Las Vacaciones: Parte IV

1.4K 142 2
                                    

El nuevo año en Hogwarts que esperábamos fuese tan tranquilo como lo era en años anteriores... No realmente tranquilo... resultó ser más sorprendente. El Torneo de los Tres Magos, un profesor que daba miedo, pero enseñaba cosas que al fin servían y otra vez, vuelta a la corrida de amar a George en secreto. En casa era cosa del pasado, con nuestros hermanos sabiéndolo.
Unos días antes de empezar el colegio, sin embargo, Charlie apareció por la puerta de nuestra habitación. Estábamos con unos pedidos de artilugios Weasley durante el día, totalmente metidos en ello.
-Necesito hablar con ustedes dos- pidió.
Giré a verlo (ya que aprovechaba también a estar tan cerca de George como me era posible) y por primera vez noté que el asunto era serio, dada su cara de preocupación. Él no se mostraba así todos los días, con las cejas tan inclinadas y el rostro terso.
-¿Qué quieres, Charlie?- preguntó George, sin darle importancia.
Le di con el codo en el antebrazo para llamarle la atención y se giró.
Desde la última discusión él no tocó ningún tema con nosotros. Mucho menos bromeaba. Y la situación venía en caída, cada vez nos hablaba menos. Sabía, de hecho, sabíamos, que le molestaba. No podía soportar que nosotros supiéramos lo suyo con Bill.
Se acercó a la cama, tomó asiento y esperó. No sé a qué. Querría que empezáramos la conversación nosotros.
Estuvimos en silencio.
-Escuchen, lo de Bill y...- se pausó.
-Bill ya nos pidió lo mismo- acotó George.
-Sí, me contó el favor que les pidió. Chicos, esto es más personal, ¿Si? Porque los conozco. No soy Bill precisamente.
-Ya, por algo estaban juntos- dije.
-¿Ven por qué quiero hablar con ustedes?- se molestó. -Dicen y hacen cualquier cosa en cualquier momento. ¿Y si los hubiera visto mamá o papá?
-¿Y a ti? ¿Sabes que tan lindo es ver a tus hermanos follar cuando eres un crío?- respondí, igual de molesto.
-Por eso mismo- insistió con el tono alterado. -Esto no es por mí. No es por Bill. Es por ustedes- estaba moviendo las manos a la vez que hablaba. Realmente se había puesto nervioso. -¿Qué les va a decir Bill? "No cuenten nada porque mamá va a odiarme", le da por saco todo. Aunque los encuentre.
Miré a George. Ya nos tenía agarrados.
-¿Por qué lo dices? Bill fue mucho más comprensivo a la par tuya- balbuceó George mirándose la mano.
-Bill y yo no salimos como ustedes- se explicó, bastante acongojado. -Fue algo más... a ver, al principio puede que sí. Pero después, voy a ser sincero, nada más fue por follar. Se cuánto le importó a Bill y puedo resumirlo en nada. Ni siquiera sé por qué empezamos. Y no quiero pensarlo otra vez.
-¿Entonces ya no hacen nada?- me rasqué el brazo. No me gustaba como Charlie hablaba de Bill. Era más comprensivo y tranquilo que él. Incluso nos caía mejor.
-No- respondió tajante. -Desde hace tiempo en realidad.
-¿Jamás fueron en serio?- cuestionó George.
Nuestro hermano dudó un momento y negó con la cabeza.
-Jamás. Pero, así como les sucedió a ustedes con Ron, a nosotros nos pasó con papá. Y ahí se estancó lo poco que teníamos como... "pareja"- hizo las comillas con sus manos.
-¿Papá los vio?- preguntamos al unísono.
-Y no de la mejor manera- sonrió lastimosamente.
-¿Cómo?- insistí.
-Créanme. Ustedes al menos tenían ropa.
Nos aguantamos la risa. Papá encontró a sus queridos hijos...
-¿Pero estaban follando o a punto?- George cuestionó. Vaya pregunta, aunque también moría por hacerla.
-Si, a punto...- se rió Charlie. -A punto de acabar.
No pudimos aguantar la risa.
Él no dijo nada. Solo tenía su sonrisa y la mirada hacia la puerta.
-Papá nos pidió que dejáramos lo nuestro- Siguió sin importarle que riéramos, pero en cuanto lo dijo nos detuvimos. -Y Bill aceptó sin pensarlo. Papá nunca se lo dijo a mamá y ahí terminó todo.
-¿No lo cuestionaron?- preguntó George. Sé que pensaba. Algo de cariño debían tenerse si realmente fue por un tiempo. Si ninguno dijo nada era difícil creerlo.
Negó con la cabeza -En tanto papá lo pidió Bill aceptó. No se pudo decir más-.
-¿Y tú?
-Yo... también terminé por aceptarlo.
-Ya- dije. -Lo que habrá sido después de eso...
-Fue todo igual- me miró, serio. -Nunca lo mencionamos. Siquiera ese día. Volvimos a nuestras habitaciones para dormir. Al siguiente día nos saludamos, pero para entonces éramos los hermanos que ustedes, que Ron... que Percy... que Ginny conocen.
-¿Cuánto tiempo salieron?- pregunté.
-Bill tenía dieciséis. Y terminó en el verano próximo a que yo finalizara mis años en Hogwarts.
-¿Pero tú a los catorce ya... sabes... ¿Desde los catorce salías con él o ya...?
-Ya.
George dio un soplido y luego rió. -¿Por dos palabras de papá borraron cinco años juntos?
-Si.
-¿Borraron?- miré a George. -¿O Bill borró?- me fijé en Charlie. -Dijiste que con el tiempo lo terminaste por aceptar.
Pareció nervioso por un segundo.
-Si, Fred, con el tiempo de dos minutos desde que Bill lo dijo. Su decisión fue comprensible. No quería que mamá se enterara...
-¿Y por qué mencionaste que a Bill no le importa nada, que es por ello por lo cual ahora dices ésto?- insistí. George entendió por dónde iban los tiros.
-Bill ante todo va a preferir salvarse el cuello antes que salvarles a ustedes dos, solo era por eso.
-No hace falta pensarlo dos veces. Estás diciendo todo "Bill esto", "Bill aquello", ¿Tanto te cuesta decir "Bill paró todo sin que yo le importara"?- di en el clavo, se puso rojo.
-No es por eso que se los digo.
-¿Odias a Bill por dejarte después de follarte desde los catorce años y nos dices, qué? No hay finalidad en tu cuento, sabías.
-Si tiene finalidad, Fred. Solo... cuiden lo que hagan cerca de otros. Y no nos molesten con eso, porque si a mí no me importó, ni a Bill, ustedes no tendrían que molestar.
-¿Y el consejo a qué viene?- preguntó George.
-¿Qué tanto se quieren ustedes dos?- nos preguntó.
-Lo suficiente, Charlie- respondí, pero no me gustaba la pregunta.
George me miró. Ciertamente estuvimos por terminar en cuanto ellos lo habían descubierto, y quien lo propuso fui yo. No sé en que postura quedó aquello.
-Entiendo que no quieras que terminemos como tú y Bill... Pero lo nuestro sería más difícil dejarlo.
-Claro- asintió Charlie, sonriendo. -Solo está que en su momento pensé lo mismo, pero como quieran. Nada más no presionen a Bill con esa amenaza, sigue siendo su hermano mayor. De hecho, ambos lo somos. Un poco más de respeto, por favor.
-¿Pides respeto por Bill?- insistí.
-¿Va en serio?- acotó George.
-Si.
-Eres tonto- resolví.
-Si.



-Yo creyendo que Charlie era horrible, y Bill terminó siendo una basura- le comenté a George por la noche, cuando Hermione, Harry y Ron ya se habían dormido, al igual que todos en la casa.
-Hiciste lo mismo- cortó él.
Lo miré. Estaba tumbado a mi lado, en camas separadas. Creí que me observaba con tristeza, siendo completamente lo contrario. Los ojos cansados, los labios relajados, sencillamente no reflejaba nada más que sueño.
-Pero tengo el remordimiento.
Sonrió.
-¿Bill tendrá el remordimiento?- preguntó.
-Habría que preguntarle- bromeé.
-¿Te imaginas? Tres de la madrugada, todo en silencio, lo despertamos y decimos "Hey Bill, Charlie nos contó lo que pasó, ¿Te dolió dejar de follarlo?"
-Sería muy bueno- reí.
-¿Vamos?- simuló levantarse, pero se echó atrás y nos reímos tan bajo como pudimos.
-Estuve mal en pedirte dejar lo nuestro- comenté antes de dormir. -Y espero no hacer lo mismo que Bill cuando llegue el momento.
-Papá no tiene por qué enterarse, ni mamá, por supuesto.
-Algún día lo harán.
-De la única manera que pueden enterarse es por nuestros hermanos-
Insistió.
-Yo se los diría- corté. -En un futuro, cuando tengamos una casa propia.
-¿De verdad?- en vez de molestarse pareció lleno de esperanza. Le brillaban los ojos.
-No creo que debamos ocultar nada en esas circunstancias.
-Pero si somos nosotros quienes se lo decimos, ¿Por qué iríamos a dejarlo?
-¿Por idiotas?
-Te mataría- se incorporó sobre un brazo, serio.
-No hagas ruido- miré a los demás que dormían ajenos a todo.
Recién caía en cuenta de que hablábamos en susurros.
Nos miramos unos segundos sin decir nada, pero en la mente me estaba formulando mil cosas que decirle, las cuales iban a agradarle poco. Seguramente, él haría lo mismo. Dicen que hay miradas que hablan. Las nuestras libraban una pelea colérica.
Suspiró y se tumbó otra vez, mirando el techo.
-Buenas noches, Fred.
-Igual te amo, George- puse mi cabeza en su hombro.
-Lo estoy empezando a dudar.
Levanté la cabeza para mirarlo, y me encontré con sus ojos enfrentando los mios, otra vez.
-En serio, George. No podría dejarte aunque papá o mamá lo pidieran. Ya lo intenté, ¿No?
Alguien se dio vuelta en su cama y suspiró.
-Ya, entonces no lo dudes cada dos minutos.
-Voy a dudarlo cuantas veces se me den las ganas para recordar por qué no lo haría en cada momento del resto de mi vida.
La respuesta me la dio con un beso, y sin bastar con ello, agregó.
-Podrías haber empezado por ese punto.

Fred y George - Los Gemelos WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora