Mi manera de amarte. FINAL

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Tiempo después...

Chanyeol se encontraba en un lugar apartado, sentado en un banco del jardín de la azotea. Vestía la ropa blanca del internado, y tenía la vista perdida en el cielo azul, sin una nube asomándose.

Otros pacientes también estaban en el lugar, así como algunas enfermeras, que cada tanto los controlaban con la mirada. De espaldas al alto, dos de ellas charlaban amenamente.

-El color de la cara de Chanyeol parece haber mejorado –comentaba una de ellas a su colega –Es mejor para él que salga fuera y le dé un poco de aire.

-¡Es cierto! –le respondía la otra –Cuando miras como es ahora, cuesta creer que solo hace dos años, era el asesino en las noticias. Cuando la prisión nos lo mandó aquí, no creíamos que pudiésemos hacer nada por él. Pero ahora, cuando ve a las enfermeras, les sonríe. Sin embargo, todavía sigue sin hablar. Dicen que cuando llegó no hacía otra cosa que llamar a ese niño, Baekhyun. Los doctores no tuvieron de otra que medicarlo con antipsicóticos. Al cabo de un tiempo simplemente se calló, y así ha estado hasta ahora. No sé si será o no mejor para él –dijo algo angustiada, antes de que ambas se dirigieran hacia el otro extremo del patio.

Chanyeol tenía los ojos cerrados, disfrutaba de la calidez del sol calentando su piel. De pronto, una sombra lo cubrió, tapándole la claridad, y haciendo que el alto abriera los ojos, extrañado.

Allí, de pie en el borde del murillo, estaba Baekhyun. Sonreía tan ampliamente que se reflejaba deslumbrante ante el pelirrojo, con sus pequeños ojos en dos adorables medialunas. Tenía una mano tras su espalda, sosteniendo un manojo de hilos de algodón, y sobre su cabeza, flotando en sus extremos, globos, muchos de ellos, de todos los colores.

El niño tenía la otra mano extendida hacia Chanyeol, ofreciéndole un globo rojo brillante. Un globo para él, solo para él, dado por la persona más importante que alguna vez hubiera tenido en la vida.

El alto sonrió en respuesta, sintiendo ya sus ojos picarle por las lágrimas. Tambaleándose, se puso de pie, y con movimientos torpes llegó hasta donde Baekhyun lo esperaba. Su niño estaba igual a como lo recordaba, tanto tiempo separados, hicieron que las lágrimas de felicidad terminaran por desbordársele.

Cuando estuvo junto a él, no pudo hacer más que perderse en los hermosos ojos castaños que lo veían como había anhelado todos los días que no lo tuvo a su lado. La calidez y el amor que transmitían esos orbes, no los encontraría en ningún otro.

Tomó el rostro angelical de Baekhyun entre sus manos, y con labios temblorosos, e impaciente como el latir de su corazón delataba, se inclinó a besar al bajito. El contacto lo hizo estremecer, y la risa traviesa del pelinegro vibrando contra sus labios, contagió al mayor.

-Channie... ¿me amas? –preguntó la dulce voz que tanto había extrañado.

-Te amo, Baekhyun... -suspiró el mayor –Te amo tanto, tanto... con todo mi corazón.

-Te amo Chanyeol... -confesó por primera vez Baekhyun, en un susurro –Esta es mi manera de amarte... matarte...

Baekhyun lo abrazó, y el pelirrojo lo hizo por igual. Y allí, con su pequeño entre sus brazos, el mayor se prometió no dejarlo ir jamás. Porque en el mundo loco de Chanyeol, Baekhyun... sobre todos los demás... era el único... el más puro... el más hermoso. El único que lo amaba... y el único al que él amaría.


***


-¡Ocurrió hace unos momentos! Se tiró desde la azotea... -comentaba exaltada una mujer a la otra, mientras caminaban por la vereda –La muerte fue inmediata.

-Pero no fue culpa del hospital –acotaba la otra –Ellos dijeron: alrededor de la azotea, hay una verja muy alta y está cerrada con llave. No sabemos cómo sucedió, pero la cerradura seguía puesta cuando fuimos a ver. Aun no nos explicamos cómo Park logró llegar hasta esa zona.

-Oh, bien. A veces pueden ocurrir cosas extrañas.

Ambas pasaron frente a una niña, que lucía dos bonitas coletas. Estaba sentada en las escaleras de la entrada de una casa, y acariciaba a una iguana que tenía en su regazo.

La pequeña, de ahora ocho años, jugaba ensimismada con su mascota, cuando algo llamó su atención. Alzó la vista, y diviso un globo rojo brillante, flotando a la deriva en la inmensidad del cielo azul.

-Oh... -Sohyun sonrió alegre, y alzó al reptil en sus manos, que lucía una reluciente placa con su nombre y los datos de su dueño original –Mira Wolfy –declaró risueña, sin apartar los ojos del objeto que se alejaba cada vez más y más –Son ellos dos. Están juntos ahora.


FIN

߲

Boys next door [Baekyeol/Chanbaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora