La cena

956 48 30
                                    

-En general los exámenes han ido bien... así que este finde podéis salir de fiesta.- dijo Cosima delante de todos los alumnos. Los chicos rieron con el comentario.

Cosima estaba delante de decenas de alumnos que la estaban observando. La puerta estaba abierta. Delphine se asomó callada. Cosima la miró y con la mano le dijo que se esperara un minuto.

-Para la semana que viene quiero un trabajo de dos mil palabras. Tema libre. Así practicáis para el trabajo de fin de grado. PERO que tenga que ver con la genética, eh ¿Jean-Paul? No me interesan tus vacaciones.- dijo Cosima. Grandes carcajadas se escucharon de fondo.

-Tienes que aceptar que te gustó, Niehaus- reprochó un chico del fondo de la clase.

Cosima negó con la cabeza mientras se reía.

-Podéis iros chicos. Hasta la semana que viene.

La clase se llenó de ruido. Libretas, ordenadores, sillas y alumnos. Cosima ordenó a Delphine que entrase. Delphine entró con un conjunto bastante arreglado para la ocasión y llevaba el pelo liso. En una de sus manos llevaba un café.

-Hey- dijo Cosima apoyada en la mesa.

-Buenos días- respondió Delphine con una sonrisa. Le dio un beso en la mejilla, cerca de la boca.

Una ola de silbidos inundó la clase y se oían algunos aplausos. Las dos chicas miraron algo confundidas a los alumnos.

-Te he traído café- lo depositó encima de la mesa-. ¿Tienes clase ahora?

Cosima negó mientras recogía las cosas de la mesa. La clase se fue vaciando hasta que se quedaron las dos solas.

-Perfecto porque estoy muy cachonda.- susurró Delphine.

A Cosima casi se le caen los libros. Miró a Delphine.

-Dónde- preguntó Cosima.

-Aquí- contestó la francesa.

Cosima se ajustó las gafas. Fue hacia la otra punta de la clase. Era una clase enorme donde cabían doscientas personas. Las hileras de mesas iban subiendo desde el suelo hasta arriba a través de escalones. Parecía un auditorio. Cosima se veía pequeña desde arriba. Delphine se sentó en el borde de la mesa. La profesora cerró la puerta con llave y tapó la ventana con la pequeña cortina que había. Apagó la mitad de las luces. Rayos de sol entraban por las ventanas de arriba de todo. Delphine se iba desabrochando la camisa. A Cosima le irritaba tener que desabrochar botones cuando tenía prisa.

La morena se aproximó a Delphine y la empezó a besar apasionadamente mientras le acariciaba los costados y la espalda. Se escuchaban bastante los jadeos y el ruido que hacían sus labios al besarse. Delphine le quitó a Cosima la americana y Cosima le quitó la camisa a Delphine. También le desabrochó el sujetador. Empezó a tocarle los pechos descaradamente mientras seguían besándose. Cosima le besaba el cuello mientras jugaba con sus pezones. Delphine gimoteaba mientras abrazaba a Delphine con las piernas y las ponía en sus caderas. Seguidamente con la mano libre que tenía intentó bajar la cremallera de la falda de Cosima, pero no podía. Con intentos desesperados de desnudarse la una a la otra, decidieron desnudarse por ellas mismas. Se quedaron en ropa interior y calladas, mirándose. Segundos después volvieron a besarse y acariciarse. Delphine retiró folios que había por la mesa y se sentó mejor. Cosima cogió su silla y la puso delante de Delphine. Se sentó mientras miraba a Delphine. Esta se estaba mordiendo el labio mientras se tocaba por encima de las braguitas. Cosima le acariciaba los muslos mientras miraba lo que la chica estaba haciendo. La científica cogió la mano de la chica y puso dos dedos en su boca mientras los humedecía. Mientras tanto, le iba quitando las braguitas. Delphine sin querer arrugó un papel. Lo cogió y lo miró.

Pérdida y capturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora