Ladybug: Demasiadas coincidencias.

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Alya no había dejado de hacerme preguntas. El día anterior curiosa por saber dónde había estado y por qué me había perdido la fiesta en honor de Ladybug y Chat Noir, y hoy por lo que le había contado en clase. Tal vez no debería habérselo dicho, pero no había podido evitarlo. La verdad es que me había quedado más tranquila al ver que Adrien se encontraba bien, y que sus heridas no le habían causado ningún problema, aún así no podía dejar de sentirme inquieta cuando estaba cerca de él. En clase ni siquiera podía mirarle o hablarle como si todo fuera normal, como si no supiera que él era Chat Noir. ¡Aún no me entraba en la cabeza! Eran completamente diferentes. Aunque, bueno, yo tampoco soy la más indicada para hablar. Pero aun así ya me había decidido, debía hablar con él. Debía decirle quién era en realidad.

Así que le seguí cuando las clases terminaron, acabando en el parque que estaba cerca del instituto. Cuando vi que se sentaba en un banco, divisé al pequeño kwami junto a él. ¿De qué estarían hablando? Tragué saliva y traté de acallar a mi conciencia, la cual me gritaba que espiar estaba mal, pero mi curiosidad gritaba más fuerte que ella. Se siente.

Justo cuando me coloqué tras el banco en que estaba Adrien, apoyándome en la verja que rodea el parque logré escuchar de qué hablaban.

-Deberías decírselo -dijo el compañero del rubio-, si no sospechas que tu padre pueda ser Hawkmoth, claro.

Espera, qué.

-Plagg, no quiero sospechar de él, pero ah... ¿Por qué tiene a esos akumas ahí encerrados? No puede ser una coincidencia.

-En eso te doy la razón~ -canturreó-. Si lo piensas bien, ya son demasiadas "coincidencias" -dijo esta palabra con retintín-. El libro con toda la información de los Miraculous, los akumas encerrados en esa habitación de tu casa... Y el hecho de que nunca sabemos dónde está cuando Hawkmoth ataca tampoco ayuda a que creamos que sea inocente.

-Lo sé... Pero es mi padre. Él... ¿Él no podría hacer algo así, no? -dijo refiriéndose, supongo, a akumatizar a los habitantes de París.

-Tal vez lo haga por algo... Sabes que Hawkmoth siempre os intenta quitar vuestros Miraculous, ¿nunca has pensado por qué?

-Bueno, siempre he supuesto que era porque nosotros impedíamos que él hiciera de las suyas. ¿Acaso no lo hace simplemente para quitarnos de en medio y dominar el mundo? Eso es lo que siempre quieren los villanos de los cómics... -murmuró Adrien.

-Piensa con las reglas de los Miraculous. Piensa en el poder que Ladybug y tú tenéis.

Adrien calló un momento, tal vez reflexionando en las palabras de su compañero.

-Quiere algo más. Algo que solo nuestros Miraculous puede darle. ¿Pero el qué?

-Eso es lo que tenemos que averiguar -sentenció Plagg, zampándose su último trozo de queso, aunque a mí parecer algo inquieto-. Oh, por cierto, ¿no tenías esgrima hoy?

-Merde... ¡Tengo que darme prisa! -exclamó metiendo a Plagg en su mochila y cogiendo esta, para irse corriendo apurado.

¿El padre de Adrien... era Hawkmoth? ¿Cómo era eso posible?

Gabriel Agreste, el famoso diseñador de moda... ¿Hawkmoth? Aquello parecía una broma de mal gusto. Pero si lo que Adrien había dicho era cierto, debía investigar cuanto antes. Sin embargo, algo que no me terminaba de encajar era la expresión y la reticencia del kwami en darle una respuesta directa. ¿Sabía algo que no quería decirle directamente? ¿Tal vez sabía de quién se trataba? ¿Era posible que fuera realmente Gabriel Agreste, y no quisiera decírselo al rubio para no preocuparlo? ¿Trataba de proteger a Gabriel o a Adrien?

Miraculous Ladybug - Lady LuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora