Acto 7

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RANMA NO ME PERTENECE, SOLO HAGO ESTO POR DIVERSIÓN

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Cuando las palabras sobran

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Acto 7

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― ¿Ves que no fue tan malo?―decía una sonriente Nodoka caminando por la calle, en compañía de un abochornado Ranma que cargaba con una bolsa.

Acababan de salir de la tienda, donde Nodoka habia acompañado a Ranma a elegir un precioso vestido lila para Akane, que sería una sorpresa para ella, ya que la joven esposa tenia por dado que no asistirían al baile de graduación para no incurrir en gastos de dinero que no disponían, luego de la tonta situación donde habia regalado todas aquellas primeras telas a su hermana Kasumi, en aquel arrebato de celos por causa de Ukyo.

Ranma estaba muy avergonzado de la plática que venía lanzándole su madre desde que habían salido de la casa, donde el muchacho habia venido a buscarla en secreto, en un pequeño receso del gimnasio. Nodoka podría ser muy directa en muchas cuestiones que sinceramente a Ranma no le apetecía conversar con su progenitora.

Pero Nodoka no dudaba en dispararlas, sin tener en cuenta el sonrojo de su hijo.

―Esa tontería del otro día no puede volver a repetirse. No es varonil dejar la casa y dejar vacía la cama matrimonial. Eso no es correcto.

A Ranma se le subían los colores al oír aquello. Aunque su madre habia tenido razón en algo. No podía negar que esa noche en el bosque lo habia pasado bastante mal, siendo que ya estaba muy habituado a dormir cerca de Akane, quien tenía muy malas posturas de sueño, pero Ranma se habia acostumbrado a ellas. Además Akane olía muy bien por las noches, así que no era raro que soliese amanecer con su cabeza hundida en el hueco del hombro de ella.

―Es evidente que aparte del vestido, tienes que hacer más cosas para asegurar la felicidad de tu esposa. Me han contado de un libro chino antiguo que podrías usar en el lecho matrimonial. Porque es tu deber mostrarle tu devoción de todas las formas posibles. Te voy a dar la dirección de la librería donde los venden―seguía diciendo tranquilamente Nodoka, sin darse cuenta que su hijo se habia quedado casi estático al oír eso.

―Mamá...en serio, creo que no quiero tener contigo este tema de conversación―dijo entre dientes el avergonzado muchacho, no solo por escuchar esto, y además con sus conservadores oídos, sino porque le causaban un entusiasmo que intentaba disimular, mas con los hermosos recuerdos de besos que venía acumulando con Akane como promesa implícita de algo más profundo.

―! No, hijo!, ¿con quién más podrías tener esta charla si no es con tu madre?, Akane estuvo muy triste con esa tontería de haberte ido una noche de casa. Esta noche tendrás que recompensarla y demostrarle que no volverías a cometer la misma bobería de nuevo―hablaba Nodoka con pasmosa calma.

Ranma no se atrevía a decirle que jamás habia consumado el matrimonio con Akane. Eso ni pensarlo, porque si lo confesaba, su madre era capaz de quedarse pegada a la puerta para asegurarse que el acto se realice, y hasta iría más lejos, revisando las sabanas. Ranma tragó saliva ante la horrible idea.

Cuando las palabras sobranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora