Dante ni podía perder tiempo, ya tenía todo listo para enfrentarse al cabrón que planeaba tal barbaridad contra aquella chica...
Es increíble como algunas personas despiertan en nosotros un instinto de protección.
Simple y llanamente, ese sentimiento de "paternidad" había vuelto a nacer en él. Ese sentimiento que se había ido cuando su hijo murió, el mismo sentimiento que conmovió su corazón al punto de perdonarle la vida cuando la conoció...
Y el mismo, que quería ver fluir por el suelo la sangre del Capitán.
Y tal vez, hubiera podido saciar esa sed, si aquellas personas no hubieran interumpido su hazaña.
Soldado: Abran las puertas!
Y tal como ordenaron, otros dos soldados se apresuraron a abrirlas. Tras ellas, cuatro rostros miraban las Guarniciones con recelo, dudando de hasta las plantas que lo adornaban. Y estos, por alguna extraña razón, se fueron en dirección hacia Dante.
Eran tres chicos y una chica, no parecían sobrepasar los veinti tantos años. Pero tenían un aspecto extraño.
Maldicion, no notan que estoy en medio de algo importante? -susurró para si mismo.
[...]
Ellie poco a poco fue abriendo sus ojos, sentía su cabeza a punto de explotar y el resto del cuerpo adormecido. Sin recordar lo que había pasado minutos antes y el por qué estaba allí, sentada en el suelo.
Que extraño lugar... -pensó
Las paredes estaban pintadas de un rojo escarlata bastante llamativo. El suelo, era de madera, pero lo que captó más la atención de la chica fueron las jarras de alcohol tiradas por todo este. Al igual que papeles, cucharas de plata, y vajilla de vidrio
Oh por favor no me digan que...
E interrumpiendo hasta sus propios pensamientos, entró el Capitán. Traía consigo una caja con diversas herramientas y su, infaltable, sonrisa triunfante al mirar a Ellie ya despierta y "lista".
Capitán: Oh, hola... - se agachó para quedar a su altura -al fin te tengo en frente, querida Ellie- y acarició su mejilla con su aspera mano.
La pelirroja inmediatamente quizo darle un puñetazo en toda la cara, pero se dió cuenta que estaba atada tanto de los tobillos como de las muñecas.
Ellie: ... Hijo de perra...- gruñó con todo su odio acumulado.
Capitán: Vaya, Lorein te enseño ese vocabulario antes de morir? - sonrió.
Lorein...
La simple mención de ese nombre, movió el suelo de la chica. Quién llevaba años sin escuchar esa palabra casi divina.
Ellie: CÓMO SABES EL NOMBRE DE MI MADRE IMBÉCIL?! - le gritó furiosa.
Capitán: Oh linda, eso no importa en lo más mínimo... - se levantó y se giró hacia la caja que él mismo había traído - ¿Sabes por qué te he citado, pequeña?- la miró de reojo.
Citado? debe ser una broma.
Ellie: Qué mierda quieres de mi Marcus? - preguntó mientras intentaba safar las cuerdas que le impedían moverse.
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Una Espada Casi Robada
RandomUn soldado experimentado de la Guerra, con miles de heridas en el cuerpo y el corazón. Una exploradora se campo, cegada, vacía, terca y entregada. Ambos, con un deseo que parece tan imposible como volver de la muerte. ¿Podrán cumplirlo? ~Dos idos de...