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Baset se dirigió a donde ordenó Erick y encontró docenas de mujeres cocinando, las edades variaban pero ella era de las más jóvenes.
-¿Tu quien eres ?- pregunto una mujer de voluminoso cuerpo y con el cabello sujeto con una liga.
-Ah- balbuceó Baset -Me llamo Sonia, me ha enviado Erick.
-Bien, pues comienza a trabajar, nos hace falta quien prepare el estofado.
-Pero...
-Venga chiquilla, que no tenemos todo el día - interrumpió la mujer y se marchó a darle trabajo a las demás cocineras.
Baset se dirio hacia donde ordenó la que al parecer era la encargada de la cocina. Ahora tenía un dilema, sabía cómo cuidarse del mundo y como mantenerse con vida cuando estaba escapando de la muerte, pero jamás había preparado absolutamente nada en la cocina, debía averiguar cómo hacer un simple estofado, no debía llamar la atención así que tendría que pensar en algo pronto.
Sin saber que hacer, tomó varios recipientes y comenzó a hacer una extraña mezcla entre carne y verduras, imitaba a otras cocineras que estaban encargadas de la misma tarea que ella.
Pasaron varias horas hasta que el Sol se ocultó. Durante distintos horarios, los comedores de habían llenado, pero Baset no había logrado salir de la cocina, con un poco de suerte se encontraría con Elliot.
El lugar comenzaba a quedar vacío, ahora Baset tenía una nueva tarea o más bien un castigo, debía lavar todos los platos y recipientes de cocina puesto que había estropeado el estofado.
Casi terminaba la tarea, el silencio sólo era interrumpido por el sonido del agua fluyendo por la tubería.
Alguien tocó el hombro de la chica haciéndola dar un salto y dirigir la mirada hacia atrás.
-¿Aun demoras mucho?- Era Erick, ahora vertía una playera gris, jeans y notas de plástico.
-No, sólo un poco.
-Elian te espera afuera, le he indicado cual será su habitación, vete ya anda, si Anna se molesta yo hablaré con ella, una futura madre debe descansar.
-Claro- respondió Baset con una sonrisa forzada. Habia olvidado que se supone que ella y Elliot serían padres.
Salió de la cocina y descubrió que la noche era más obscura que el día anterior.
-Hola- dijo Elliot que la esperaba afuera. Ahora vestía jeans y botas de plástico.
-Hola- respondió Baset.
-Esto no es tan malo ¿verdad?
-¿De que hablas?- se pusieron en moviendo, seguro se dirigían a su supuesta habitación.
-Estamos a salvó, podemos quedarnos aquí y olvidar todo.
-Claro - agregó la chica con un sarcasmo exagerado - Pero tenemos dos problemas enormes, para empezar si nos quedamos aquí estamos firmando una sentencia de muerte ¿ ya te olvidaste de Daniel?- Elliot comenzaba a sentirse frustrado pero luchaba por ocultarlo- Y en segundo lugar, se supone que seremos padres.
-Ya estoy cansado de discutir contigo todo el tiempo, ya estoy harto de escapar. Reacciona por favor Melody, estamos en Melilla a kilómetros y kilómetros de ese desgraciado, estamos a salvo.
Baset tenía un par de lágrimas a punto de desbordarse de sus ojos.
- No, aún no- dio media vuelta para encontrarse con los ojos de Elliot y se dio cuenta de que la miraba con gran ternura. -Jamas lo estaremos.
-Claro que si, lo prometo- el chico apartó los mechones de cabello que cubrían el rostro de Baset y se acerco a ella lentamente -Estamos juntos en esto y saldremos juntos.- le susurró al oído.
Inevitablemente Baset abrazo a Elliot con todas las fuerzas que su cansado cuerpo le permitía y el le correspondió de la mina manera.
- ¿Donde esta la habitación?- pregunto Baset al momento que se apartaba y ocultaba el llanto.
-Justo allá- señaló a la derecha.
Caminaron en silencio casi por un minuto.
-Vamos, quedemonos aquí, empecemos de nuevo, tu seras Sonia y yo Elliot, dejemos todo atrás- insisto Elliot.
-No, por favor aún no, debemos irnos a otra parte,trata de entender, Daniel es un hombre realmente poderoso, probablemente a estas alturas ya esté enterado que huimos hacia Melilla.
-No quiero discutir más, pero de verdad quiero quedarme aquí, podría fingir un estúpido acento hasta acostumbrarme y no me importa trabajar todo el día.
-Elliot- timo el rostro del chico entre sus manos y lo miro con ternura.- Sólo una vez más, será la última pero por favor dejame mantenernos realmente a salvo.
Elliot se apartó y empujo una pequeña puerta de madera, dentro de la habitación había una cama y un espejo únicamente, los objetivos eran viejos y horrendos pero al menos dormirían mejor que en la tierra.
-Despues de ti- dijo Elliot.
La chica y entró y enseguida la puerta fue cerrada y asegurada.
-Esta bien, ¿cuando nos vamos?- pregunto él. Tal vez ya había aceptado que debía confiar en Baset aunque no estuviera de acuerdo, deseba recuperar su vida o al menos llevar una normal, pero, si Baset realmente tenía razón, el gusto de tener una vida promedio en una granja de Melilla, no duraría tal vez ni un mes.
Baset se sentó en el extremo izquierdo de la cama y apoyo los codos en las piernas.
-Mañana, mañana por la tarde, antes de que la noche caiga totalmente ya debemos estar lejos de aquí.
-¿Estas segura?- vaciló Elliot que estaba recargado sobre la puerta de madera vieja.
-Si, mañana averiguaremos todo lo posible sobre este lugar, debemos saber porque las calles están desiertas, y después nos largamos.
-Pero, ¿como se supone que debo escabullirme, prácticamente debo trabajar todo el día.
-Yo también, pero todos tienen una hora para ir al comedor, mañana a las 4:00 nos vamos.
-Creo que entiendo- Elliot comenzó a sacarse los zapatos y continuo con los jeans.
-¿Que te pasa ?- Baset sentía mucha vergüenza, a pesar de convivir con chicos durante tantos años, jamás había tenido confianza para vestirse o desvestirse frente a alguien, y le apenaba el hecho de que otra persona lo hiciera frente a ella.
-No estás obligada a mirarme- bromeó Elliot.
-Estamos en la misma habitación ¡cubrete!
-No, en este lugar incluso las noches son calurosas, deberías hacer lo mismo que yo.
Elliot tenía razón, el calor era apenas tolerable pero a pesar de eso, Baset no pensaba desprenderse de su ropa.
Elliot por el contrario ignoro completamente a la chica y se desprendió de la playera que portaba.
Baset no pudo evitar mirarlo, y aunque su cuerpo no estaba muy trabajado, realmente no era una imagen que quisiera borrar de su mente.
-Por su puesto que no - respondió Baset.
-Como quieras, mejor vallamos a dormir, quien sabe cuando volvamos a tener una cama.
-¿Volvamos?
-Si, no dormire en el suelo y tú tampoco, se que todo aquí es un asco por seguro las sábanas no están tan sucias como el suelo.
-Pero...
-Buenos noches - interrumpió Elliot y se recostó finalmente sobre las sábanas verdes.
Baset no hizo un solo comentario más, pues sabía que Elliot estaba en lo cierto, a demás necesitaría una buena noche de sueño para estar lista al otro día.
Se recostó y trato de dormir, trataba de que el desnudo cuerpo de Elliot no rozara con ella, prefería evitar cualquier tipo de contacto, al menos hasta que Elliot volverá a usar algo mas que calzoncillos.

BasetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora