LOS SOÑADORES
Segunda carta
20 de noviembre de 2013
Los sooñadores no podemos teletransportarnos o hacernos invisibles o ese tipo de cosas; y aunque pudieramos, sería totalmente inútil, los soñadores podriamos vernos entre nosotros por lo tanto tambien nos verían los Domentai.
Pero hay algo que puedo intentar: si me concentro lo suficiente, puedo aparecer un globo aerostatico o algo así. Tan solo debería subir a la terraza.
Tengo los minutos contados; si no corro ahora no lo lograré.
~*~
Corrí. Corrí con todas mis fuerzas. Dos Domentai me pisaban los talones.
Subí la escalera a la terraza como alma que lleva el diablo. Tropecé en el último escalon y un Domentai tomó mi tobillo. Forcejeé y lanzé patadaspara liberarme pero no me soltó.
De un momento a otro, ya no sentí su agarre y me voleé, ahí estaba Serafine controlando al Domentai.
-¡Corre!- me gritó
y subí lo que me quedaba de la escalera para encontarme con el imponente globo.
Pero no me iría, no sin Serafine.
Esperé y esperé, rezando por que subiera detrás de mi, pero no lo hizo.
Bajé corriendo las escaleras y encontré a Serafine en el suelo. Ni rastro de los Domentai.
-¡Serafine!- lanzé un grito ahogado- ¡Dios! ¿estás biem? ¡Serafine, responde!
-vete. déjame.- pronunció en un hilo de voz
-no voy a dejarte- dije con las lágrimas surcando mi rostro- eres mi mejor amiga.
-tienes que irte- hizo una pausa y una mueca de dolor cruzó su rostro- vete o ninguna de las dos sobrevivirá.- y dicho ésto, cerró sus ojos y ya no respondió
Le dí un último abrazo y corrí al globo.
~*~
Estoy en camino a... no sé donde, pero sea donde sea, empezaré de nuevo y viviré feliz.
Nunca dejaré que mi familia conozca ésta parte de mi. Al fin y al cabo, mi madre tampoco me dijo que yo era una soñadora de nacimiento.