Acto 8

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RANMA NO ME PERTENECE, SOLO HAGO ESTO POR DIVERSIÓN

Cuando las palabras sobran

Acto 8

Akane permanecía sentada en la sala de espera, con la cabeza sobre las rodillas flexionadas.

Ranma estaba en cuidado intensivos, con pronóstico reservado.

El hospital la habia llamado, porque en la identificación que encontraron en el bolsillo de Ranma, hablaba que su número de seguro era la de su esposa Akane Saotome.

La joven estaba con toda su familia que habia venido a apoyarla. Los médicos no habían salido aun a decirle nada, y enfermería se negaban a darle información de lo que pudo haber pasado.

Finalmente luego de una lucha, pudo saber que habían encontrado a Ranma frente al hospital inconsciente. Como si durmiera profundamente, y como éste era un hospital se le estaba atendiendo, intentando dilucidar el motivo por el cual el joven estaba en coma.

Akane pensaba que esto era un error, Ranma no era ningún débil como para caer herido porque sí. Tenía que haber algo.

Cuando Akane estaba pensando que lo mejor era entrar y obtener la respuesta por sus propios medios, la puerta se abrió, haciendo que no solo ella sino también todo el resto de la familia corriera tras ella.

― ¿Es usted su esposa?―preguntó el medico

―Lo soy―respondió Akane, ya ansiosa de saber alguna noticia.

―No sabemos lo que le pudo haber ocurrido. El paciente fue encontrado en las puertas de este hospital, inconsciente. La medicina ortodoxa no es capaz de hallar el motivo por el cual parece dormir sin despertar―fueron las palabras exactas del joven médico, vestido de blanco

Al inicio Akane meneó la cabeza.

Sin contar que detrás de ella, Genma y Nodoka casi se echaban a llorar en llanto. Soun apretaba un sombrero que habia llevado con la única y lastimera letanía de preguntar por su querido hijo político.

Kasumi y Nabiki permanecían calladas y con los ojos demostrando sorpresa y susto.

Ranma era un hombre joven y demasiado vital. No podría caer en algo así sin que hubiera una respuesta lógica.

―Quiero verlo―fue la entera respuesta de Akane, tragándose las ganas de gritar. Ella no iba a quedarse satisfecha con esa respuesta.

Ranma no era de los que caía fácilmente, además todavía tenían que explicarle si habia sido encontrado por alguna persona.

El medico iba a negarse, pero luego temió la feroz mirada que Akane le dirigió. Esa muchachita le inspiraba un terror que le auguraba no negarle nada.

―Enfermera Megumi ¿podría enseñarle la habitación del joven Saotome?―pidió el hombre a alguien que pasaba por ahí.

Akane no respondió, sencillamente pasó por su lado, porque nada en el mundo la hubiese detenido de pasar. Y de hecho, el pobre médico no hubiera tenido fuerzas para detenerla.

Pero eso sí.

No le permitió al resto de la gente pasar.

―Entiendan que ustedes no pueden pasar―apuntó el hombre, pero al ver el rostro compungido de todos añadió―. Podrán pasar luego.

―! Mi pobre hijo!―fue la letanía de Nodoka

―Mi muchacho ¿Qué le hicieron a mi muchacho?―penaba Genma

Cuando las palabras sobranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora