Lágrimas escaparon de sus ojos y gritos de sus labios, mientras el cinturón la atacaba sin piedad.
-¿Quieres más, Magda?
Si respondía no, se condenaria.
-Si lo crees necesario, Amo -Lloro.
-Lo creo necesario.
La correa golpeó la parte superior de su glúteos. El Conde había tenido buena puntería toda la vida y la eternidad únicamente la perfeccionó. Se ocultaba tras el cuero para azotarle las nalgas, hasta que Magda sintió que se le abría la piel. Grito para que le tuviera piedad pero, como siempre, No lo convenció. Justo cuando creyó que no soportaría mas, siguió con la parte inferior, donde el cinturón también tocaba el orificio de sus genitales y provocaba que la piel de su trasero hirviera.Magda gritaba en agonía mientras el conde la desollaba; sólo la parte superior de su cuerpo se retorcía con el ardor de los golpes, que parecían no tener fin. El rojo cabello se le estrellaba en la cara y los grandes senos saltaban sin control, los pezones le dolían mucho.
El Conde se dirigió a la nalga izquierda, golpeandola hasta que logró sacarle otro grito. Entonces se cambió al glúteo derecho, dejando que el peludo cinturón marcará su molestia en la piel de Magda. Cundo regreso a la parte media del tracero, primero le dió un latigazo de un lado y después del otro, asegurándose de que ninguno de los dos glúteos se escapara y de que el ano estuviese bien atendido. Por ultimo, uso sólo la punta del cinturón para recorrer con destreza la longitud de la abertura que separan las nalgas, deteniéndose largamente en el ano, hasta que Magda grito, y despues en los suaves pliegues que conducían al interior de su feminidad. Los gritos resonaban en los muros circulares. Los recuerdos le confirmaban que nada de lo que dijera o hiciera lo detendría. Estaba a Merced de un ser despiadado. En el momento que acepto esa verdad, el cuero se quedó quieto.
Rios de lágrimas le nublan la vista; apenas si lo veía. El trasero le ardía como si su piel teñida de rojo lanzará llamas. En los oídos le retumbaban sus propios gritos y le picaba la garganta, pero sabía que al final aún no estaba cerca.
A través de su borrosa visión, se dió cuenta de que estaba desnudo; tenía el pene erecto, más largo y más grueso que el de Jonathan, y con mucha más experiencia, duro como una roca; y apesar de su agonía, Magda se sentía orgullosa de provocar todavía ese efecto en el.
-Tomame, señor - Su voz era apenas audible, pero sincera-. Por donde le plazca.
-Aprendiste bienEl muy caliente pene del Conde encontró la ardiente abertura de Magda; cuando toco su quemada piel externa, ella dio un grito ahogado. Había pasado tanto tiempo desde la ultima vez que la penetró, sentía que su orificio se había cerrado y habia vuelto hacer virgen. La cabeza del pene empujaba, con un firmen e insistente golpeen la puerta. Antes de que Magda pudiera abrirse al Conde , el irrumpió en ella, toda la extensión de su firme y larga vara la penetró, haciendo espacio entre las paredes internas. Lentamente , salió por completo del interior de Magda y volvio a entrar con rapidez, arrancándole de la garganta gemidos mas profundos y desgarradores. Cada penetraciones extrema, le provocaba dolor extremo y placer. El Conde le deslizo un dedo por el despabilado ano, despues dos y luego tres; los gemidos aumentaron en volumen.
_Amo, lo que te de placer, ¡Cualquier cosa!
Le apretó uno de los lastimados glúteos con fuerza, provocándole otra rafaga de dolor, la vagina de Magda se contrajo alrededor del Conde. Su cuerpo su cuerpo se estremeció de placer conforme se incrementaba la velocidad de la penetracion. Sus paredes lo envolvieron, trabajaron con el, enviando olas de deleite que le recorrían la ardiente parte externa de sus genitales y ano, hasta que sintió que iba a enloquecer con la sensación. El acto carnal parecia eterno. Cada vez que la penetraba, sus pliegues se separaban sumisos, y cuando se retiraba, lo acompañaban a la puerta; el túnel se tensaba para la siguiente penetraciones. El la tomo con fuerza y ella cabalgo en el oscuro potro del dolor, sus gluteos eran un infierno y sus genitales externos estaban apunto de explotar. Su galope se convirtió en un recorrido apasionado, cuerpo que trabajaban juntos para llegar al momento en el que el dolor y el placer inexplicablemente se mezclaban y emergian.
Magda grito en extasis al tiempo que el Conde derramo en su ardiente cuerpo un refrescante arroyo .
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Dracula Pasional
CasualeIncluso en la época victoriana, la obra maestra de Bram Stoker se considero un relato lascivo cargado de sexo. La amante de los góticos placeres eroticos, Amaranta Knght, Dracula es él amo del sadismo, Lucy y Mina son egresadas de un estricto colegi...