La Novia de Ian || Paul Wesley || [Editando]

Capitulo 13 || Final || *EDITADO*

[ Es OBLIGATORIO que lean con la canción en multimedia. Don't let me go de Raign. ]

____________ POV:

Pasadas las seis de la tarde, me recuesto en el viejo diván de la sala. Me acurruco más a las mantas, intentando cubrir mis manos frías por las altas temperaturas en las calles de Atlanta. Suspiro pausadamente y ahogo un gemido lastimero que se instala en mi garganta y no deja de recordarme lo que han sido estas malditas semanas.

El karma es una puta, una puta mas cabrona que yo, pues son solo semanas de nubes grises que prueban por sobre todo que las cosas se pagan y yo soy tan consciente de eso como de que mi llanto no ha parado y mi vida es una mierda oficialmente.

Las idas y venidas de la oficina fueron al principio razones para que me levantara y con una cara de alivio volviera a ver los ojos verdes llenos de alegría, los lindos ojos esperándome en la oficina y mirándome con agresividad y tristeza, porque no podía esperar más. Pero en cambio solo se convirtieron en vacíos ojos evitándome y el sin fin de escusas y faltas.

Puedo vivir con su mirada y demás reproches, enserio que podía, solo tenía el firme valor de verlo y asegurarme de que seguía ahí, que todo no había sido un sueño. Mi luto metal y psicológicamente se debía a tantas cosas y no solo a la inminente perdida de Ian y por demás fracturada sea lo que sea que llegue a tener con Paul. Cada cosa juntándose dentro de mí que me provocaban ganas de gritar y bajar la gastada fachada en mi. Mi vida ya no era ni la sombra de lo que fue, pero ok, podía lidiar con eso, con la maldita soledad de mi casa, los sentimientos y perdida de Ian, todo lo que conllevaba Paul y por supuesto el rechazo de ambos.

Pero algo se rompió enserio dentro aquella mañana cuando las puertas del elevador se abrieron y el cuchicheo no me deja pensar en la mierda en mi cabeza. Las miradas furtivas y susurros llegaron a tal punto que me dirigí al cubículo de Sofía y prácticamente la empuje a su silla encarándola.

–Mira perra, no estoy para tus putas indirectas y miradas de mierda –sisee con odio frente a ella. Me vio con una ceja alzada y se levanto lentamente de su silla acomodándose la ropa.

–Disculpa, pero que yo sepa la única perra de la oficina eres tu –me sonrió de lado y me miro de arriba para abajo con sus ojos rebotando de burla.

–¿Enserio dijiste eso maldita? –me acerqué con la rabia en las venas, brincando por salir y descargarse sobre alguien.

–¿Acaso me dirás que no eres tú la que destruyo la amistad de Ian y Paul, tanto así que Paul ha decidido irse para siempre de esta sucursal huyendo a la más lejana de ti? –gruñe con furia y me acerco mucho más a ella retándola con la mirada. Sofía se encoje más en su silla asustada y decido darme la vuelta de ahí. Salgo a toda prisa lejos de todo y todos. Paul se va, pretende alejarse de este lugar y todo tiene que ver conmigo. Quiere huir de mí........

Unos suaves toques en la puerta logran sacarme de mi aturdimiento, me resbalo de las sabanas y camino con una de ellas envuelta alrededor de mí. Mis pies descalzos causan que mi piel se erice por el frio del piso. Abro la puerta quitando el cerrojo primero.

El está frente a mí con una mirada que no me dice nada, tan vacía y distante que me congela más que el frio de las ráfagas que arrasan fuera de la casa. Acomodo más las mantas a mi cuerpo y lo miro interrogante. Mi mirada cruza con la suya y el solo mueve los labios en una disculpa.

–No sé qué hago aquí, pero aun así quería decir un adiós personal. Creo que es hora que todo acabe y seguir, así que solo quiero decir adiós y enserio desearte buena suerte –cruza sus brazos por su pecho y se recarga en el marco de la puerta.