugieres? No podemos salir volando.

-Si ya te olvidaste de que podemos llamar a nuestros dragones y salir volando- dijo desilusionado -, entonces estamos mas que perdidos.

Se acercó a una pared y empujó una puerta sin pomo que estaba perfectamente camuflada entre las sombras y el gris del muro.

Ahora que lo pienso no vi ninguna puerta en esta casa cuando pasaba por el pueblo.

Se dió la vuelta y me preguntó- ¿Vas a entrar?

-Si- Le respondí con asombro por lo de la puerta.

Cuando entré a la casa, estaba completamente oscuro y no se veía absolutamente nada, pero rápidamente se acostumbraron mis ojos y pude ver un poco mejor. Había una mesa con algunas cosas y la pared que estaba al frente estaba rallada.

-¿Por qué está tan oscuro?- pregunté.

-Oh. Perdón, es que me molesta la luz y no estoy acostumbrando a encender la vela- se acercó a un muro, tomó una vela usada y la encendió.

Al principio, la luz me fulminó, pero, otra vez, mi vista se adaptó mas rápido de lo normal. Cuando me fijé mejor, la mesa estaba cubierta con todo tipo de materiales y los muros estaban llenos de dibujos de rostros de personas, de los cuales solo algunos estaban tachados o marcados con una x.

-¿Mejor?- preguntó con los ojos entrecerrados.

-Si, mucho mejor, pero si a ti te molesta puedes apagar la luz- aunque no veré nada.

-Perdiste la memoria pero sigues igual de amable que siempre, capitán.

-Me lo dicen seguido, si. Una pregunta.

-¿Cual?

-¿Como te llamas?

-Jack, la sombra.

-¿Por qué todos tienen apodos? Tu, Sokimichi, Chad, todos tienen apodos.

Le sorprendió mi pregunta, se dio la vuelta y se quedó un largo rato pensando en mi pregunta. Hasta que se dio la vuelta, otra vez y me miró con seriedad.

-Porque nos lo ganamos, así como tu tienes el apodo de "el salvador" nosotros tenemos nuestros apodos.

-¿Y que es lo que salvé? ¿Al rey,  a alguien importante, un pue...?

-No, Nada de eso. Salvaste al reino entero y a la mayoría de sus habitantes.

Me quedé asombrado, pero mas que nada asustado por todo lo que significaba eso.

Esto tiene que ser una broma.

-Emmmmm. ¿Tu apodo no será Jack, el comediante? ¿Verdad?

-Te lo digo muy enserio. Hace como un año salvaste a este mismo reino de otro e hiciste que se formara una alianza política entre estos.

-¿Qué?

canción de dragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora