Chat Noir: My Lady~~

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Seguí a Ladybug con la mirada hasta que ya no pude ver ese rastro rojo de su traje en la distancia, y sentí un escalofrío al momento que me hizo estornudar.

-Tengo un mal presentimiento... -murmuré algo mosqueado.

Bueno, qué más daba. De todas formas si algo pasase esa noche en la fiesta, my Lady y yo nos encargaríamos y todo volvería a la normalidad.

¡O tal vez tuviera que salvar a la propia Ladybug! Oh, y así cuando lo consiguiese, para agradecérmelo me mostraría su verdadera identidad... O puede que... Puede que... PUEDE QUE INCLUSO UN BESO.

¡OH, CREO QUE ESO SERÍA LO MEJOR QUE PODRÍA PASAR, SÍ, SÍ, SÍ!

Aunque, la mayoría de las veces era ella la que se encargaba de salvarme a mí y a todo París, yo tan solo le prestaba una... ¿garra? Realmente, era una chica alucinante. Me preguntaba si algún día sabría quien había bajo esa máscara. ¿Y si nos conocíamos en nuestra vida diaria? ¿Puede que fuese al instituto? Estaba claro que tenía más o menos mi misma edad. Pero aún así...

No estaba seguro de que si ella descubría quien era yo, estaría complacida, porque en cierto modo ya nos conocíamos y dudaba mucho de que mi maravilloso plan de encandilarla funcionase entonces. Pues ya nos habíamos encontrado un par de veces de esa guisa, es decir, ella siendo Ladybug y yo como Adrien. Un chico que podía tener mucha pasta, ser la pera limonera en esgrima y en chino, y ser popular, pero su padre pasaba de él. Bueno, de mí.

Hablando de eso...

-Oye, Plagg -dije refiriéndome al pequeño gatete negro que estaba recostado sobre mi cabeza, al parecer, exhausto.

A lo que él contestó con un:

-¿Hmmm?

-¿Crees que mi padre irá a la fiesta? Después de todo, es en nuestra casa.

-¿Con todo el trabajo que tiene crees que de verdad va a presentar su culo allí? ¡Chaval, ni siquiera fue a tu cumpleaños!

-Ya, pero...

-Bueno, ¡al menos te dio un regalo! -al segundo sacudió su pequeña cabeza-. Aunque, tío, piénsalo, será mejor no tenerlo por allí por si las moscas. Pero no creo que te reconozca con el traje de todos modos... Nadie lo ha hecho. Ni siquiera Ladybug -murmuró el kwami desviando sus grandes ojos verdes-. No entiendo cómo todos estáis tan ciegos de no saber quiénes sois... Humanos tenían que ser... -rodó los ojos.

Eso era cierto. Aunque no conociera a Ladybug ella debía haber visto todas mis fotos publicitarias por las calles de París. Si ella no me había reconocido no creía que nadie lo hiciera nunca. Eso era un alivio, dentro de lo que cabía, pero... También algo decepcionante.

Ojalá hubiera sabido si la conocía en persona o no. Si lo hubiera hecho, tal vez habría podido empezar a hacer suposiciones pero siempre se negaba a decirme nada. Agh, siempre haciéndose la difícil... Tal vez por eso me gustaba tanto.

-Cierto -le admití encogiéndome de hombros-. En fin, volvamos a casa, tenemos cosas que hacer.

-¡Es verdad! ¡Debemos ordenar nuestras prioridades! Como comer Camembert~ -canturreó Plagg, mientras yo ya extendía mi bastón hasta la carretera para deslizarme por él, sin apenas escucharle.

Tenía que hacer algo para descubrir la identidad de Ladybug. Cada vez me sentía más ansioso, necesitaba saber con certeza de quién demonios estaba enamorado.

Cuando llegamos a casa, ya me había transformado en Adrien de nuevo. Sin embargo, todo estaba en silencio. Como siempre. Subí a mi habitación y ya dentro, cerré la puerta, apoyando mi espalda en ella. Todavía seguía preocupándome por mi padre. Tal vez no fuera una buena idea eso de hacer una fiesta en tu propia casa cuando estás tan ocupado. Aunque en fin... él había querido hacerla, así que suponía que estaría bien.

Plagg, apareció saliendo de mi mochila y voló hasta mi cama. Cuando me giré hacia él ya estaba comiendo queso el muy glotón. Menos mal que siempre había un plato lleno de su comida favorita preparado en mi cuarto para él, sino tal vez acabaría comiéndose un cojín pensando que es queso.

Hice caso omiso de él y fui directo al armario.

-Oye, Plagg, el Miraculous no tendrá un modo "fiesta", ¿verdad? -pregunté enarcando una ceja.

Él se limitó a sonreír, divertido, mientras comía.

-Ahora que lo dices sería muy útil. Incluso... tener un modo "traje de baño" -continuó él con la broma alzando repetidamente las cejas.

Al instante entendí lo que quería decir. ¿Significaba eso que tenía una mente sucia? Nah, creo que solo pensaba mucho en mi amada. Era eso, ¿no?

Sin embargo, no me disgustó la idea, para qué mentir.

-Así podría ver a Ladybug en... -murmuré bajando la mirada, notando mis mejillas arder por momentos. Alcé la cabeza con urgencia, mirando a Plagg de nuevo-. ¡Dime que tiene algo así incorporado! -exclamé esperanzado.

Plagg rio.

-Nop. No lo tiene -contestó, ensanchando su sonrisa, al ver mi mohín al escuchar aquello.

Una lástima.

-Bueno, es hora de elegir el vestuario de esta noche. Debo estar sexy... Digo, elegante para ella -sonreí de lado, abriendo las puertas de mi enorme armario.

Supongo que ser hijo de un reconocido diseñador de moda tenía sus cosas buenas, al fin y al cabo.

Miraculous Ladybug - Lady LuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora