La Primer Impresión

3.1K 263 0
                                    

Sentados en el mismo compartimiento, junto con Charlie y Percy, siquiera hablamos. Fred iba pensando en quien sabe qué frente a mí, observando el cielo azul por la ventana. A diferencia del día anterior, ese tenía un clima estupendo, donde el sol brillaba tenue y entibiaba lo que tocase con sus rayos.
Intenté buscar que era lo que mi hermano veía, sin resultados. Estaba visualizando otro mundo, no el nuestro.
-Ustedes tan callados… ¿Aún tienen miedo?- se burló Charlie.
Fred no respondió. Apoyaba su mano sobre el brazo que estaba en el alfeizan de la ventana, y tenía los ojos perdidos. No se si era por aburrimiento, por estar enojado, por miedo.
-Tch- chasqueó los dientes Charlie. -Que mal carácter.
-Después de lo que Bill dijo…- agregó Percy.
Lo miré intrigado, entonces me devolvió la vista, pero con una sonrisa.
-Freddie y Georgie besándose- bufó.
Negué irónico con la cabeza, y fijé la vista en un punto lejano. Quería irme de ahí.
-¿No lo van a negar?- preguntó Charlie con un tono severo.
-Solo respondo ante cosas que hago- respondí inteligentemente. -No por otras tontas que andan diciendo.
Llegamos a la estación de Hogsmeade en silencio, oyendo las risas sofocadas, el traqueteo del tren, viendo los paisajes frondosos o las llanuras extensas que variaban constantemente.
Al bajar un hombre gigante se acercó con una lámpara de aceite en la mano. Dos metros mediría; basta melena azabache con canas entremezcladas, barba enmarañada, y cejas pobladas sobre unos pequeños ojos.
-¿Ya están todos?- preguntó. -Bien, síganme... Los de primero adelante… Muy bien, vamos.
Eso significó ir aparte de las miradas molestas de Charlie y Percy, pero nos juramos molestarlos de por vida por aquello. Fue un insulto por parte de Bill, les contó todo. Claro que fue para que nos vigilaran constantemente.
Subimos a unos botes en un lago enorme, viendo un precipicio que se alzaba a metros y metros sobre. Fue la primera que vez que vimos el castillo de Hogwarts, o al menos la silueta de éste, con sus ventanas iluminadas, perdiéndose en la oscuridad.
Al llegar una mujer nos recibió para luego llevarnos a ser seleccionados y acabar en cualquier casa.
Supongo que es obvio que allí no nos torturaban, ni preguntaban, simplemente esperamos de pie a ser llamados.
Los ojos de nuestros hermanos estaban como dos pares de esferas brillosas fijadas sobre nuestros cuerpos en el montón de chicos de primero.
Al llegar nuestro turno la mujer, Minerva McGonagall, llamó primero a Fred, y entonces bromeamos. Llamó otra vez, y mi gemelo me dijo, tonteando:
-Tu eres Fred- por lo que la profesora me clavó los ojos en cima.
-No, tu eres Fred- respondí.
-No, yo soy George, tu eres Fred- y con la exasperación delatándola, la profesora McGonagall, aferrando la lista de su mano como para partirla, grito;
-¡Cualquiera de los dos, venga de una vez!
Durante el banquete, cuando nos sentamos -en parte por vergüenza- junto a nuestros hermanos, Charlie nos reprendió exhaustivamente. Su tortura apenas comenzaba ahora que conocíamos o teníamos un plano de lo que sería Hogwarts durante el resto del año.
Me salté la parte del sombrero seleccionador por que en tanto nos lo puso en la cabeza, después de susurrarnos -Vaya, vaya, otro Weasley… es obvio que será…- gritó -Gryffindor- con toda la gloria y esplendor de la palabra.

Fred y George - Los Gemelos WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora