Capítulo 1 [EDITADO]

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Hace unos días que mis padres habían muerto.

Todo sucedió demasiado rápido, sin darme tiempo a hacer nada.
Aquella tarde había salido con mis amigos a dar una vuelta, ignorante de todo lo que me esperaba. Y sin embargo, en el fondo, siempre supe que este momento, tarde o temprano llegaría. Mi padre era detective por lo que se había ganado la enemistad de muchos todos estos años y mi madre...
Mi madre, Katrina, albergaba un pasado oscuro que tan sólo conocía mi padre. Un pasado, que incluso a él, qué era su marido, le aterrorizaba.

Hoy era el día de su entierro. Curiosamente, al volver a casa, no lloré cuando encontré sus cuerpos sin vida en el frío suelo, manchado de su propia sangre, ni tampoco cuando estaba observando cómo enterraban sus cadáveres en este mismo cementerio y ni siquiera al ver sus tumbas.

Probablemente, porque apenas pasaba tiempo con ellos. Odiaba estar en esa casa. Mi padre nunca había tenido tiempo para mí con su trabajo de detective y mi madre sufría de un trastorno mental que se trataba de la misma locura. Desde pequeño, me había refugiado en mi cuarto, queriendo alejarme de esos gritos, llantos y risas histéricas que resonaban por todo el hogar, aterrando y atormentándome.

Quizá sí era un hijo horrible, como solía decir mi madre, por sentirme aliviado al haberme librado de ellos.

Pero... ¿y ahora qué? —susurré para mí mismo, dejando el segundo ramo de rosas en la tumba de mi padre.

Dándome cuenta en seguida que alguien se había posicionado detrás de mí, colocando su mano sobre mi hombro, de forma automática, giré mi mirada hacia atrás, comprobando que la persona se trababa de un hombre mayor de unos 40 años aproximadamente.

—¿Quién es usted? —le pregunté, mirándolo de pies a cabeza con desconfianza.

Por más que lo mirara, aquel hombre de pintas refinadas, no me sonaba de nada.

—Vaya, qué directo... soy tu tío, Lucius Leroux, y a partir de ahora tu tutor legal, un gusto Leviathan—Se presentó sin que se le borrara la sonrisa de los labios.

—Llámeme sólo Levi —pedí, evitando su mirada.

—¿Qué te parece si te sacamos de esta lluvia para que no pilles un resfriado y te llevo a mi casa, tu nuevo hogar?

No dije nada, simplemente le seguí. No era un secuestrador de menores que iba a violarme y vender mis órganos más tarde. Ya le conocía desde hace mucho.
Lucius, era el hermano de mi padre.

Creo recordar que la última vez que le había visto a él y a su esposa, yo todavía era un crío de unos 5 años.

Ya habían transcurrido 11 años desde entonces...

                                                                                                          *  *  *

—Ya hemos llegado —anunció sonriendo como un bobo Lucius tras abrir la puerta de su casa.

—¡Bienvenido, Levi! —exclamó efusiva, dándome un abrazo repentino mi tía, sobresaltándome levemente.

Eran buenas personas, de eso estaba seguro. ¿Sino por qué iban a molestarse en hacerse cargo de un huérfano problemático como yo? Ni siquiera tenían que verse obligados a adoptarme ya qué mi padre y él, por mucho que fueran hermanos, no tenían una muy buena relación y con el paso de los años habían perdido el contacto.

Estaba realmente agradecido con ellos por acogerme en su casa en vez de dejarme en un orfanato, pero la idea de irme a vivir a su casa, todavía me resultaba extraña...

Atracción Peligrosa (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora