Ella nunca pudo resistir lo mucho que le hacía palpitar. Siempre tuvieron conversaciones bellas y enriquecedoras... Pero, poco hablaban últimamente y extrañaba cada letra, cada momento... cada detalle. Era lo más hermoso de su vida, por quién su corazón bombeaba. Adoraba cada vez que su presencia le hacía hervir la sangre, despertando todo tipo de sensaciones. Los días se iban y todo seguía igual. No habían palabras, ni miradas... el silencio era necio!
Ella sólo mantenía vivo el recuerdo de aquellos dos últimos corazones que tenía en sus ojos. Quizá para cuando todo esto termine, sus sentimientos sean los mismos, que permanezcan vivos, y esta desdichada ausencia, no termine en el Olvido de ese gran Amor. Fin. (Yacafi)