Erase una vez dos almas puras lejanas, que vivían diferentes momentos, diferentes horarios y diferentes culturas. Una tarde de verano al ponerse el sol, el destino quiso que intercambiarán opiniones, momentos... miradas! Cada alma despertó interés, tratando de indagar un poco más. Todo cuanto se decía, era perfecto... no hubo distancia alguna, no se sintió soledad. Giraba su conversación y a pasos agigantados todo crecía, todo era bello... despertaba los sentidos. Era el gran sentir de éstas almas. Una de ellas comenzó a vibrar con Mayor intensidad por la otra, esto era grande, fuerte, hermoso!! Estaban en su mejor momento... se llenaron de corazón, de pasión, de afán por aquella otra que poco a poco se fue convirtiendo en el único tesoro de su sentir. Nunca necesitó más que su atención, para sentir plenitud. Con el correr de los días, estás almas dieron chispas, ardieron como sólo ellas podrían hacerlo... Amando! FIN...(Yacafi)
