Natalie apagó el ruidoso reloj con un ligero golpe en la parte trasera de este. “¡Primer día de instituto!” Pensó para ella. Para su primer día se puso unos pantalones negros, unas botas negras, una sudadera gris con una camiseta de tirantes blanca, un pañuelo de leopardo y su bolso amarillo.
Después bajó, cogió una manzana y su mochila y fue dirección al instituto. Natalie iba andando ya que su casa estaba bastante cerca como para que pudiera ir andando y no cansarse demasiado.
***
El instituto era muy grande. Natalie se quedó asombrada con el gran tamaño de este. Entró y se encontró con mucha gente agolpada sobre unos tablones de corcho. Ella se acercó para ver lo que pasaba. Eran las listas de las clases donde habían tocado cada uno. Tiraron a Natalie al suelo con los codazos y las zancadillas de algunas personas. De repente siente que alguien la coge de la mano y le tira para ponerle de pie y acercarle al tablón de corcho. Natalie se quedó impactada al ver la cara de aquel chico.
-Ho-hola, yo soy Natalie -tartamudeó- Y tú, ¿Quién eres?
-Yo soy Ed. -contestó- ¿Eres nueva en Crawford?
-Sí, ¿Cómo lo sabes? -Preguntó confusa-.
-Crawford es muy pequeña así que casi todo el mundo se conoce.
Natalie asintió.
-¿A qué clase vas? -preguntó interesado-.
-Pues supongo que -miró la lista y volvió a girarse hacía Ed- voy al C. ¿y tú?
-¡Que lástima! Yo voy al D. Bueno no veremos en los cambios de clase y en el recreo. -Comentó él-.
-Por supuesto. -le acompañó-.
Tocó el timbre y todo el mundo fue a sus respectivas clases. Todo se quedó en silencio. Natalie y de se quedaron en medio del pasillo solos.
-¿Te acompaño a tu clase? -preguntó él cogiéndole de la mano-.
-Pues sí -dijo separando la mano bruscamente y andando rápidamente hacia a delante- ya que me voy perder por los pasillos.
-Vale -dijo él yendo detrás de ella-.
Cuando llegaron al aula de Natalie, ella se despidió de Ed y tocó a la puerta.
-Llega usted tarde señorita Kimball -le regañó el profesor de matemáticas.
-Lo sé, señor Harries. -exclamó Natalie disgustada y entrando a la clase con la cabeza gacha-.
***
Pasaron las tres primeras horas de clase y por fin llegó el recreo. Natalie como era nueva no tenía a nadie con quien estar así que se sentó en una de la mesas de la cafetería y se tomó un café con leche y un donut de chocolate. De repente alguien se sentó en la silla de en frente, era Ed con su café de Starbucks.
-¡Ei! ¿De dónde has sacado ese café? -exclamó Natalie sorprendida-.
-Pues de el Starbucks, ¿es que no se nota?
-Pero, ¿Cómo puedes salir?
-Con esta maravillosa tarjeta -dijo Ed sacando un tarjeta verde de su cartera-.
-¡Oh! ¿Dónde puedo conseguir una?
-Pues en secretaría -contestó Ed sonriendo al ver la cara de Natalie- ¿Quieres que te acompañe luego a que te la den?
-Vale -contestó Natalie mirando su café y después mirando el de Ed-.
-Anda, toma -dijo él cogiendo la taza de café de Natalie y poniendo la taza de café de Starbucks delante de ella-.
