Ranma no me pertenece, sólo hago esto de diversión y sin fines de lucro.
Capítulo 17
Las cosas no habían resultado tan fáciles.
Una cosa era tener pasajes comprados y dinero para viajar, pero los documentos reglamentarios para ir a Estados Unidos eran otra cosa. Aparte de pasaporte, constancia de no adeudar impuestos, también había que conseguir una visa que la embajada americana en Japón era la encargada de proporcionar.
Al final, el vuelo tuvo que ser cambiado porque los tramites tardaron en salir.
Así que cuando finalmente Akane Saotome tomó el avión que la llevaría en escala a América, suspiró en paz.
¿Es que nada, pero absolutamente nada podía estar exceptuado de algún lio?
Su relación con Ranma había sido así desde siempre y ya debía de haberse acostumbrado.
Pero el disgusto por el tiempo perdido en burocráticos papeleos se le terminó pasando, cuando subió a ese avión y la sensación de que estaba a pocas horas de volver a ver a ese bobo de Ranma le inundó el corazón, y fue suficiente para aliviarle todo lo que había dolido estos meses.
Porque, aunque jamás lo dijese en voz alta, y mucho menos se lo confesaría a ese tonto, es que lo extrañaba tanto que le dolía.
La distancia no los había ayudado en mejorar la comunicación, asi que a pesar de tener a su disposición el WhatsApp para comunicarse sin límites y sin mucho costo, tampoco lo usaban tanto, sólo lo básico.
Tenía muchas cosas que preguntarle a su esposo.
¿Estaría comiendo bien?
¿Le gustaba el lugar donde vivía?
¿Qué le parecían sus compañeros de la televisión?
Aunque quizá una que quisiera hacerle, aunque jamás se lo haría era la ¿Me extrañas?
Cursi, y tonto. Pero era la verdad, aunque fuera su esposo, y hubieren compartido situaciones intimas y únicas. Pero podría decirse que eran la única pareja en el mundo que necesitaba decirse esas cosas y que simplemente no le salían las palabras de la boca.
Akane se acomodó en el asiento e intentó dormir. El viaje seria largo y con escala.
Y estaba cansada. No recordaba siquiera haber podido hacer su maleta en forma, porque su familia no dejaba de atosigarla y perseguirla con diferentes cosas, pero básicamente todos querían lo mismo: que les trajera un obsequio recuerdo de América.
Akane no podía dejar de sorprenderse con el egoísmo de su parentela.
Intentó dormirse de nuevo y dejar de pensar en ellos.
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Ranma no estaba menos nervioso.
Había pedido un día libre para ordenar su departamento e intentar deshacerse de cualquier indicio que podría resultarle sospechoso a su mujer, que era muy quisquillosa con la limpieza.
También fue a la tienda a buscar enlatados de sopas, porque no sabía si Akane sería capaz de acostumbrarse a los platos del lugar.
Akane se le reiría en la cara al saber que él desayunaba ahí café con galletas y no el típico pescado con arroz y miso.
Por practicidad había dejado aquel habito y no le era nada desagradable más cuando aprendió a usar en forma la cafetera que había comprado.
Tenía que ver de prepararla para que no se asustara con lo que viera por las calles, esa boba se asustaría con la falta de pudor de los americanos. Y esa fijación de no usar prenda superior, porque en tiempos de calor, les encantaba andar semi desnudos por las aceras, portando diminutas ropas.
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Cuando las palabras sobran
Fiksi PenggemarAkane y Ranma ya estában casados pero seguían siendo unos torpes en casi todo, con excepción de esos momentos cuando guardaban silencio y dejaban que sus cuerpos dijeran lo que ellos no podian. No importaba, despúes de todo, ya eran marido y mujer. ...