Philippe

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3 meses después...

-¡Corre, que nos están llamando!

Cosima corrió hacia el sofá y le dio un beso en la mejilla. Le dieron al botón verde y al cabo de pocos segundos las caras de sus hermanas se mostraron. Tres cámaras diferentes; la de Sarah, donde estaba ella, Kira y Felix. La de Alison donde estaba ella sola y la de Cosima donde estaban Cosima y Delphine.

-¡Hola a todos!- saludaron la pareja.

-¿Cómo va por París?- preguntó Sarah.

-Bastante bien. Ya casi hemos decorado toda la casa... Aunque en nada nos queremos volver a mudar- explicó Cosima.

-Cuando vengáis traedme algún perfume caro, que dicen que son muy buenos los de ahí.- dijo Ali mientras estaba escribiendo en su pizarra convertida en horario.

-¿Sabéis que Cosima ha entrado en una universidad pija?- dijo Delphine rápidamente antes de que Cosima la pudiera hacer callar.

-No es pija, simplemente es privada.-intentó corregirla.

-¿Y eso?- dijo Felix –No es nada de tu estilo, querida.

-No, ya lo sé, bueno. No es pija, quiero decir, simplemente es una universidad donde solo se habla inglés, ¿sabes?  El francés aún no lo domino muy bien y me han ofrecido una plaza para que imparta unas clases. Ya sé que tampoco tengo la carrera de profesora ni nada, pero su sistema es muy diferente al de los demás y no necesito nada de esas cosas. Además, me contrataron porque dicen que aparte de tener el doctorado, soy joven y guay, y así las clases son más amenas.-

-¡Eso está muy bien! Me alegro por ti, Cos-dijo Sarah.

Cosima asintió contenta.

-Y Delphine sigue trabajando en el DYAD, pero nada sobre clones- aseguró Cosima.

-Sí... Nada de clones.- se rio -Estoy como en el principio, trabajando y haciéndome la tonta. Pero al menos me aseguran la faena.

-Seguro que en nada estaréis viviendo en una mansión - comentó Felix.

-En Paris no hay sitio para mansiones- contestó Delphine. –Aunque hay edificios grandes. Pero aún estamos mirando...

-Es cierto, ¿ahora dónde estáis viviendo?- preguntó Alison.

-En la antigua casa de mis padres. Ahora ellos viven en las afueras y nosotras nos hemos quedado el piso. –contestó Delphine amablemente. –Hay habitaciones de sobras para cuando vengáis. –sonrió.

Todos estuvieron hablando durante casi una hora hasta que colgaron.

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-¿Quieres té o café?- preguntó Delphine.

-M... Café.- contestó Cosima mientras se acomodaba en el sofá. Apagó el ordenador y encendió la tele.

Delphine volvió al cabo de cinco minutos con dos tazas de café. Se tumbó al lado opuesto de Cosima y le dio la taza de café.

-¿Qué dan por la tele?- preguntó Delphine tapándose con una manta. Guantes vino a los pies de las chicas.

-Los Juegos Olímpicos- dijo desde la otra punta del sofá. Pusieron los juegos y se entretuvieron comentando las coreografías de las nadadoras.

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-Nosotro tuvimos claro des de un principio que queríamos tener hijos.- comentó un chico mientras se bebía una cerveza.

-La verdad es que nos ha cambiado la vida.- añadió una chica que estaba a su lado.

Cosima y Delphine estaban sentadas una al lado de la otra junto a una pareja que tenían delante. Estaban en la terraza de una cafetería apartada del centro. Entre unos callejones sofisticados y tranquilos. Cosima tenía en las faldas a un pequeño niño rubio que reía todo el rato.

Pérdida y capturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora