Capitulo 2 *EDITADO*

5.6K 198 10
                                    

La lleve a mi oficina y la recosté en uno de los sofás, sus lagrimas habían cesado pero ahora estaba en un estado de shock, me senté cargando sus piernas observando su ojos totalmente rojos por llorar durante casi media hora.

Mi rabia había bajado, ya tendría tiempo de ajustar cuentas con Ian, lo que más me importaba ahora era verla bien de nuevo, se removió en el mueble y me observo en silencio, no tenía ni idea de lo que pensaba, cuando entraba a ese estado sus reacciones eran bruscas y hacia las cosas por impulso.

Acerco sus manos a mi rostros y las paso por mis mejillas, su mirada demostraba tanto cariño que presentía que algo malo pasaría, sus cambio de humor drásticos traían cosas malas, muy malas.

--Por que el no es como tu--paso una de sus manos por mi frente para seguir hasta mi cabello, la otra mano la mantenía firme en mi mejilla, su tacto era tan suave que me di el respiro de cerrar los ojos y disfrutarlo.

--Dime qué fue lo que paso exactamente-- le dije casi en un susurro, ella solo ignoro mi pregunta y siguió acariciando mi cara.

--Eres tan guapo, lo sabes-- se puso de rodillas sobre el mueble para poder estar a mi altura, comenzó a desabrochar mi corbata tranquilamente--tan sexy--repetía en susurros concentrada en lo que hacía, sus dedos rozaron con la piel de mi pecho y me tense, esa era una de sus grandes ventajas sobre mí, con tan solo un rozo caí a sus pies.

--¿Que haces?--pregunte recobrando la cordura cuando desabrocho dos botones de mi camisa, estábamos en mi oficina y en cualquier momento cualquier secretaria podría entrar y vernos.

--Quiero sentirme bien, tu eres el único que puede hacerlo-- desabrochó el tercer botón y siguió con el cuarto--házmelo aquí Paul--rogo juntándose más a mí y pasando sus brazos por mi cuello para juntar sus labios con los míos, besándome tan lento, esta mujer me volvía loco, era la idea y el lugar más descabellado para hacerlo, pero me moría de ganas de tenerla aquí, hacerla mía aquí y que olvide todo lo que el imbécil de Ian le hizo.

Tome su cintura fuerte juntado su cuerpo al mío, rozando nuestras sexos, soltó un gemido e introduje mi lengua en su boca, nos fuimos recostando en el sofá dejándonos llevar completamente, olvidándonos de todo y de todos.

Desabroche cada botón de su camisa dejando expuesto aquel sostén blanco que sabía que amaba, la mire a los ojos, contemplándola , es tan hermosa, no se merece sufrir, sus ojos aun están rojos y eso hace que quiera mas hacerla olvidar.

Beso ambas mejillas bajando hasta su cuello dejando tantos besos como puedo, degustando de su piel suave y con olor a fresas, bajo mucho mas hasta el valle de sus senos, mucho más abajo en su estomago, subo su falda negra dejando a la vista su ropa interior blanca como su sostén, beso una de sus piernas y luego la otra, contemplarla como de porcelana es mi objetivo, ella es eso, algo completamente maravilloso y único.

La miro de arriba a abajo, ella es mía, lo es aunque este con alguien más, yo la he hecho mía y así será siempre.

Vuelve a acariciar mi rostro, su dulce toque me hace enchinar la piel, no importa que tan enojado este, sus simples manos acariciándome hacen calmar mi estado.

Beso sus labios con necesidad, quiero que sienta cuanto la quiero y que no encontrara otro imbécil como yo.

Comienza a desabrochar mis pantalones y los baja hasta mis rodillas mientras nos seguimos besando, me pega ella y suelta un gemido al sentir mi masculinidad rozar con su vientre.

La levanto un poco para quitar su sostén y dejar expuesto sus pechos, se sonroja a pesar que los he visto tantas veces, así es _________, podrá ser otra en la habitación pero sigue siendo tierna y dulce.

La Novia de Ian || Paul Wesley || [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora